lunes, 2 de diciembre de 2013

PSICOSIS III

Bajo el título, en el póster español, reza la frase “La más asombrosa de todas” –luego en el dvd, lo cambiarían por “La más terrorífica de todas”-  y yo estoy convencido de que esa frase promocional está ahí, precisamente, por todo lo contrario, pero claro, si pusiesen “La más mierdosa de todas”, no sería una buena publicidad… aunque eso tampoco sería de recibo, pues estaba por venir la cuarta parte.
Lo que si que tiene esta tercera parte, es el póster más molón de todos. Es cómo si intentaran hacer de Norman un nuevo Freddy Kruegger, pero Norman es demasiado antipático para convertirse en eso.
El caso es que, efectivamente, la película es mierdosa, comparándola con esa segunda parte de “Psicosis” que tan satisfecho me dejó en el reciente visionado. No obstante, no es una mala película de “psycho-killers”, es bastante disfrutable, y resulta encomiable el intento de darle una pequeña vuelta de tuerca a la saga, sin salirse del motel, poniendo un par de personajes que le dan colorido a lo sórdido del asunto.
Una monja que ha perdido la fe y que en un ataque de histeria propicia la muerte de una compañera, abandona los hábitos y el claustro quedando perdida por los caminos. Entre unas cosas y otras, acaba en el motel de Norman. Esta le recuerda a su primer víctima, Marion, ya que físicamente es igual, y termina enamorándose de ella. La cosa es reciproca, pero se ve truncada por la doble personalidad de Norman, es decir, por su madre, que le llama cochino y le insta a matar a esa zorra que solo intenta separarles. Por otro lado tenemos la presencia de un aspirante a estrella de rock que es contratado por Norman como recepcionista, y a una periodista que quiere hacer un artículo sobre el muchacho y que complicarán las cosas. Aunque no mucho.
Obviamente, como secuela de “Psicosis”, es flojilla, pero no está peor que otras muchas películas del género. Es entretenida y con las dosis de suspense y mal rollo justas como para tenerla en cuenta.
La gracia está en que se trata del debut como director de Anthony Perkins, que ayudado por Ken Russell (hay quien incluso afirma que la dirigió este segundo) apuesta por un ambiente aún más enrarecido que el de su predecesora (Richard Franklin sí que mamó bastante de la teta de Hitchcock) y por una dirección de lo más estándar y de estudio, es decir, impersonal, no notándose la mano del nuevo director por ninguna parte.
Su experiencia en ese campo se prolongaría con una película más dos años después, “Lucky Stiff” una especie de “spoof” videoclubero, cuya frase promocional rezaba “Esto es como si “Psicosis” se encontrara con “Agárralo como puedas"", y que pasó totalmente inadvertida, cosa que no me extraña en absoluto. Y es que, tristemente, a pesar de lo dotado que estaba Perkins para la actuación, el personaje que interpretó transcendió mucho más que el, y tuvo que vivir de los restos de Norman hasta el día de sus muerte.
“Psicosis III”, concebida en un principio pare revitalizar la franquicia, fue un sonoro fracaso a nivel mundial, lo que no fue óbice para que la figura de Norman siguiera siendo explotada en la pantalla, aunque fuera la catódica. Prueba de ello son el telefilme "Psicosis IV", del que ya no hablaremos,  "Bates Motel" o la serie de mismo título que actualmente se emite por televisión, además del remake plano a plano de la primera, dirigido por Gust Van Sant, controvertido fracaso, que no obstante, a mí, me parece más que digno, aunque a Vince Vaugh no le va el papel de Norman en absoluto. De hecho, después hizo carrera en la comedia, y se le da muy bien.
En el reparto, junto al señor director, tenemos a un jovencito Jeff Fahey, que ya sobreactuaba de lo lindo, incluso en una escena tan idiota como en la de su personaje está iluminando, con dos lamparitas de noche, a una zorra que bailotea en la cama mientras lame recortes de revistas porno.
Se deja ver perfectamente.