lunes, 23 de noviembre de 2015

WIRED

“Ahora mismo tengo una caterva de brujas a mi servicio que arrojarán sus males de ojo sobre esa cosa. Espero que  “Wired” jamás se estrene y voy a poner todas mis energías en ello para conseguirlo, te lo digo honestamente ¡Que arda en el infierno!”. Con estas palabras –más o menos, que es una traducción mía- contestó Dan Aykroyd a una entrevista de la MTV, cuando le preguntaron sobre el proyecto en ciernes, “Wired”, la película inspirada en el Best seller que cuenta la vida de John Belushi, "Como una moto: la vida galopante de John Belushi", escrito por el prestigioso Bob Woodward.
Y es que pocas películas tienen una historia tan dura –y apasionante- detrás de sí como esta. Todo lo que Belushí tocó en vida, a su muerte lo llenó de tensión y mal rollo. Esa es mi opinión.
Resulta que si bien John Belushi no es un actor del todo conocido en España, solo los fans que en España pueda tener conocemos la existencia de esta extraña película, invisible, ignota y maldita, que no había forma de encontrar, hasta que un alma caritativa la colgó en la red. Antes de esto, la película era como si no existiese, porque amigos y familiares de Belushi, se encargaron de boicotearla usando todo el poder e influencias que estos tenían en Hollywood. Incluso, cuenta la leyenda, que James Belushi, hermano de John, iba videoclub tras videoclub alquilándola, no la devolvía, y así se fueron eliminando las pocas copias que se pusieron en circulación, al menos en Hollywood y Los Angeles, pero esto huele a bulo.
El libro de Woodward, “Como una moto, la vida galopante de John Belushi” que es como se tituló en España cuando se publicó por primera vez ¡25 años después de que lo hiciera en los USA! se convirtió en un best seller, básicamente porque contaba los fiestones que se pegaba Belushi, los rayajos que esnifaba y lo estúpido que era –estupidez supina que lo llevó a la muerte-, cosa esta que, no obstante, en Hollywood no gustó nada, y familiares y amigos del actor acusaron a Woodward de sensacionalista y explotador al presentarnos a Belushi como un personaje negativo y no retratar una imagen fiel –según sus allegados- del comediante. Lo mismo dijeron los familiares de Antonio Vega cuando se estrenó el magnífico documental “Antonio Vega, tu voz entre otras mil”, por lo que tiendo a pensar que los familiares -¿Qué van a decir?- no son muy juiciosos ni objetivos a la hora de hablar de los suyos y a fiarme más de los periodistas que han estado investigando años sobre las personalidades de estos, al fin y al cabo, yonkies. Argumentando que Woodward no pasó el manuscrito terminado a la viuda de Belushi antes de su publicación –y bien que hizo- el libro se ganó una muy mala reputación dentro del mundo de Hollywood.
Woodward, que tampoco era un angelito de la caridad, quiso vender los derechos de su libro rápidamente con el fin de que se hiciera una película y cobrar un sustancial cheque, pero en Hollywood, a este tío, lo mandaban a tomar por el culo rápido; ningún estudio quería producir una película en la que el malo de la misma, era el mismo Hollywood.
Finalmente, los derechos los adquirieron un par de productores independientes, que consiguieron 13 millones de dólares, lo que la convertiría en una película de bajo presupuesto. Se contrato a Woodward como asesor técnico y al director Larry Peerce, con mucha experiencia en telefilmes, pero más bien poca en largos para cine, así como al actor Michael Chicklis (“La cosa” en  Los 4 Fantásticos") que fue elegido tras un casting de 200 actores como el mejor de todos ellos para dar vida a John Belushi.
La película se rodó y ninguna distribuidora quiso hacerse cargo de ella para llevarla a los cines, ni las de los grandes estudios, ni las independientes. Woodward afirmaba que este boicot era debido a las fuertes presiones de Hollywood para no estrenarla, pero las distribuidoras decían que no se hacían cargo de ella, sencillamente, porque era una puta mierda. Finalmente una pequeña distribuidora consiguió sacarla en vídeo de manera reducida; pocas copias y en pocas tiendas. Un fracaso absoluto, para fortuna de los poderosos amigos y familiares de John Belushi. Aquí hay que creerse la versión de las distribuidoras, porque ajeno al boicot ejecutado por las personalidades de Hollywood , el festival de Cannes de 1989 la estrena dentro de su programación con una de las mayores expectaciones que tenía el festival en años. De hecho, el día del estreno, la entrada del cine donde se proyectaba se colapsó, colas interminables para las  poco más de 800 butacas con las que contaba el recinto. Bien, pues la película resultó ser tan espantosa, que a mitad de la proyección, ya se estaba marchando el público de la sala. Para cuando aparecieron los primeros títulos de crédito, la gente empezó a abuchear y a pitar a la película, como no se recordaba en mucho tiempo en Cannes. Tras esto, la película murió comercialmente. Quedó relegada al olvido rápidamente. Y aunque circularon copias a lo largo del planeta, la película nunca se emitió en televisión, nunca gozó de más ediciones en VHS de la que sacó esa distribuidora pequeñita, y nunca se editó en DVD.
Puede que en parte sea debido a ese supuesto boicot de los Belushi y compañía (capitaneado por Judy Belushi, Dan Aykroyd  y James Belushi), no lo ponemos en duda, pero lo cierto es que la película es mala a rabiar, una de las peores películas que se pueden ver, sosa, aburrida, mal montada, mal contada, sin ritmo alguno, sin coherencia ni argumento…y ni la más mínima gracia.
Y es que, aún basada en el libro de Woodward, la película es de lo más marciana y se toma unas licencias de lo más estúpidas: Se nos presenta a John Belushi en el deposito de cadáveres, y a partir de ahí, toma protagonismo ¡El fantasma de John Belushi!, que como si de “Cuento de Navidad” se tratase, es llevado por un taxista Portoriqueño –e insoportable- hacia momentos clave de su vida que se nos muestran a modo de flash back y sin orden ni concierto, de forma aleatoria, como si abrieran una página del libro al azar, y dijeran “Vamos a rodar esto mismo”. Para más inri, el propio Bob Woodward aparece como personaje, en una subtrama que más que aportar, ralentiza la acción, en la que este negocia con la viuda de Belushi el trasladar la vida de este a un libro. Y lo mejor de todo es que ni el fantasma, ni Woodward, están en el  libro original en el que esta mierda se basa. Un desbarajuste vaya. Al final la película es como un cochambroso álbum de cromos al que le faltan la mitad para completar la colección.
Por otro lado la mayoría de los protagonistas de la historia, no autorizaron su imagen para parecer en la película,  así que salvo John Belushi, el resto de protagonistas de la historia, o no aparecen – solo se les nombra-, o si lo hacen  es con el nombre ligeramente cambiado. Así Judy Belushi pasa a ser Judith Belushi, Dan Aykroyd pasa a ser Danny Aykroid,  los “Blues Brothers” pasan a ser sencillamente Los  “Blues” y John Landis, que aparece en la película, acaba siendo un director de cine sin nombre.
Yo acabo de verla con la expectación que requería el saber de su existencia, y aún sabiendo que era una película muy mala, no me podía esperar que lo fuera tanto. Me ha costado un imperio el no quitarla, porque, es que parece mentira que una historia tan intensa, con tanta miga, sea contada de manera tan aburrida y tan torpe. Sin ir más lejos, la escena en la que, estando Belushi absolutamente drogado en su caravana, es requerido por Jonh Landis para rodar en el set de “Granujas a todo ritmo”, es lo más vergonzante que he visto en mi vida. Landis acaba dando un puñetazo a Belushi que lo tumba; en la vida real, uno de los episodios más populares. Bien, pues la forma en la que se resuelve eso en pantalla y el como está montado, es para coger al director y al montador, despedirles y que no vuelvan a tocar celuloide en sus putas vidas.
Una película de mierda…Pero la historia que trae consigo es fascinante ¿a que si?
Michael Chicklis, el elegido entre 200 para dar vida a Belushi, resulta ser demasiado soso, demasiado guapo, demasiado alto y demasiado delgado para parecernos un Belushi creíble, además de ser un actor del montón que eso, si, se esfuerza por hacerlo lo mejor posible. En una entrevista afirmó que la vida de un actor es impredecible, puesto que un día se encuentra firmando el contrato de lo que se supone que será el papel de su vida en una película importante para, tras concluirla, no volver a conseguir papeles en un largo periodo de tiempo por culpa en concreto de ese papel. Está para matarlo, por no hablar del maromo que hace de Dan Aykroyd, Gary Groomes, más parecido a Chevy Chase que al larguirucho. De hecho, al verlo en pantalla  me creí que encarnaba a Chevy Chase, que dicho sea de paso en la peli solo aparece nombrado.
En definitiva, “Wired” no es más que una porquería que como curiosidad, obviamente, nos la satisfice, pero hay que pagar el alto precio.
A estas alturas de 2015 el proyecto del Biopic “Made in Hollywood” sigue en pre-producción; dudo mucho que llegue a realizarse y si lo hace, no creo que sea algo mucho más destacable que este, a juzgar por su reparto con Emily Hirsch como Belushi y Ryan Reynolds como Chevy Chase…