Reginald Hudlin, director de la primera película y creador
del concepto —que en cierto modo, “House Party”, es una película de autor— ya estaba
a otras cosas y rehusó el hacer una nueva comedia para lucimiento de Kid
–N-Play. Él ya había hecho su película sobre fiestas caseras y ya estaba con la preproducción de su film de
estudio con Eddie Murphy, “Boomerang, el príncipe de las mujeres”, por lo
que la
película quedó en manos de los productores George Jackson y Doug Mc
Henry (productores de las más populares películas hiphoperas. Han puesto pasta
en “Krush Groove”, “Tres gordos y un millonario” o “New Jack City”), que con
mucha experiencia en películas de negratas, sin embargo, era la primera vez que
se ponían detrás de las cámaras. Para hacer su aparición más enrollada, y por
si la cosa colaba y podían seguir explotando en filón posteriormente,
decidieron firmar la película con sus nombres de pila, quedando una cosa
desenfadada y pizpireta; “Una película de Doug & George”.
“House Party 2” comienza justo un tiempo después de donde
acabó la primera entrega y tenemos un conflicto entre Kid-N-Play, porque el
primero va a ir a la universidad, como le prometió a su padre ya fallecido (se
mató al personaje tras morir el actor que lo interpretaba, Robin Harris) y el
segundo está resentido porque están a punto de firmar un contrato discográfico
con una compañía que les llevará al estrellato y Kid no va a firmarlo. La cosa
se complica cuando el primero pierde el cheque con el dinero de la matricula en
el coche de Play y, este, utiliza ese dinero como adelanto de la grabación de
su LP en solitario, con tan mala suerte que resulta que los de la discográfica
son en realidad timadores de tres al cuarto y les tangan el dinero. Tras
resolver sus rencillas por este incidente, Kid –N-Play decidirán que la mejor
forma de conseguir el dinero que Kid necesita para pagar su matricula, es
organizando una gran fiesta en el campus, por lo que organizarán una gran
fiesta de pijamas.
Con la fiesta que da título a la película como elemento
secundario de la trama, “House Party 2” lo que hace es cambiar el entorno donde
suceden los acontecimientos y repetir los gags que funcionaron en la primer
película. También potencia la presencia de artistas de la música negra, por lo
que introduce nuevas actuaciones dentro de la fiesta de gente como Toni, Tony,
Tonë, o tiene papeles secundarios para
rappers como puedan ser Queen Latifah (quien luego desarrollaría una fructífera
carrera en el cine) o Kamron (rapero blanco de un grupo súper odiado por los
puristas llamado Young Black Teenagers, y es que, siendo un grupo de blancos,
chocó un poco que en su nombre usaran la palabra “Black”), que además le darán
variedad a la parte musical. Por lo demás, repite la mayoría del elenco de la
primera película, incluido Martin Lawrence que ya era un personaje muy, muy
popular gracias a su serie televisiva.
“House Party 2” no funciona a ninguno de los niveles. Cuando
se repite un gag de la primera la cosa está tan forzada que da cierta grima, y
el resto de comedia apenas si logra hacernos esbozar una sonrisilla. En
resumidas cuentas, es un rollo macabeo, muy inferior a la, ya discretita,
primera parte que, aunque el fin de semana de su estreno se posicionó en el
número uno de la taquilla, poco a poco se fue desinflando hasta desaparecer de
la cartelera. A España ya llegó directamente en vídeo.
Como anécdota decir que, Roger Ebert, defensor a ultranza de
la primer parte, dijo que esta no es más que una película de Pat Boone, pero
sustituyendo sus trajes blancos por gente negra ¡Te cagas! No obstante, añade
que, como sea, tampoco es una mierda de película. A mí “House Party 2”, me
parece lo peor de lo peor. Pero tiene su aquél, aunque sólo sea por mala.