lunes, 8 de junio de 2020

LA BARBERÍA 2

Ya sin las capacidades de Tim Story a la dirección, que por desavenencias abandonó el rodaje justo antes de comenzar y tuvieron que buscar deprisa y corriendo un sustituto, tenemos llevando las riendas de la nueva entrega de “La Barbería” a  Kevin Rodney Sullivan. Sullivan, provenía del mundo de la televisión y  “La Barbería 2: Vuelta al negocio” supuso su primera película para la pantalla grande. Inmediatamente después, rodaría su primer y único —y moderado— éxito “Adivina quién” con Asthon Kutcher y para lucimiento del cómico Bernie Mac, para luego acabar de nuevo inmerso en la televisión.
En esta ocasión, la barbería de Calvin verá su existencia en peligro por culpa de las grandes corporaciones que querrán instalar en ese barrio sus centros comerciales y negocios, incluyendo, una moderna cadena de barberías que situará uno de sus establecimientos justo enfrente de la que regenta nuestro protagonista.  El cómo las fuerzas vivas presionan a Calvin para que convenza al resto de  pequeños empresarios a vender sus establecimientos a los poderosos, compondrán el resto de la trama. Una trama que no es más que un hilo conductor para que el espectador disfrute de lo que realmente interesa, que no es otra cosa que las típicas conversaciones dentro de la Barbería. El posible contenido social hace referencia a lo necesaria que es la pequeña empresa para mantener la entidad de las comunidades, así que arremete ante las grandes corporaciones que absorben todo, hasta lo más histórico.
A eso podemos sumarle otras subtramas, más bien débiles, como la que protagoniza Isaac (Troy Garity), el peluquero blanco que en esta ocasión se ha convertido en la estrella de la peluquería en el barrio; todo el mundo quiere sus diseños y sus cortes de pelo, los cuales firma marcando una “i” en el cogote de sus clientes. Se le sube a la cabeza y abandona la peluquería. La otra subtrama sería la que protagoniza  Gina (Queen Latifah), ex novia de Calvin que también regenta su propio salón de belleza y que durante toda su intervención deja claras señales de seguir enamorada de este o, por lo menos, guardarle mucho cariño. Esta subtrama existe dentro de la película con la única intención de servir como punto de partida del Spin Off que protagonizaría Gina; la película  “Salón de belleza”, una versión femenina de las correrías eminentemente masculinas de “la Barbería”. No tuvo ningún éxito, pizca más o menos, lo mismo que la que nos ocupa.
Y sin embargo “La Barbería 2: de vuelta al negocio” no es en absoluto mala película, simplemente, que en contenido y formas no aporta nada nuevo, es demasiado parecida a la que le precede, por lo que en taquilla se tradujo en unos modestos 65 millones de dólares para una película que costó 30 millones, más del doble que la primera entrega. Ganó pasta, sí,  pero no era un negocio redondo. Con estas cifras, para el target americano, podemos hablar de fracaso. Aún así, generó beneficios.