Total, que Rusty Cundieff rodó con un estudio independiente
esta “Fear of a black hat” y se estrenó en el festival de cine independiente
más célebre de USA, el de Sundance. Por
supuesto, los organizadores de ese festival (con Robert Redford a la cabeza)
eran unos progres neo-conservadores que el año anterior habían tenido todo tipo
de problemas con la violencia de “Resevoir Dogs”, por lo que imperaba, en 1993,
la mogigatería y las películas de aquél movimiento efímero al que llamaron New
Queer Cinema. No dieron ni un duro por la película, por lo que la
programaron en pases de media noche
debido al vocabulario usado en la misma, la violencia y, en definitiva, el
humor chabacano que destilaba toda ella.
Por supuesto, estos festivales suelen servir para exhibir
las películas a los distribuidores que las van a comprar. Bien, pues hubo
hostias por adquirir “Fear of a black hat” que encantó a todo el mundo y fue la
primera película en ser comprada del festival. En consecuencia, se programaron
más pases, eso sí, en sesiones de media noche y todos fueron un éxito.
Las primeras reseñas de la película fueron benevolentes con
ella e incluso Roger Ebert la alabó otorgándole cuatro de cinco estrellas, por
lo que se convirtió en un éxito crítico de 1993. Sin embargo, cuando los
distribuidores la pusieron en circulación en salas comerciales al año
siguiente, no fue a verla nadie. Fue un fracaso y fiasco absoluto, por lo que
la película fue condenada al ostracismo y nunca más se supo.
A día de hoy, sin embargo, hay un grupo muy minoritario de
cinéfilos que la reivindican, por lo cual podemos considerarla un película de
verdadero culto.
El falso documental, cuenta como una estudiante está
haciendo su tesis sobre el estado actual del rap y para ello seguirá durante un
año al grupo N.W.H (Niggas With Hats) —una parodia del archipopular grupo de
gangsta rap N.W.A. aunque las personalidades de cada rapero están inspiradas en
varios raperos a la vez…un auténtico lío demasiado difícil de explicar al
neófito. Del mismo modo, el título de la película se inspira el el título del
tercer álbum de Public Enemy, “Fear of a black planet”—. Durante el periplo,
vemos como el grupo triunfa glorificando la violencia, como van cambiando de ideología
y estilo según van marcando las modas del momento, como se separan y sacan
discos por separado y como al final se reúnen de nuevo para continuar con lo
que estaban haciendo. Todo este hilo argumental servirá para pegarle un repaso
a la escena de rap del momento, de lo más mordaz y agresiva. En la película los
raperos quedan retratados de cualquier cosa menos de bonitos y todo rodado de
una manera sencilla, pero inteligente, y un guion tontorrón pero eficaz que
convierte a la cinta en una obra muy interesante.
Por otro lado se realizó una banda sonora humorística
escrita y compuesta por el mismo director (que protagoniza, además, la
película) y por los co-protagonistas, que no tiene ningún desperdicio, y cuyas
canciones son introducidas en la película a modo de vídeoclips (ficticios) que
se me antojan lo mejor de la película.
Curiosamente, ese mismo año se estrenó también “CB4” de
Tamra Davis y protagonizada por Chris Rock, que es exactamente la misma
película. Es también un falso documental que se centra en la historia de un
grupo parodia de N.W.A. y que nos muestra escenas clavadas a las de esta
película. Es como si alguien hubiera cogido el guion de “Fear of a black hat” y
lo hubiera vuelto a rodar con muchos más millones de presupuesto. No he podido
encontrar información al respecto, pero así, a bote pronto, “CB4”, que mira que
me gusta esa película, apesta a sucio y repugnante plagio por parte del cine de
estudios. Lo extraño, además, es que no solo tiene situaciones y gags exactos a
la película que nos ocupa, sino que muchos de los secundarios de “Fear of a
black hat”, aparecen también en “CB4” y es todo muy misterioso.
Verdaderamente, me gustan mucho las dos, no podría quedarme
con una, pero creo que esta es más genuina, más valiente y, en definitiva,
mejor película. Al margen, hay momentos en los que te partes el culo.
Rusty Cundieff, después se asoció con Spike Lee para rodar
un “Cuentos de la cripta” en plan negrata con la maja “Tales from the Hood”, y
luego, tras un par de películas indies sin relevancia, se refugió en la
televisión, la cual no abandonará más que en momentos esporádicos, como la vez
que le encargaron uno de los episodios de “Movie 43”.