viernes, 19 de junio de 2009

STAR TREK 4: MISIÓN SALVAR LA TIERRA

Aunque estoy muy lejos de ser un trekkie, la verdad es que siempre me ha caído en gracia la saga "Star Trek", sobre todo sus largometrajes destinados a la gran pantalla. De hecho, incluso llegué a pagar por ver algunos en los cines, aunque fuesen los de la Nueva Generación. Y aunque aún no he visto el remake o precuela reciente (eso de que tenga algo de culebrón televisivo, me echa para atrás un poco), lo pienso hacer.
Sin embargo, mi peli favorita de todo el universo "Star Trek" es una que, por norma general, no está entre las preferidas del público más devoto. Seguramente porque incluye muchos elementos de comedia y, probablemente, porque gran parte de su metraje se desarrolla en lo que, en los 80, eran tiempos modernos. Aunque a mi eso es, precisamente, lo que más me mola, ya que soy un seguidor de las pelis de viajes en el tiempo (y es que, en este caso, en el guión vemos al señor Nicholas Meyer, quien ha aportado sus dotes como director a algunas aventuras de la tripulación de la Enterprise y, encima, es responsable de otra joyita algo olvidada sobre esto de saltar de una década a la otra, "Los pasajeros del tiempo", ¡recomendada!).
La tierra del siglo 23 está amenazada por una sonda de hermoso aspecto a la que únicamente pueden responder las ballenas. Claro que en esa época se han extinguido del todo, lo que obligará al Capitán Kirk y los suyos a viajar hasta el pasado a buscar los bichos en cuestión y devolveros al futuro esperando que respondan a la amenaza y salven a la humanidad. Toma mensaje ecológico!.
El resultado, un film rematadamente entretenido, sano, divertido, emocionante, entrañable... todo lo que se me ocurre son adjetivos positivos. Pasa en un plis y tiene algunas salidas realmente buenas, sobre todo cuando los chicos de la Enterpise chocan de frente con la cultura, mucho más agresiva, del siglo pasado. Es especialmente gracioso Spock/Leonard Nimoy, haciéndose pasar por ex-hippie ("Abusó del LSD" espeta Kirk!) quien, además, se encarga de dirigir el sarao.
Uno de los gags más celebrados del film es aquel que, de viaje en autobus, Spock y Kirk se enfrentan a un super-punkarra que escucha música a toda castaña. A este lo interpretó el productor asociado que, tras ver que querían colarle un tema de "Duran Duran", grabó una canción expresamente para el momento (incluso se inventó el nombre de una banda, "Edge of etiquette") mucho más acorde con el rollo imperdible de la época. Tan bien lo hizo, que el temilla incluso se ha ganado sus fans y rula por internet... ahí les dejo el vídeo donde suena íntegro...
¿Que cosas, eh?.