sábado, 10 de diciembre de 2016

SONÁMBULOS

Como saben de sobras, en este blog no sentimos mucha simpatía por el cine de la década de los 90, especialmente en cuanto a terror y fantástico se refiere. No obstante, eventualmente nos gusta revisar alguno de aquellos productos para ver si nuestras primeras impresiones han cambiado o mejorado con el paso de los años. Es algo que solemos hacer mucho en el podcast. Y en ocasiones resulta que una peli que no teníamos en demasiada buena consideración termina ganándose nuestras simpatías. Una como, por ejemplo, esta de la que les voy a hablar a continuación, "Sonámbulos", "Sleepwalkers" en versión original.
Narra la historia de una madre y su hijo que, bajo una apariencia humana común y corriente, ocultan su condición de criaturas monstruosas, algo así como unos leones sin pelo cuyo fin es alimentarse a base de energía virginal y reproducirse. A poder ser entre ellos, llevando a la práctica las más flagrantes sesiones de incesto imaginable (y que, imagino, en los 90 sería un elemento la mar de transgresor). El benjamín se ha encaprichado de una chavala del colegio con el himen intacto a la que pretenden churrupetear, algo que pone celosa a la progenitora. El intento de zampársela desencadenará el inevitable drama bañado de horrores.
Vi "Sonámbulos" cuando se estrenó. Principalmente vibré con el legendario cameo que se marcan algunos nombres de peso ligados a mi género favorito, Clive Barker, Tobe Hooper, Joe Dante y John Landis, encabezados todos ellos por el mismo Stephen King, autor del guión, reclamo del film y, como de costumbre, interpretando a un palurdo (sin olvidar el papelito que se marca Mark Hamill). El otro elemento que me la puso gorda es el hecho de que los gatos son los mayores enemigos de los monstruos de la función, y resulta que el gato es mi animal favorito. Ello también se tradujo en mucho sufrimiento cuando estos son asesinados no sin cierta crueldad, pero para compensarlo está su incuestionable condición de héroes, en concreto si hablamos del minino de la policía, Clovis, uno de los grandes "héroes animales" olvidados del cine contemporáneo y que posaba junto a Stephen King en una portada de la revista "Fangoria". Y no solo la yankee, también la Española, pues eran los tiempos en los que esta se editaba por acá bajo la tutela de Luis Vigil.
¿¿El resto de la peli??, pues bueno, en su época me pareció de lo más mediocre. De hecho, aunque llegué a disponer del poster en mi dormitorio (supongo que más por lo de los gatos que otra cosa), creo que no la alquilé en vídeo para verla una segunda vez. Y si lo hice, ni me acuerdo.
Vista hoy, y contra todo pronóstico, puedo decirles que me gustó. Me entretuvo. Me pareció muy sencilla, maja y correcta. Nada del otro mundo, pero al menos tampoco me hizo trallar. Dejando de lado a famosos y gatos, me moló que hubiese algo de gore (en unos tiempos en los que, progresivamente, fue desapareciendo de las pantallas) y llamaron mi atención algunos de los actores, destacando a Mädchen Amick (en aquellos tiempos de moda gracias a su papel en la serie del momento, "Twin Peaks"), Alice Krige (el fantasma de "Historia Macabra"), Lyman Ward o Ron Perlman.
Quizás lo peor de ella sea la utilización de un efecto muy feo pero muy común en esa época, el "morphing", realmente chungo. Me complace que fuese algo pasajero y hoy ya no quede rastro del mismo. O, al menos, que lo hayan mejorado tanto como para que ya no resulte ofensivo. También me hizo gracia revivir ese absurdo crimen mediante mazorca que, mientras en 1992 nos pareció ridículo y patético, hoy lo considero hasta medianamente original. Lo que hace el paso del tiempo...
Dirige el cotarro el irregular Mick Garris, lo que explica la aparición de todos esos "Masters of Horror".
Simpática.