viernes, 1 de febrero de 2013

TIPOS DUROS

En mi pubertad y adolescencia, y desde que vi la película “El Rector”, sentí una gran admiración por James Belushi. Era mi actor favorito. Devoraba sus películas, iba al cine a verlas aunque el tuviera un papel secundario. Ya, según iba creciendo, fui descubriendo a su hermano John, y a medida que la fama de James iba descendiendo, lo hacía también mi fanatismo hacia el. Ya hacía películas muy malas, telefilmes en su mayoría.
Sin embargo,  como cuanto más mayor me hago, más desaparecen mis prejuicios cinematográficos, y como inevitablemente, la nostalgia se apodera de uno, estoy viviendo, junto con mi amigo Chema, que más o menos vivió el mismo fanatismo por el actor, una segunda etapa Jim Belushi. La misión es recuperar en dvd toda su filmografía, cosa esta, que estoy consiguiendo poco a poco. Chema anda más interesado en sus películas más clásicas y populares (“El rector”, “Súper Agente K-9”, “Millonario al instante”), y yo ando más interesado en su etapa más video clubera y oscura, de la que hay bastantes títulos y de los que, prácticamente, no he visto ni uno. Así pues,  ya saben que irán leyendo  sobre Belushi de vez en cuando por aquí.
Lo malo es que no todos sus títulos son lo suficientemente interesantes como para reseñarlos, este es un completismo un tanto absurdo, pero los que me llamen la atención, si que irán apareciendo por aquí.
Este “Tipos duros” del año 1999, cuenta la historia de un antiguo mafioso que en un momento dado, traiciona al capo robándole 12 millones de dólares y largándose con ellos a un pueblecito de la America profunda. El capo se entera de que ha sido el, y le manda a dos matones para que se lo carguen.
En plena contienda, entre huidas, tiros y peleas, aparece en el camino de los mafiosos el Sheriff del condado, que desestabilizará los planes de todos.
Se trata de un telefilm para la televisión por cable. Pero no es un telefilm cualquiera, este es de los buenos, producido nada menos que por Richard Donner y Joel Silver, con lo que no se escatima en medios.
Lo mejor de la película es que es una película de acción dura y pura, y no da nada más que eso, acción pura y dura, montada toda ella con una soltura y un ritmo acojonante. El bombardeo de imágenes al que se nos somete, no da lugar al aburrimiento, y eso que el argumento brilla por su ausencia. Aquí se trata de pegar tiros y pegar tiros.
Belushi, en su peor momento profesional (recordemos que hace no mucho lo rescató Roman Polanski dándole un papelito en “El Escritor”, y que vive una segunda juventud en televisión gracias a series como “El mundo a través de Jim” y “Los defensores”), y físico, está tan gordo que casi parece Bud Spencer, y se tiene que dejar perilla para disimular su purulenta papada. Verle correr en la película, que lo hace y mucho, da bastante pena.
Lo bueno es que James Belushi, hace muchos años que dejó de ser actor para pasar a ser tan solo James Belushi, con lo que en una película como esta, en la que el argumento es duro y serio, este no puede parar de soltar chascarrillos de dudosa gracia a lo James Belushi. Y eso siempre mola. Al igual que Al Pacino, desde que hizo “Esencia de mujer” parece que está siempre haciendo de ciego, Belushi desde que hizo “Súper Agente K-9” hace siempre, y sin excepción, del agente Dooley. Y es porque ya por aquél entonces estaba haciendo de James Belushi.
Por lo demás, un telefilm de lujo, que para pasar un ratillo frente al televisor, ya nos vale.
Junto a Belushi, un menos envejecido Timothy Dalton y la tetuda Vanessa Angel, cuyas operaciones estéticas ya empezaban a deformar el rostro de una de las más bellas secundarias del Hollywood de tercera.
En la dirección Louis Morneau, director de “Bats”, y especialista en telefilmes y secuelas video cluberas como “Carretera al infierno 2” o “Nunca juegues con extraños 2”.