jueves, 11 de julio de 2013

FRÍO COMO EL HIELO

Si llego a saber lo rematadamente ridícula que era esta jodida película, me hubiera hecho fan de ella hace muchísimo tiempo.
Porque, no solo se trata de una película para lucimiento del rapero de estudio más patético de la historia, se trata de un remake de una vieja película de Marlon Brando titulada “Salvaje” en la que Vanilla Ice demuestra sus dotes como actor (y como rebelde) dejando claro que está en la tierra porque tiene que haber de todo.
Así, unos raperos de viaje en moto (viaje que hacen sin equipaje, pero en el cual Vanilla Ice cambia de modelito a antojo) tras un concierto, acaban con una avería en un tranquilo pueblito de la América profunda, así que llevan la moto averiada al mecánico local, y de mientras se quedan zascandileando por el pueblo. Vanilla (aquí Johnny) vacila a una muchachita con el fin de enamorarla, sin mostrar ningún respeto por su novio, lo que creará el conflicto entre ambos.
El baile y el rap se encargarán de seducir a la muchachita, mientras el padre de esta esquiva los chantajes de policías corruptos, de cuyas fechorías culpan a Vanilla.
Madre del amor hermoso. Y cuando digo madre del amor hermoso, quiero decir madre del amor hermoso.
Porque si hay algo peor que hacer una película para lucimiento de un mal rapero, es hacerle parecer un neandertal. Vanilla Ice apenas habla,  cuando lo hace, parece retrasado mental. Contesta con monosílabos, o directamente con mamarrachadas. Ejemplos: "- ¿De donde eres? –De por ahí. – ¿De por ahí? – Da igual de donde sea uno, lo importante es dónde está".
O también:" - ¿A que aspiras en la vida? – A ser sincero conmigo mismo. Solo si soy sincero conmigo mismo lograré serlo con los demás".
O el ya clásico: "- Deja a ese mamón, y vente con el campeón…".
Y es que lo más destacable a nivel patetismo, es el hecho de que estos raperos apenas hablen, y que las líneas de texto principales las tengan los actores secundarios. ¿Acaso Vanilla, a pesar de retener en su memoria todas esas parrafadas que escribía, era incapaz de hacerlo con unas líneas de diálogo? Cuesta mucho pasar vergüenza ajena con las películas, pero con esta se consigue.
La historia de amor es igualmente estúpida. Vanilla seduce a una chavala de lo más corriente, saltando con su moto desde la carretera hacia el prado donde ella cabalga con su caballo, derribándola… no es normal que ella se enamore, si no que le repudie por agredirla…
Máxima vergüenza ajena en los momentos más íntimos, en unos andamios de madera colocados en el desierto, donde la parejita juega; Ice, salta y saca la lengua como un primate teñido de rubio "Ay que susto que me escondo", mientras ella le ríe las patochadas, y el sudor le baja el “Fly” que le hizo popular.
Tremenda. Inenarrable. Una película genuinamente delirante, pretendidamente moderna, con ese vocabulario de retrasado mental y esa ropa fosforita, que jamás le vi yo a un rapero, dirigida por un director que, para nada, estaba en esa onda noventera. No es que la peli sea un despropósito, es que es “El despropósito”. Ahora, una experiencia maravillosa para los sentidos. Es la película que mas escalofríos me ha provocado, que más risas (cuando no lo pretende, porque cuando introduce gags, estos dan bastante pena) y sobretodo, que más bochorno. Dan ganas de quitarla de la vergüenza que provoca... Con todo, la he visto tres veces ya.
Junto al rapero, en el reparto tenemos a secundarios no muy populares como Kristin Mister o Deezer D.
En la dirección, un habitual de los vídeos de Play Boy que además de comer muchos cereales, también dirigió “Inspector Gadget”, David Kellog. La madre que lo trajo.