Después del fracaso del biopic de 2Pac “All Eyez On Me”,
flojo drama de estructura televisiva que en los USA no ha interesado a nadie —y
cuyas críticas han sido feroces—, a los ejecutivos les ha parecido coherente,
que el subgénero de Biopics de raperos, funcionarían mejor en la caja tonta que en las pantallas de cine (lo de
“Straight Outta Compton” fue la excepción), y así lo ratifica el reciente éxito
de “Roxanne, Roxanne”, biopic producido por la plataforma Netflix que cuenta la
vida de la mítica rapera cuya azarosa y dramática vida no le permitió triunfar
por todo lo alto en el mundo de la música. Este ha ido bien, y ya son varios
los biopics de raperos que se preparan para estas plataformas.
Como fuere, están de moda. Y lo que es mejor y más
interesante, esta moda ha llegado a las cinematografías emergentes
latinoamericanas.
Entonces, para los países de lengua hispana, Vico C Rapero
newyorkino de nacimiento, pero criado en
Puerto Rico donde desarrolló su carrera, es el rapero más legendario que hay en
lo referente al rap en español. Y por supuesto, el cine portoriqueño tenía que
hacer su propio biopic raperil.
Para ello, con guion, música y asesoramiento del propio Vico
C (“Vico C, la vida del filósofo” no deja de ser una gran masturbación), se
encomienda esta misión al director Eduardo “Transfor” Ortiz (lo de “Transfor”
debe ser el mote) que es uno de los directores de cine emergente más
importantes. Tanto lo es, que se le ha encargado también la dirección de “Sanky
Panky 3” saga Dominicana que venimos reseñando aquí desde la primera cinta.
Además, también recientemente fue acusado de plagio como ya les contaré en otra
ocasión.
Obviamente, esta película está rodada con muy pocos medios,
rozando lo amateur. Pero teniendo muy presente siempre la estructura narrativa
de “Straight Outta Compton” a la que tiene muy presente (y de la que es una
obvia consecuencia) y cebándose con lo dramático a base de bien (porque se sabe
que el drama raperil vende y además el latinoamericano tiende siempre al
sensacionalismo), tenemos un biopic muy entretenido, muy folletinesco y
dramático, que básicamente nos habla del origen de un estilo, el rap en
español, la subida y auge de una estrella, la caída por culpa de un accidente
de moto y el posterior enganche a las drogas (Vico C no tiene el más mínimo
problema en mostrarnos su adicción a la heroína, eso si, justificando ese
enganche a través del consumo de calmantes en el hospital. Según él, una cosa
llevó a la otra), de nuevo auge, y otra vez caída con paso por prisión.
Todo eso, y un especial cuidado en lo que es mostrarnos las
escenas concernientes a las canciones de rap, el momento en el que fueron
creadas y su ejecución, amén de tratarse, como ya he dicho, de una muestra de
la emergencia portorriqueña, hacen de “Vico C, la vida del filósofo”, sino una
de las mejores, al menos, de las más interesantes propuestas del subgénero.
Al igual que en “Straight Outta compton” —y una vez más,
fijandose en ella— a Ice Cube lo interpretaba su propio hijo, O’Shea Jackson
Jr., aquí, interpreta a su padre Luis A.
Lozada Jr. hijo del propio Vico C, que demuestra ser un actor con algo de
casta, que tiene un parecido asombroso con su padre y me temo que hasta rapea
mejor.
Recomendable, siempre que tengamos una apertura de miras
mínima.