miércoles, 20 de abril de 2011

KAMIKAZE DETROIT

Característica "buddy movie", en la que dos policías, de carácter o -como es el caso- nacionalidad bien diferenciado/as, se ven obligados a juntarse para solventar un crimen. Al principio se llevan fatal y todo son bullas, al final se vuelven requeteamigos y cuando se despiden -casi todas estas pelis terminan en el aeropuerto- hasta lo hacen lastimosamente, previo regalo como muestra de afecto. Todas iguales.
En el caso que nos ocupa, los polis de rigor los interpretan el famoso presentador televisivo Jay Leno, al que no le pega nada de nada el papel de listillo guaperas (básicamente porque de lo segundo va bien escaso) y Pat Morita, el mítico Sr.Miyagi de la franquicia "Karate Kid". 

A los mandos tenemos a todo un artesano en estas cosas del cine, Lewis Teague, responsable también de "La bestia bajo el asfalto", "Cujo", "Los ojos del gato" o "La joya del Nilo", por decir algunas, y que demuestra tan poca personalidad como era habitual en él.
El crimen a resolver esta vez tiene relación -lógico teniendo en cuenta el escenario- con los automóviles. Un Japonés robó el prototipo para un motor nuevo del que quiere ser dueño y señor el malo de la función un corrompido empresario
(el siempre elegante Chris Sarandon). El Japo muere y, en fin, que se arma la marimorena... pero no demasiado... porque lo que más abunda en "Kamikaze Detroit" son los diálogos, le falta acción (solo una secuencia de persecución, muy chula, pero insuficiente), le falta violencia (No recomendada para menores de 13 años) y le falta buena comedia (aunque no negaré que me reí a gusto con dos o tres chistes). Probablemente el verdadero "pero" será la poca química entre Leno y Morita, sin embargo que los dos protas de una peli de acción sean tan poco atractivos y cachas, me hace mucha gracia.
A los actores citados les acompañan Tom Noonan, Ernie Hudson, John Hancock, Soon Tek-Oh y Randall "Tex" Cobb, todos ellos rostros muy característicos de la época. Lástima que "Kamikaze Detriot" no entre en la lista de clásicos de tan añorada década (se rodó en 1986, pero no se estrenó hasta 1989) y quede como un intento fallido, más bien aburrido, que como mucho da para una tarde de Domingo.