viernes, 7 de junio de 2013

EL EROTICÓN

Ya sabemos que Marty Feldman, no solo había escrito algún skecth para los Monty Phyton, si no que apunto estuvo de formar parte del grupo. Que su popularidad se extendió a lo largo y ancho del planeta, y que lo mismo te hacía una película en Hollywood, que te la hacía en  la Italia más sórdida… pero lo que no tengo claro son las razones de su éxito.
Y es que más allá de sus ojos torcidos y salidos de sus órbitas (rasgo físico este que Feldman explotó hasta el día de su muerte, que por cierto, esta fue debida  a un empacho de marisco envenenado…), causado por una extraña enfermedad de origen tiroideo, o de sus películas a las ordenes de Mel Brooks, no le veo la gracia al señor Feldman. Como prueba de ello está “El Eroticón”, estúpido título español para una película que en el reino unido se llamó “Every home Should have one” o “Think Dirty” en los USA.
Súper mal explicado, cuenta la historia de un publicista que al ver como las ventas de un producto llamado “Porridge” descienden, decide hacer una serie de spots con cierta carga erótica para ver si aumentan. Pero se le echan encima la iglesia, la fundación contra la suciedad en televisión, e incluso su propia esposa con la que ni siquiera puede hacer el amor.
Y si se supone que es una comedia, no me reí ni una vez. Si es de corte erótico, apenas se ve una tetilla, y si es de Marty Feldman (de hecho, su primera película), la verdad, no le encuentro tan gracioso ni tan brillante como para que enamorara a medio mundo.
Y es que la película es muy “British”, muy de corte humor Inglés, pero en su faceta más políticamente correcta, con lo que critican a la iglesia conservadora y a la ultra derecha, pero sin provocar ni faltando al respeto, de una manera muy sutil. Y por supuesto, sin transgredir ni un ápice.
A su favor diré que está montada con brío y que es deudora del “slapstick” en cuanto a que las situaciones ocurren a 300 por hora. En contra diré que es tosca y fría, y que es la cosa más aburrida que me he echado a los ojos últimamente.
Sin embargo, puedo deducir donde radica su supuesta gracia y el  que tenga cierto culto: Se ve que, rodada en 1970, estuvo prohibida en no se cuantos países, incluido España (Franco estaba vivo, y esta película era un ataque directo a la iglesia católica). No se estrenó en nuestro país hasta que el generalísimo falleció. Y en plena transición, en 1977, ya se quedaba anticuada, así que fue lanzada, por un lado para aprovecharse de la popularidad de Feldman y, por otro, para sacar jugo del destape y el cine clasificado “S”. De ahí, el horroroso y engañoso título español, más propio de una italianada de la época, que de una fina comedia británica.
Por lo demás, un autentico coñazo.
Dirige la cosa Jim Clark, que tuvo una discreta carrera como director, para luego ganarse el “porridge” en Hollywood, como montador.