domingo, 30 de diciembre de 2012

CAMINO SANGRIENTO 5: LINAJE CANIBAL

Sabía que había una quinta parte de la franquicia "Wrong Turn" cociéndose, pero fue toda una sorpresa inesperada encontrármela hace unos días como "Camino sangriento 5: linaje caníbal" en los estantes del "Fnac". ¿Tan rápido?. El caso es que, por mero completismo, decidí echarle un ojo a pesar de lo abominablemente mala que me resultó (o que resultó) la cuarta entrega. Ello implicaba dos cosas, uno, que no recordara mucho de aquella por lo que no puedo deducir si en la quinta "se sigue la historia" (aunque yo diría que sí) y, dos, que "Wrong Turn 5" no podía ser PEOR que "Wrong Turn 4". ¿O sí?.
Conocida por ser una saga que ofrece a su público aquello que más demanda, a saber, sangre y tetas, los arranques de todas las secuelas son siempre cañeros, auténticas declaraciones de principios. En este caso lo hacemos con un polvo dentro de una tienda de campaña, que -siguiendo a rajatabla los dictámenes del slasher- sufre un "coitus interruptus" gracias a una broma de los amiguitos de la pareja practicante. Todos juntos han ido hasta un pueblo de la américa profunda para asistir a un festival de rock que se celebra durante la noche de Halloween. Sin embargo (y a pesar de lo que nos hace creer la, en parte, engañosa caratula) no es este el escenario principal de la historia (de hecho, únicamente sirve para que veamos un par de bonitas tetas + polvo del modo más absurdamente gratuito del mundo... porque sí, sin ninguna clase de función ni sentido... ¡I like it, baby!), todo el "drama" se desarrolla en el mentado pueblo que, para la ocasión, y llegada la noche, parece únicamente habitado por los cinco personajes protagonistas. Total, que los jóvenes y el líder "normal" de la banda de caníbales (Doug Bradley, el "Pinhead" original, que lo único que hace durante toda la peli es reír) tienen un encontronazo con la policía y terminan encerrados en las celdas de la comisaría del pueblo, regentada por una voluntariosa sheriff. A partir de ahí la peli consistirá en el sangriento rescate que los caníbales hacen de su líder, dejando el lugar plagado de cadáveres.
Bien, no se puede negar que, de entrada, "Wrong Turn 5" tiene la sana intención de trasladar su campo de acción más allá de las montañas, y eso está bien. El problema es que ello no garantiza ninguna clase de mejoría. Vamos, es que, de hecho, no la hay. Puede que no sea TAN mala como la cuatro, pero le queda muy cerquita. Repitiendo ese "look" monótono y sin vida, así como los patéticos maquillajes de los mutantes, cada vez peores y más ridículos, lo único que al final puede ofrecernos "Wrong Turn 5" para tenernos contentos son muertes bien truculentas y sangrientas, casi ofensivas, y sí, en ese sentido lo logra, el problema es que, en su afán de resultar chocantes y originales, alcanzan cotas de absurdismo e inverosimilitud realmente estratosféricas. Los caníbales se toman tantas molestias para matar a sus víctimas, montando tinglados, trampas, trucos y triquiñuelas que, en fin, todo termina resultando altamente estúpido. Y ahí queda la cosa, porque el resto de la peli, cuando no hay sangre (que es 50% CGI y 50% látex, algo es algo) es tan aburrida... insípida... y sosa que, en fin, dan verdaderas ganas de darle al avance rápido, lo que supongo es algo bueno, porque eso mismo hacemos con los slashers de los 80 y las pelis porno... lo que pasa es que, claro, no me compares un slasher originario con esto porque, vamos, sería como intentar encontrar aspectos comunes entre las tetas de Elena Anaya y las de Alex De La Iglesia. Y no mola.
Para que os hagáis una idea del nivel que gasta "Camino Sangriento 5", os contaré un pequeño gag del inicio de la peli: Doug Bradley le corta la mano a una tia y seguidamente le mete un hachazo en el estómago, matándola. Una vez tendida en el suelo, el tipo le grita a sus caníbales de adopción: "Echadme una mano!"... ¿y qué hacen ellos?, coger la del suelo cortada y ofrecérsela. Sí amigos, puro ingenio.
Lo que se echa de menos en esta entrega, además de algo de imaginación y gracejo, son las dos muertes-estandarte de la saga, el descuartizamiento retorcidamente gráfico y espectacular y la flecha atravesando un ojo. Supongo que la culpa es del director, Declan O´Brien, responsable también de las tercera y cuarta partes (vamos, que él es el culpable de que la cosa descienda a ritmos alarmantes) y de nada menos que "Sharktopus". En funciones de productor encontramos al siempre curioso e interesante rey anónimo de la serie B, Phillip J. Roth.
Yo no sé ustedes, pero si hay una sexta, que la habrá, me lo pensaré dos veces antes de verla.