martes, 11 de junio de 2013

EXTRAÑAS CRIATURAS

Considerada por los expertos como la peor película de la historia (ya le quitaron el trono a “Plan 9 from outer space”, mira por dónde…) y con el delirante título original de “The incredibly strange creatures who stopped living and became mixed - up zombies” que en castellano vendría a ser algo así como “Las increíblemente extrañas criaturas que pararon de vivir y se tornaron zombis” es, efectivamente, no la peor, pero quizás si una de las peores que he visto, cuyo primordial ingrediente es el que tirará para atrás a los amantes del “cine tan malo que es bueno”: Que es aburrida de pelotas, lo que a mi modo de ver, es lo que tiene que ser una película para llevarse tal título, porque, por ejemplo, “Plan 9 from outer space”, con todo su despropósito y desmadre, al final está entretenida. No tiene ningún mérito enfrentarse a ella. Ahora, esta que nos ocupa, aún habiendo sido vendida como película “Mala pero buena”, hace falta tener dos huevos bien gordos para verla del tirón. ¿El cine Peruano? Al final te ríes. ¿”Extrañas criaturas”? Tan solo dos momentos. El resto es soporífero.
Cuenta la historia de una gitana que lee las manos, y que echa ácido en la cara, convirtiendo a quienes lo reciben en monstruos que tiene encerrados en una habitación. Por otro lado, tenemos a un joven macarrilla que en una feria, en una barraca de actuaciones, conocerá a una gitana que le hipnotizará, y esto le hará acabar cuchillo en mano con todo aquel que se ponga a su paso.
La película, quitando un par de momentos de humor involuntario que no justifican el visionado completo, al desarrollarse en ambientes cabareteros y circenses donde el protagonista se adentra, acaba convertida en una sucesión de ACTUACIONES COMPLETAS  de señoritas vedettes de los años sesenta que parece no terminar.
Digamos que, de la hora y media que dura, una hora larga está dedicada a estas actuaciones.
Por lo demás, un par de diálogos tontos, un par de desenfoques chabacanos y las criaturas que pararon de vivir y se tornaron zombis que aparecen diez minutos antes de finalizar la película, para desaparecer a los dos minutos de haber hecho acto de presencia.
Una mala película que serviría, digo yo, para rellenar programación en algún desquiciado auto cine y que nos han vendido la moto de que de lo mala que es resulta buena, cuando en realidad no vale ni para darle de comer a los chacales.
Y visto lo visto, no me creo el título original, tan rebuscado y complaciente. Se lo pondrían a posteriori. Aquí lo acortaron mucho para un pase doblado al castellano que le dieron a la película en el extinto programa de t.v. “Noche de lobos”, dónde Juan Luis Goas no era capaz de recordarlo completo.
Supongo que para saciar la curiosidad del cinéfilo más exótico está bien, pero a mí me pilla ya muy curtido, como para verle algo.
El director de esto es Ray Dennis Steckler, cuya filmografía deambula entre el porno y la mamarrachada, firmando cada vez con un seudónimo distinto.
Es un clásico, pero no recomiendo su visionado.