lunes, 17 de junio de 2013

EL MEJOR PADRE DEL MUNDO

Hacer una sinopsis de “El mejor padre del mundo” sería cargarse el argumento. Es mejor verla sin saber nada de ella, como me pasó a mí. Y es que si la hago, les parto en dos lo del factor sorpresa y el giro argumental que da la película poco antes de la mitad. De hecho, el que les esté contando esto, ya va a crearles unas expectativas, cosa que hará que tampoco la disfruten en su plenitud.
Digamos que trata sobre la relación de un maestro de escuela y escritor frustrado con su hijo, y con una serie de personas que le rodean.
Con cuentagotas están llegando a nuestro país las películas de Bobcat Goldhtwait. Y gracias al mercado del dvd y/o la piratería, pues lo cierto es que en cine ya se estrenan poquitas cosas. Y esta, con Robin Williams a la cabeza, tampoco lo ha hecho.
Recordemos que Goldthwait, tras una discreta carrera como excéntrico actor (es el Zed de “Loca academia de policia” o el  Carl de “La Ratera”, ya saben, el tío raro que habla gritando…), se recicla en director independiente. Y lo hace pariendo comedia negra, fina, pero sin llegar a ser pedante. Con “Los perros dormidos mienten” (porque obviaremos, de momento, su opera prima “Shakes the clown” con pinta de comedia estándar) demostró tener un gusto exquisito en esto de escribir y dirigir comedias, amén de un extraño y negrísimo sentido del humor. Pero también parecía que todo era fruto de la casualidad. Sin embargo, quizás un pelín más políticamente correcto, regresa con este “El mejor padre del mundo” y no solo se prodiga como un gran director independiente, si no que la película es aún mejor que la que le precede, y la que más me ha gustado en los últimos años. No ya como comedia en si, si no como película. Es cojonuda.
Claro que su condición de independiente, de extremo y de negro, podía hacer que, para ciertos meapilas, el cine de Goldthwait sea equiparable a, por ejemplo, el de Todd Solondz. Nada más lejos de la realidad. No es tan gratuito, ni provocador, es mucho más gracioso, más burro a la hora de contarnos según que cosas, y a la vez, más sutil a la hora de mostrárnoslo. Y sobre todo, Bobcat Goldthwait, es mucho mejor director que Solondz.
Ahora, esa capacidad para hacernos creer que estamos viendo una cosa, para de repente meterte la hostia y derivar hacia otros derroteros, me ha recordado bastante a las maneras de Michael Haneke. Pero apliquen esto a la comedia, y el hecho de que, gracias a Dios, Goldthwait se aleja totalmente de todo aquello que apeste a intelectual o pedante. Pero sí, sería el Haneke de la comedia.
En cuanto a Robin Williams, ya muy perdido en su carrera haciendo cosas como “Vaya vacaciones” o “Dos canguros muy maduros”, y ya con una edad en la que no se puede hacer siempre de “Patch Adams”, está soberbio (si, soberbio… jamás pensé que diría eso de Williams) y se le devuelve la dignidad con este papel. Al leerlo aceptó,  reduciendo considerablemente su caché, para esta producción de la pequeñita Darko (por Donnie Darko) Films. Además, Goldthwait tuvo el detalle de convertir a su personaje en un ávido devorador de películas de terror, que luce un bonito póster de “La noche de los muertos vivientes”, versión Italiana, en las paredes de su salón.
En cuanto a Bobcat Goldthwait, decir que después de esta, se ha granjeado ya el prestigio con “God Bless America”, que caerá por aquí. Por otro lado, se estrenó en Abril, dentro del marco del  "Boston Independent Film Festival", lo que sería su primera incursión en el cine de terror con “Willow Creek”, película sobre bigfoot, que por lo que se ve, es acojonante, no solo como película, si no a nivel de terror. Vísto lo visto, me lo creo, y confío plenamente en él a la hora de afrontar este género. Veremos si no me equivoco.
 En cuanto a este “El mejor padre del mundo”, obra maestra.