lunes, 6 de julio de 2020

BEATS

“Beats” es la rara avis de las películas que ambientan sus argumentos dentro de la cultura Hip Hop, porque si estas se centran SIEMPRE en la figura del rapero —exceptuando, quizás, las películas primigenias del género (“Beat Street”, “Wild Style”) que se centraban en la figura de graffitero o el breaker y que eran de un carácter marcadamente documental al intentar retratar un movimiento relativamente nuevo— “Beats” deja al rapero a un segundo plano para centrarse en la figura del “Beatmaker” o “Productor” —que es la persona que se encarga de hacer los ritmos sobre los que el rapero soltará sus rimas—. Entonces, aquí tenemos una historia clásica de superación personal, de salir del barrio hostil a través del talento, en un drama (que le va mucho el drama a las películas sobre Hip Hop) muy al gusto de señoras de mediana edad, que se mueve en un terreno francamente difícil porque, si el rapero tiene el campo de acción de las batallas de rap o de desmostar su valía en los escenarios, el “Beatmaker” es un individuo que no necesita salir de su habitación para demostrar su talento y habilidad. Cualquier escena de elaboración de un ritmo frente a una caja de ritmos o un ordenador, será aburrida y carente de emoción. Lejos de amedrentarse con eso, “Beats” lo utiliza a su favor y nos muestra a un individuo confinado en su habitación por motivos de salud mental. Doble superación.
Un adolescente sufre de agorafobia tras presenciar el asesinato de su hermana, por lo que no puede salir de casa sin que le den ataques de pánico. Pero resulta que este muchacho encerrado en casa, hace unos ritmos asombrosos. Por otro lado tenemos a un ex manager de grupos de rap que en la actualidad trabaja como guardia de seguridad en el instituto. Como este muchacho, debido a su trauma, lleva un largo tiempo sin ir al instituto, el guardia de seguridad se persona en su casa para ver que sucede, y es hablando con su madre cuando se da cuenta de que el chaval hace unos ritmos innovadores. Cuando en un descuido de su madre, este se mete en la habitación del muchacho, será testigo de uno de sus ataques de pánico. No obstante, se las igeniará para, con el talento del chico, volver a primera fila de la industria musical. Pero lo tendrá difícil porque, claro, el chico no puede ni quiere salir de casa, lo que dificultará todo un poco.
Precedida de críticas positivas, se trata de un producto Netflix de lo más curioso, que aun entretenido (que lo tenía chungo) y original en su planteamiento, al final se prodiga como un drama de estructura televisiva que, difícilmente, llega a enganchar del todo y a duras penas pasa del aprobado. Aunque se valora el intento de hacer algo diferente. Sin embargo, el neófito se quedará igual que estaba después del visionado, porque el tema de realizar ritmos no queda muy bien explicado. Es más, si no sabes de que va el rollo, el espectador se quedará un poco extrañado porque no comprenderá que hace ese individuo tocando botones, ni entenderá el proceso de lo que es hacer un ritmo. Aunque, supongo, que serán pocos los neófitos que se acerquen a una película sobre un individuo que hace ritmos de rap.
La estructura televisiva, no es culpa de la plataforma que se empeñe en lanzar productos de esta índole (dios sabe que intenta hacer películas lo más mainstream posible, otra cosa es que les salga), más bien sería culpa de su director, Chris Robinson, que si bien se ha ganado la vida realizando videoclips para reputados raperos, su experiencia en la ficción es eminentemente televisiva y se reduce a un par de escarceos con el cine indie con la película “ATL” y, luego ya,  “Beats” y uno de los episodios de la serie “Wu Tang: An American Saga”. Vamos, que no le tiene el pulso medido a la ficción porque es medio novato en esas lides.
En el reparto, jóvenes promesas del mundo del espectáculo de Chicago, lugar donde se desarrolla la película, y el protagonismo de un delgadísimo Anthony Anderson que, curiosamente, dio vida a un “Beatmaker” en la estupenda “Hustler & Flow”, con lo que algo familiarizado estaría con el tema. Aquí, es el ex manager entendido en la materia.
Normalita. Se puede ver.