miércoles, 31 de mayo de 2023

MARQUESINAS DE REFILÓN 2

Cuando confeccioné la reseña de "Blue Jean Cop", comenté la escena situada en la famosa calle 42 de Nueva York en la que aparecían una ingente cantidad de cines, luciendo en sus marquesinas títulos de relumbrón para nosotros y el lector medio de este blog.
También entonces amenacé que algún día rejuntaría todo ello en una entrada, la segunda entrega de "Marquesinas de Refilón". Pos bien, ese día ha llegado, y dice asín...




Fíjense bien al fondo, a su izquierda, cine "Harris", películas
"Yo soy la justicia 2" (o "Death Wish 4: The Crackdown") y
"American Justice". Todo apunta a que se trata de "Ente Chacales"
de 1986, conocida también como "Jackals".  Curiosamente,
"Harris" fue una de las dos últimas salas en cerrar cuando remodelaron
totalmente la calle 42, destruyendo su espíritu y dando lugar
a la hoy tan apreciada, explotada y cacareada leyenda.
A su derecha, un poco más pequeña, divisamos una
marquesina con "Aullidos 3" ("The Howling 3") y "The Outing", también
conocida como "The Lamp", aquí "La lámpara".



Con esta no hay mucha complicación....
"Hidden (Lo Oculto)" y "Pesadilla en Elm Street 3"



Dos comedias juntas, por un lado "Fatal Beauty", "Belleza Mortal" en
España, vehículo de lucimiento para Whoopi Goldberg con dos curiosidades
añadidas, la dirige Tom "Noche de miedo" Holland y el co-protagonista es... ¡Sam Elliot!
prota de la misma "Blue Jean Cop". Vaya cachondeito.
Debajo tienen "Disorderlies" o, lo que es lo mismo, "Tres gordos y un millonario"
lucimiento para los "Fat Boys".




Aquí, aunque todo el fondo está borroso, podemos
discernir, a su izquierda, "Catch the Heat" o "Misión: Alto Riesgo",
film de acción del que publicamos el trailer en su día,
y una de naturaleza un pelo distinta, concretamente de terror,
"Prom Night 2" o "Hello Mary Lou: Prom Night 2" (este segundo
titulo sería demasiado largo para la marquesina).



Finalizando ya, una verdadera orgía para los ojos.
De izquierda a derecha, "Steel Dawn" o "El guerrero del amanecer",
"China Girl" y haciendo maravilloso doblete, 
"El príncipe de las tinieblas" + "Witchboard (Juego Diabólico)".
No... no lo digas... no, ¡¡no lo digas!!...
¡aquellos sí era buenos tiempos, cojones!
(lo ha dicho)

lunes, 29 de mayo de 2023

WINNIE THE POOH: BLOOD AND HONEY

El popular libro de cuentos “Winnie The Pooh” de Alan Alexander Milne, un clásico de la literatura infantil y juvenil de los años 20, narraba las aventuras del osito de la miel y sus amigos, todos animales de peluche antropomórficos, personajes queridísimos por todo el mundo que, sin embargo, se encargó de popularizar la Disney a nivel masivo con una serie de películas de animación que, desde los años 60, convertía a la compañía en la única propietaria de los derechos cinematográficos.
Sin embargo ya han pasado 100 años desde la creación de la obra escrita y, en consecuencia, ha pasado a ser de dominio público, por lo que en Disney han perdido el privilegio de ser los únicos propietarios de los derechos cinematográficos. Ahora cualquiera puede hacer una película de Winnie The Pooh.
No le faltó tiempo al productor y debutante Rhys Frake-Waterfield, niño pijo de Essex, en aprovecharse de esto en busca de algunos dólares. Por su puesto, con su pinta de estudiante de empresariales de buena familia, Waterfield previamente había producido títulos de esos que proponen ideas imposibles y que a estas alturas resultan irritantes, del tipo de “Firenado”, “Pterodactyl”o, tirando de nuevo de mitología pop libre de derechos, “Curse of Jack Frost” o “Return of de Krampus”. El hecho de que Winnie The Pooh quedara libre le vino que ni al pelo, así que, no contento con producir, también se encargó de dirigir la que, posiblemente, sea una de las películas más virales de los últimos años: “Winnie The Pooh: Blood & Honey”. Y nos propone darle una vuelta de tuerca al personaje del osito Winnie para convertirlo en una suerte de Leatherface fantasioso y de baja alcurnia que mutila y despelleja jovencitas con total brutalidad. Y además lo hace de una forma barata, chabacana y, por supuesto, posmoderna. Por no hablar del cinismo de Waterfield que osó rodar la película en localizaciones de Ashdown Forest, bosque real donde se ambientan las historias originales de Winnie The Pooh.
Obviamente, cuando soltaron varias imágenes de la película, estas tenían muy mala pinta. Se veía claramente un Winnie The Pooh que en realidad era un señor disfrazado con una evidente máscara del osito muy cutre y grotesca (lo que lleva a uno a pensar que, igual, no haya un Winnie The Pooh como tal en la película, sino un psycho killer disfrazado de Winnie The Pooh. Craso error: Es Winnie The Pooh), así como se mostraban imágenes del mismo con un hacha, o con una señorita amordazada… todo de lo más trillado y cansino.
Para más inri, se estrena la película y la crítica en general se ceba con ella. La escritora Kelly McClure  llegó a ponerla como ejemplo del mal al que se expone una obra una vez queda en dominio público y, en general, el fandom incluido, consideran que “Winnie The Pooh: Blood and honey” no fue una buena idea. Uno de los comentarios que más se repetía, es que la película no tiene un argumento coherente. Pero a Rhys Frake-Waterfield le salió la jugada de puta madre, porque, rodada en tan solo 10 días y con un presupuesto de 100.000 dólares (lo que cuesta un piso hecho una mierda en el barrio de Usera), la película ha recaudado poco más de 5 millones en poquísimo tiempo. Y se trata de una película que, salvo en México, donde tuvo un estreno normal de tres pases diarios, sus premieres fueron reducidas a pases especiales o estrenos de pocos días en cartel lo que viene siendo en USA y Canadá. En Europa no se pudo estrenar porque en el viejo continente Winnie The Pooh no estará en dominio público hasta 2027. Con lo que Waterfield ha creado una película altamente rentable que le ha dado pingues beneficios. Por eso el tipo amenaza con una segunda parte que ya está en preproducción.
El caso es que, dispuesto a ver el mayor mojón que ha parido madre, le di al play a mi reproductor y, no es que me encuentre una gran película ni mucho menos… pero tan, tan, tan mal, no está.
Y es que lo que es la premisa principal (que en realidad se ventila en la película en dos minutos antes de dar paso a los créditos a través de unas cutres animaciones) me gusta mucho, y nos cuenta que Winnie The Pooh, Piglet y los demás, se han hecho mayores. Christopher Robin, el niño que jugaba con ellos y les llevaba comida al bosque de los 100 acres, se marcha a la universidad, por lo que deja allí a sus amigos tirados. Estos no dejan de ser pequeñas bestezuelas antropomóficas, por lo que durante la ausencia del chaval, no saben desenvolverse solos en el bosque. Pronto llegan las calamidades y la hambruna, lo que conducirá a estos animales a comerse entre ellos para poder sobrevivir. Esta mala vida les lleva a desarrollar un odio profundo por todo lo que tenga que ver con los humanos y, en concreto, por Christopher Robin. Así que asesinarán salvajemente a cualquiera que se atreva a poner un pie en el bosque de los 100 acres. Y pasados los años, mira tú por donde, a Christopher Robin no se le ocurre otra cosa que ir al bosque con su mujer a visitar a sus viejos amigos. Lo pagará caro.
Después de esta explicación y de los créditos iniciales se da paso a un mata-mata indiscriminado en el que Winnie y Piglet asesinan y torturan a un grupo de universitarias que se pasan por el bosque de los 100 acres, mientras amordazan a Christopher Robin y se las hacen pasar canutas. No hay más.
Es una película muy barata y en los F/X se combina el CGI con los efectos tradicionales y no siempre resulta eficaz. Es más tirando a aburrida que a cualquier otra cosa y el look de Winnie y Piglet, que se ve que son tíos con careta, no mola nada de nada. Pero ellos son tan brutos y sanguinarios, y es todo tan malsano y malintencionado que, no se, me ha caído en gracia. No es una película que vaya a volver a ver o que vaya a comprarme en DVD, pero me ha caído simpática y creo que cuenta con momentos verdaderamente salvajes. También me gusta que ha tenido la capacidad de ofender a entes bienpensantes del mundo de la cultura, y eso tiene muchísimo valor. Pero, por otra parte, es una película cobarde y sin alma, una mera estrategia comercial que ha salido bien, y que se quiere meter al público granudo-virgen en el bolsillo de la manera más rastrera. Pero no ha estado mal verla.
Por otro lado, y por aquello que a la oportunidad la pintan calva, resulta que recientemente la novela en la que se basa “Bambi”, otro de los personajes cuyos derechos de explotación disfrutó Disney, también ha pasado a ser de dominio público, así que, el bueno de Rhys Frake-Waterfield, ya está preparando, en calidad de productor,  “Bambi: The Reckoning” (que ya tiene título español: “Bambi: El ajuste de cuentas”, por lo que intuyo que, al igual que esta, se estrenará con todos los honores en Mexico), su propia versión de horror a partir del pequeño cervatillo, que ya me imagino como va a resolver —y que miedo me da—. Del mismo modo, Peter Pan ya lleva bastantes años en dominio público, así que, ya que está, Waterfield también le va a dar una vueltecita de tuerca a este, produciendo y dirigiendo “Peter Pan’s Neverland Nightmare” (“La pesadilla de Neverland de Peter Pan” en México), así que ¡La veda está abierta!
Lo de que “Winnie The Pooh: Blood & Honey” esté medio bien es consecuencia de la casualidad y la novedad, pero el resto de lo que planea este hombre ya clama al cielo. Por supuesto, acabaré viéndolas, así que, ya les contaré.

sábado, 27 de mayo de 2023

CHANNEL 99

Soy un masoquista incurable, lo sé. Tras sufrir dos medias películas de Joe Sherlock, y detestar sus maneras insulsas, deprimentes en esa incapacidad suya por dotar de vida + color a nada y estéticamente cobardes (ya saben, todo muy contenido, muy formal), tengo los santos cojones de meterme otra dosis vía intravenosa con subtítulos en británico, esta "Channel 99", que se supone homenaje a una cosa muy de yankilandia, las programaciones nocturnas en oscuros canales locales de televisión repletas de películas de terror y ciencia ficción pestilentes. Pal caso no son largometrajes, sino cortos (hasta once) los que desfilan por la pantalla (ello me ha permitido ver la película completa en cinco o seis tandas, porque lograrlo de un tirón es imposible). Todos paridos vídeo mediante, por supuesto, y que incluyen un variado bestiario a base de licántropos, zombies, brujas, aliens, psycho-killers, fantasmas y algo más que se me escapa. La gran mayoría de las historias muestran personajes que llegan a un nuevo hogar, se sientan en el sillón a ver películas del propio Joe Sherlock y/o se marcan absurdos diálogos vía móvil, de esos rellenametrajes. Sí, todo un canto a la imaginación. Así pues, lo único realmente "interesante" de "Channel 99" es... lo que sigue...
Recuerdo una ocasión en la que mi ex y yo quedamos con una amiga suya, de grimoso aspecto, para festejar su cumpleaños. Mientras tomábamos un refresco, comenzaron a llegar el resto de invitados. Resultaba alucinante y desconcertante ser testigo de como, progresivamente, cada uno gastaba una apariencia más espeluznante que el anterior. Contrahechos, físicamente tocados, mentalmente limitados. Una auténtica parada de monstruos. Bien, la ristra de individuos que pululan por "Channel 99" se parecía mucho, muchísimo, a aquel zoo andante del que fui testigo. Un puñado de cuerpos castigados por la mediana edad, y la mala alimentación, encima ataviados con ridículos atuendos. TODOS los repartos de Joe Sherlock son así. Y, a pesar del "shock", en realidad eso está muy bien. Que gente de tal calaña se pegue el gusto de protagonizar "películas" y, encima, salga en pelotas o finja escenas de sexo, resulta revolucionario.
La palma se la lleva un folleteo entre un gordo canoso y la dama más horrorosa de todas, que además de grasa a espuertas gasta un párpado adormilado, medio cerrado, y se marca unos gemidos espeluznantes. ¡Guau! Un gacetillero con menos dignidad diría que Joe Sherlock es "El John Waters del cine de terror" o, si lo prefieren, "del cine de terror SOV". Podría ser, pero me niego a tirar de una etiqueta tan irritantemente predecible e inimaginativa.
Aturde pensar que el tipejo disponga de una audiencia que le adora y sus productos se vendan. Estas cosas solo pasan en Estados Unidos, y por ello me encantan. Aunque si lo analizas un poco y estrujas el lado psicológico de tu sesera, podría considerarse como factor viable el que Joe Sherlock haya logrado un estilo propio muy característico que, sumado a la constancia y la repetición (ya saben, es más sencillo hacerte un público cuando este sabe siempre qué esperar de ti) y, por supuesto, al uso y abuso de cuerpos grotescos de edades avanzadas como gancho erótico-bizarro, hacen de él una mancha peculiar dentro del basto panorama del horror SOV yanki. De ahí ese envidiable séquito de fanes al que alimenta sin descanso, proveyéndolo una y otra vez de la misma mercancía.
Recientemente, el videoasta anunciaba un nuevo lanzamiento, ofreciendo a los interesados la posibilidad de ver online el inicio en plan primicia mundial. Yo, ya saben, acudí. La guasa consistía en imágenes de un señor acercándose a un coche, abriéndolo así como mentalmente, entrando, arrancando y yéndose. Ya está. Una perfecta definición del efecto Joe Sherlock.
Si estás dispuesto/a a asumirlo, y regodearte en ello, atrévete con "Channel 99" y cualquiera de sus otras vasuras con v de vídeo. Si no, mantente lo más alejado posible.

Como regalo por haber aguantado hasta aquí, les dejo una captura muy representativa del Sherlockverso...


viernes, 26 de mayo de 2023

ESPOSA DE VACACIONES

Como ya he contado por aquí mil veces (pero lo haré otra vez para no perder la costumbre), la industria del cine mexicano se sustenta, no solo de esos títulos de autor que pululan por los festivales finos y que eventualmente se estrenan en nuestro país en salas destinadas a la versión original con subtítulos, sino también, de esas películas de carácter casero (o semi casero como en este caso) que se distribuyen directamente en la calle, en mercadillos o mantas en los suelos y que, con el género de narcos por bandera, se las conoce como video home.
Lo que sucede es que, claro, en pleno 2023 ya la venta de DVD mantero ha descendido notablemente, aunque en México aún se estila (y si me apuran, sigo viendo DVDs piratas en la manta aquí en Móstoles). No obstante no pasa nada, porque esta pequeña industria genera mercado y el lugar natural para la distribución de estas películas son las plataformas de streaming. Algunas como Plex se dedican casi en exclusiva a este tipo de producto, pero es inevitable que lo encontremos también en las plataformas gordas tipo Prime, Filmin o Apple TV. Y es de esa manera que me topo con este thriller erótico, navegando en Prime y siendo seducido por un cartel no del todo cutre y una sinopsis atractiva. Vamos, que en cierto modo me la colaron porque no pensaba, antes de darle al play, que me fuera a encontrar con un vídeo home de la más despiadada calaña.
Lo curioso del tema es que hace unos años, si querías ver una película de estas características, de naturaleza marginal, pobre, muy de nicho, tenías que navegar profundamente por la web, muchas veces ni siquiera para descargártelas, sino para poder acceder a algún tipo de tienda que te la vendía en DVD. Ahora están ahí al alcance de cualquiera y me encantaría ver la cara de un espectador medio, poco o nada acostumbrado a este tipo de bajezas, picando como yo piqué y poniendo la película que nos ocupa.
“Esposa de vacaciones” cuenta la historia de un individuo más bien poco agraciado que, aprovechando la ausencia de su esposa, quien se ha ido a visitar a su familia, hablará con desconocidas en la red. Así, conoce a una jamelga toda llena de silicona con la que empezará a chatear. El mejor amigo del individuo le aconsejará que se la tire aprovechando que su esposa está ausente, y alegando que cosas así no le van a suceder todos los días, de este modo el tipo quedará con la mujer y practicará el sexo más desangelado que se pueda ver en una pantalla. El problema es que ambos se acaban enamorando y, mientras ella le cuenta a él que está casada y con hijos, él opta por no decirle nada a cerca de su matrimonio, lo que generará que la cosa se complique más allá de lo sospechado.
Se trata de una película muy cutre, rodada en un vídeo muy vídeo, con unos decorados horrorosos mal atrezzados por váyanse ustedes a saber quien y una especial poca pericia a la hora de encuadrar por parte del operador de cámara. Por otro lado, tienen hasta planos aéreos de drone, que hoy en día son accesibles. Vamos, nada nuevo o que no hayamos visto ya en este tipo de películas mexicanas de tercera.
Tampoco es nuevo que les diga que por cutre, por marciana, por incorrecta y por esa sensación que desprende la película de que todo importa un carajo, se ganó mi simpatía a los pocos minutos de visionado. Pero sobre todo, y esto pasa mucho con estos vídeo homes mexicanos, me sorprendió gratamente que la película, con todo eso, está entretenida de cojones, y me la vi del tirón y sin pestañear poniéndole el interés que se le pone a un producto mainstream de miles de millones de presupuesto. Con lo simplona y trillada que está la trama, me quedé siguiéndola con sumo interés. Lo que me lleva a pensar que necesito ver cosas con argumentos muy sencillitos que capten completamente mi atención porque, quizás, soy un poco retrasado mental. Como sea, me lo pasé estupendamente viéndola.
Otra cosa que me gusta de este artefacto, es que, apuntando todo a que la cosa pegue un giro de lo más conservador y paternalista (recuerden que en esta corriente cinematográfica existen cosas como “Pink, el rosa no es como lo pintan”, esa joya absoluta), luego resulta ser todo lo contrario, pero no les cuento más porque si no les haría un pedazo de spoiler, y yo recomiendo que vean esta película, primero por el nivel de tercermundismo que respira toda ella, que queriendo ser sofisticada realmente está rodada dentro de chabolas y, segundo, porque verdaderamente está entretenida. Y eso que sobrepasa con creces la hora y media de metraje.
Poco más que decirles.
Los actores se pasean por vídeo homes de diversos géneros con toda la naturalidad del mundo y el director firma con esta tres películas. Sin embargo, Hugo Montoya, que es como se llama, ha escrito el guion de unas cuantas más con títulos tan sugerentes como “Ginecólogo de señoritas” o “Una fichera torera”.
A ver que más nos encontramos por ahí en el futuro peinando las plataformas digitales.

miércoles, 24 de mayo de 2023

MINUTOS MUSICALES 12: UNA ÚNICA CANCIÓN BUENA... O DOS.

Abrimos el repaso de hoy con "Upright Citizens", una banda que apostaba alto porque, aún siendo de origen alemán, tenían un nombre en inglés y cantaban en ese mismo idioma, cosa que les ayudó a expandir su mensaje. Sí, los "Upright..." iban de palo panfletario, y ya saben cuanto lo detesto. Musicalmente eran.... iba a decir la polla, pero tampoco nos pasemos. Estaban bien. Tenían su gracia. Lo que ocurre es que, como muchas otras bandas de la época -y el estilo- contaban, al menos, con unas pocas canciones realmente COJONUDAS. En su caso son dos. Ha costado mucho decantarse por una de ellas. Está "Hated" y la que les dejo a continuación, "Yellow Press"...


Justamente, hablando de grupos punk con un repertorio escueto de buenas canciones, ahí va el ejemplo perfecto, "Apartment 3G" (o "APT 3G"). ¿Les suena?, ¿no verdad? se trataba de un combo encabezado por dos ex-"Poison Idea". Pensarían que con eso en su currículum ya lo tenían todo hecho y empaquetado, pero ni por el forro. Sacaron dos LPs y fin de la historia. El segundo ni me tomé la molestia de escucharlo, el primero lo compré pero solo gocé con un tema, "Punk Machine"...


Y hablando del rey de roma... colar en los "Minutos Musicales" a un grupo tan conocido y respetado como "Poison Idea" igual no es de menester. Pero es que me gusta escucharlos de vez en cuando y adoro su "Nothing is final" (localizable en el LP "War all the time"), me parece una tonadilla salvaje, intensa como ella sola y altamente disfrutable. Así que, aprovechando que los he mencionado en el texto anterior, me he dicho "Ahora es el momento perfecto", y ahí se la dejo, ea...


El que viene a continuación es uno de las muchísimos grupos ultra-oscuros que puedes encontrar en punklandia si rascas un poco. Y, como ocurre con gran parte estos, fueron responsables de la existencia de UNA gran canción, que terminó metida en un recopilatorio tan mítico como "Feel Lucky Punk?!!". En realidad así es como deberían ser todas las bandas del ramo, sacar un single (un LP a veces es demasiado) y desaparecer para siempre. Ya sabemos lo mal que le sienta al punk rock crecer y desarrollarse. Les hablo de "The Violators" (no confundir con los "Violators" ingleses) y su estupenda "N.Y. Rippers" (en singular según la fuente).

lunes, 22 de mayo de 2023

STILL: LA VIDA DE MICHAEL J. FOX

“Still: La vida de Michael J. Fox”, en esencia cuenta exactamente lo mismo que su libro de memorias “Un hombre afortunado”, a saber: Su ascenso meteórico de la frugalidad a la fama tras conseguir un papel principal en la sitcom “Enredos de familia”, el éxito arrollador tras “Regreso al futuro” y las dificultades que tuvo para compaginar el rodaje con la serie, los excesos etílicos tras esa etapa y ¡boom!, cómo su vida pega un giro de 180 grados el día que su dedo meñique comienza a temblequearle de forma descontrolada. En realidad se trata de mostrarnos 20 años de carrera actoral contra 30 de lucha contra la enfermedad de Parkinson, motivo este por el que todo documental, memorias o biopic que se pueda hacer sobre Michael J. Fox se centra más en la enfermedad que en una trayectoria que, aún con títulos míticos y esenciales para la historia del cine, se quedan en una mera anécdota. Así que este documental incide mucho en ese tema como se podrán imaginar.
Sin embargo hay varios factores que lo convierten en estupendo y algo por encima de la media: En primer lugar las entrevistas cara a cara con Michael J. Fox en la que, según lo medicado que vaya, son más o menos evidentes los efectos devastadores del Parkinson en el actor. En ellas desprende honestidad y sentido del humor, asumiendo que igual en su vida en la cima era un poco gilipollas y que, quizás, la enfermedad le puso un poco en su sitio, así como hace alarde de un gran sentido del humor soltando algún que otro chiste relacionado con el Parkinson.
Narrado con la voz en off del propio actor, “Still: La vida de Michael J. Fox” tiene además la complicada y brillante idea de mostrarnos recreaciones de su vida, pero en lugar de hacerlo con actores que no se parecen en nada en cutres escenificaciones, proceden a través de escenas de sus películas manipuladas de tal manera que lo que se nos cuenta es su propia historia. Y queda de puta madre. De hecho, me parece un trabajo de orfebre y es en esta parte en la que se da mayor cabida a su trabajo como actor, sin dejar de mostrarnos las triquiñuelas que en los 90 Michael J. tenía que hacer para ocultar en pantalla sus ya visibles efectos, siendo la serie “Spin City” donde mayor era su nivel de Parkinson.
Asimismo, ya de vuelta de todo, J. Fox deja que se le filme en su día a día, y ahí somos conscientes del avanzado estado de su enfermedad, hasta el punto de pasarlo mal viendo cómo anda, cómo se tropieza y cómo, por culpa de eso, tiene medio cuerpo con los huesos rotos y el otro medio lleno de clavos que de vez en cuando se le infectan. Sin duda, este documental te hace tomar conciencia.
Pero al margen de todo esto, como película, “Still: La vida de Michael J.Fox” es estupenda, narrada toda con mucho brío y de forma amena a pesar de lo duro de gran parte de lo que nos cuenta. Sobre todo existe la intención de ofrecerse un buen producto. Consiguiéndolo con creces.
El director, Davis Guggenhein, es, a estas alturas, un documentalista de prestigio, y si en la ficción no le fue del todo mal con películas como “Rumores que matan” en el documental llega a su cenit con “Una verdad incomoda" En realidad Davis es un hombre de televisión que ha dirigido la hostia de capítulos de las más variopintas series, destacando en su currículum cosas tan populares como “Alias”, “24” o “The Defenders”.
“Still: La vida de Michael J. Fox” sería su aporte al mundo documental de las plataformas streaming, en este caso para Apple T.V. y, de verdad, ha conseguido un documental cojonudo que nadie debería perderse, por tratarse del actor que se trata, al que todos queremos mucho, y por tratarse de una enfermedad que no se la deseo ni al peor de mis enemigos (bueno, a ese a lo mejor sí).

sábado, 20 de mayo de 2023

JOHNNY PELIGROSO

Recuerdo cuando "Johnny Peligroso" se estrenó en 1985 y los medios de comunicación le dedicaron unos breves minutos. Al fin y al cabo, solo era otra comedia tonta más para lucimiento de ese actor de comedias tontas llamado Michael Keaton. Las imágenes me llamaron la atención por absurdas, dando a entender que aquello era una "spoof movie" con todas las de la ley. Sin embargo, a pesar de ser devoto del subgénero, no fui a verla. Su ambientación gangsteril rollo años 30 no me llamó -ni me llama- cinematográficamente hablando. Pasaría un tiempo hasta que la consumí en vídeo. Y otras tantas décadas para que se ganara mi simpatía.
Efectivamente, "Johnny Peligroso" es puro "spoof", y de los gordos. En 1984, que es cuando se rodó, el tema aún tenía tirón... aunque por poco tiempo (fue el año de "Top Secret!" y su fracaso en taquilla). Así, como todo buen producto del ramo, el argumento podría servir perfectamente para una película seria: Auge y caída de un gangster. Cómo entra en una poderosa familia, escala puestos, le sale un competidor, aparece una chica de la que se enamora y su hermano se convierte en su mayor perseguidor al ejercer de fiscal. En realidad, nada nuevo. Es el modo de contarlo donde, obvio, reside la gracia. Y, pal caso, dicho más a conciencia que nunca.
De entrada, sorprende, y para bien, que el tema musical central lo canturree Weird Al Yankovic, un nombre perfectamente vinculado al formato de la bufa absurda, quien hizo exactamente lo mismo para "Espía como puedas", además de marcarse un buen puñado de cameos en la saga "Agárralo como puedas". Y, hablando de la reina de Roma, hay un gag en la primera de ellas que lo habíamos visto cuatro años antes en "Johnny Peligroso". ¿Plagio? Mmmmh... no sabría decir, debemos tener en cuenta que en los créditos finales se menciona a Pat Proft y Neal Israel -entonces casado con la directora del film- como "consejeros". Juntos y revueltos, los nombres de esos caballeros se asocian a una ristra de títulos cómicos que quitan el hipo: Varias 
"Locas academias de policía", varios "Agárralos como puedas", "Locademia de conductores" o "Despedida de soltero". Es decir, dos titanes de la nueva comedia yanki asentada en los ochenta.
Por todo ello (y teniendo en cuenta que entre los guionistas de "Johnny Peligroso" localizamos también a Norman Steinberg, quien formó parte de los creadores de "Sillas de montar calientes" nada menos) el humor del film no es solo tonto hasta el tuétano, además de un modo absolutamente orgulloso y abundante. Hay tantísimos gags que la calidad varía, pero desde luego sin llegar jamás a la basura arrastrada de muchas muestras recientes de "spoof" (salvo, quizás, "Weird", justamente apadrinada por Weird Al Yankovic). Entre los mejores, y que me hicieron reír, destacaría la guasa a costa de las antiguas películas sobre higiene sexual, en esta concretamente nos muestran -incluida animación- como el exceso de sexo puede hacer estallar los testículos. El retrato robot de Johnny Peligroso que, según los rasgos del dibujo, es... ¡el jodido Sylvester Stallone! La anciana madre de Johnny, con su pelo blanco y arrugas, que resulta contar únicamente con 29 primaveras, "Espero llegar a los 30", anhela. El polvo entre Johnny y su interés amoroso viene acompañado por la inevitable ristra de fuegos artificiales en los cielos. Al verlos su jefe desde otro lado de la ciudad, exclama: "Yo diría que Johnny está follando". Un titular de la prensa reza así: "Moroni deportado a Suecia. Dice que no es de allí" (con esta me descojoné a gusto). El médico que visita a la madre de Johnny, y siempre le encuentra pupas, afirma con vehemencia: "Es la tiroides", "¿Qué le pasa?" pregunta el hijo,"Que no la encontramos". Un gag muy agradecidamente de la época, por su tono políticamente incorrecto, hace referencia a la sirvienta experta en insultos racistas para todas las etnias imaginables. Tenemos un coche con los frenos manipulados que, al acelerar, acelera también la velocidad de la canción que suena por la radio. Y así seguiría y seguiría, porque quedan un buen montón de coñas más igual de graciosas y que, sin hacer de "Johnny Peligroso" un entretenimiento infalible, sí resulta una comedia loca la mar de simpática que te ayudará tranquilamente a pasar una tarde, o echar algo de claridad a un exceso de negros nubarrones.
Contribuye, y mucho, el amplio reparto, generoso en toda suerte de rostros familiares, algunos en primera fila, otros casi en función de extra. Todos entrañables. Aparte del mismo Michael Keaton, exultante en su momento de gloria como comediante, encontramos a Joe "Estamos muertos... ¿o qué?" Piscopo, seguido de un sensacional Peter Boyle, Griffin Dunne, el gran Dom De Luise en un cameo absolutamente idiota y, por tanto, muy gracioso, un inesperado Danny De Vito (protagonizando un gag surrealista que aún no sé si calificarlo de brillante o ridículo. Él y Keaton coincidirían de nuevo en "Batman Vuelve"), el cómico clásico Ron Carey (como con De Luise, habitual de Mel Brooks), Ray Walston (protagonizando un gag de "vendedor de periódicos agredido" que recuerda mucho a otro visto en "La última locura" de... sí, Mel Brooks). Alan Hale Jr, que menciono únicamente porque en 1975 aparecía en "The giant spider invasion" de Bill Rebane, y eso es motivo suficiente. Scott Thompson, uno de los esbirros del Teniente Harris en "Loca academia de policía". Gary Watkins quien, justo después, protagonizó el "Ruedas de fuego" de Cirio H. Santiago, nada menos. El feo y carismático Hank "El justiciero de la ciudad" Garrett. Jack "Cabeza Borradora" Nance haciendo de cura. Rick Rosenthal, director de "Halloween 2 (Sanguinario)", como juez. Y un titán del calibre de Carl Gottlieb, cuyo nombre va ligado a títulos de variable pero significativo peso como "Cavernícola", "Tiburón", "Un loco anda suelto" o "Amazonas en la luna", dando vida a un médico. Algo menos llamativas son las actrices principales, como Marilu Henner (habitual de la famosa serie "Taxi") y Maureen Stapleton quien, habiendo recibido un Oscar -por otra peli, of course-, debería conocer... pero no es el caso, lo que delata mi ignorancia supina. La lista sigue, no se crean, sin embargo, para ir terminando ya, me centraré en los roles vistos y no vistos de otro gran feo del cine, Vincent Schiavelli (el fantasma del metro en "Ghost" o el director de la cadena televisiva en "Man on the moon", era inseparable de Milos Forman) y un jovencísimo Lukas Haas -con sus enormes orejas- dando vida a la versión infante de Griffin Dunne. ¡¡BUF!! agotado estoy, oiga.
Todo esto lo cocina, en funciones de directora, Amy Heckerling, quien posteriormente alcanzaría una notable relevancia al responsabilizarse de "Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana", las dos primeras entregas de "Mira quien habla", "Clueless" y un mogollón de series televisivas, algunas bastante conocidas. Resulta curioso ver cómo la mujer no tuvo manías en materializar muchos de los chistes tirando a machistas y generosamente vulgares. Sí, tal vez solo quería currar y recibir el cheque (de hecho, el fracaso comercial de "Johnny Peligroso" propició que decidiera escribir sus propios libretos, en lugar de filmar los de otros). O, tal vez, entonces estas cosas se tomaban menos a la tremenda que ahora. Buenos tiempos aquellos.
Como colofón simpático, mencionar que, por lo visto, Brian De Palma es muy fan de "Johnny Peligroso". El día del pre-estreno se partía de risa con ella.

viernes, 19 de mayo de 2023

ROBERT DOWNEY SR.

Robert Downey Sr., director con una amplia trayectoria que se extiende a lo largo de las décadas, es una de las cabezas visibles del cine underground de los 60, con un discurso y un estilo muy diferenciable al del resto de sus coetáneos. Obviamente rodaba películas de arte, pero siempre con un toque eminentemente contracultural que le hacía deambular de puntillas en lo político, facturando al mismo tiempo unas alocadas comedias que le otorgaban, a sus películas underground, algo de accesibilidad para el gran público.
Tras una serie de cortos y largometrajes underground, tuvo cierta repercusión mediática en los 70 con la película independiente “Putney Swope”, lo que le llevó a formar parte del sistema de estudios a principios de los 80 rodando una comedia bastante popular para Warner Brothers titulada “Viva la Academia”. La película, que se suponía la traslación del espíritu de la revista "Mad" al cine -fracasando en el intento-, destaca por no ser precisamente divertida o hábil, y es que las cualidades de Robert Downey no se adaptaron al cine convencional tras años de rodar con métodos menos ortodoxos que los que Hollywood exigía. Sencillamente, no supo tener a una serie de señores ejecutivos tomando decisiones constantes sobre su trabajo. Y tras el escollo volvería al cine independiente y de bajo presupuesto que es en el que se movía a gusto, propiciando esto que jamás se convirtiera en un director estrella, y ni falta que le hacía.
Durante toda esa vorágine de cine underground y excesos propios de la época, en los 60, de la unión de Downey con su actriz Elsie Ann Down (Elsie Downey tras casarse), nace RoberT Downey Jr., un chaval al que su padre utilizará como actor en algunas de sus películas independientes y que, años más tarde, se convertiría en una estrella de cine, llegando al cenit de su popularidad en 2008 cuando da vida a Tony Stark en “Iron Man”.
El caso es que nos encontramos en pleno 2019 con papá Downey aquejado de parkinson, y a Robert Downey Jr., que siempre se vio un poco ensombrecido por ser hijo de una figura relevante del underground opuesta a él, ve las orejas al lobo, y decide filmar un documental sobre su, al fin y al cabo, desconocido padre, haciendo un repaso a la carrera del cineasta y, de paso, a la suya propia —porque ambas van unidas de la mano—, ahondando en los entresijos de su relación como padre e hijo. Downey Jr. acompaña a Downey Sr. durante sus tres últimos años de vida luchando contra la enfermedad, a la vez que este rodará lo que será su última película underground de la que nunca se nos desvela demasiado.
Robert Downey Jr. intenta acercarse un poco al cine underground que cultivaba su padre con este documental, aunque mucho me temo que nunca acabó de entender del todo el concepto, y a pesar de que Downey Jr. se refiere todo el rato a este como “su documental”, en realidad lo ejecuta con unos mínimos de producción para mostrárselo al gran público y, aunque de vez en cuando él mismo lleva la cámara, van con él operadores, un par de montadores y, lo más importante, un director, en este caso uno de prestigio, Chris Smith, que ya rodó documentales importantes como “Jim y Andy” sobre las excentricidades de Jim Carrey en el rodaje de “Man on the moon”, “Fyre”, sobre un festival de música de alto copete que acabó resultando un fiasco o “American Movie” sobre dos rednecks que les da por hacer una película de terror. Vamos, que Robert Downey Jr. pone el careto, el padre y la pasta.
Sin embargo el documental entero es un emotivo homenaje a su progenitor y una forma de presentárselo al neófito, que no es moco de pavo, además de una especie de reconciliación entre un padre y un hijo que me da la sensación de que no se llevaban especialmente bien. Al margen de eso, el documental tiene abundante material de archivo y podemos ver al director underground en su salsa. Sin embargo, lo más interesante es el retrato sobre los últimos años de Downey senior, que se sincera de manera honesta con respecto a su carrera, al ritmo de vida que llevó o la “brillante” idea de tocarle las palmas a su retoño cuando se introdujo en la droga, aludiendo que al ser él drogadicto también aquellos años, alejar a su hijo de ellas sería hipócrita.
En resumidas cuentas, un documental que está muy bien, muy interesante —al igual que la persona de Downey Sr.— pero que en realidad existe, más que por centrarse en una figura relevante del underground, por tratarse del padre de Robert Downey Jr. Si el papá de "Iron Man" hubiese sido obrero de la construcción, pues lo mismo también habría un documental titulado “Robert Downey Sr.”, porque al final se trata de un caprichito de un millonario megalomaníaco que, por suerte, tiene un padre la hostia de interesante.

lunes, 15 de mayo de 2023

LOS AÑOS DESNUDOS: CLASIFICADA S

Resulta muy curioso que en su momento, 2008, Félix Sabroso y Dunia Ayuso, estandartes del cine petardo español de los 90 con títulos en su haber como “Perdona bonita pero Lucas me quería a mí” o “El grito en el cielo”, centraran la temática de “Clasificada S: Los años desnudos” en una corriente cinematográfica tan efímera, marginal y chabacana como fue el cine “S”. Más concretamente, en aquellos softs de tan mal gusto y que tanto se estilaron en las salas de tercera categoría de la transición. Sin embargo no lo reivindica ni lo homenajea, sino que lo denuncia, mostrando el trato que recibían las mujeres que se desnudaban en aquellas películas por parte de los productores y directores que las realizaban. Sería una necedad pensar que una película de estas características iba a hacer un retrato alegre y desenfadado de aquellos films y lo normal es que los directores hagan un acercamiento social —y no jocoso— al fenómeno. Es cierto que las actrices que aparecían en aquellas películas y que luego tendrían mayor o menor fortuna en el mundo del cine, eran tratadas poco menos que como floreros. Entonces, "Los años desnudos...." habla de aquello, eso sí, conociendo el fenómeno “S” desde lejos sin tan siquiera realizar un estudio profundo del cine que pretende retratar, que, sin duda, era deshonesto y desperado, medio mafioso y misógino. Lo que la salva es que es una película que está muy bien y que resulta entretenida hasta las trancas.
Cuenta la historia de tres jóvenes que buscan suerte en el mundo del cine. Estamos en plena transición y las películas de culos y tetas  se producen como churros, así que las tres protagonistas se meten de lleno en todo el tinglado, teniendo que tragar sexualmente con el productor de turno y siendo despreciadas por el público biempensante de la época. Pasa el tiempo y las vidas de estas actrices van tomando su rumbo; una se casa con un productor, otra acaba haciendo pequeños papeles en el cine convencional y la tercera adicta a las drogas.
La ambientación a mediados de los setenta (cuando quizás estas películas de las que se nos quiere hablar son más bien de los primeros ochenta) está bastante lograda y centra algunas de sus secuencias en anécdotas que son vox populi en el mundo del cine, como aquella en la que las actrices no se saben sus diálogos y, como luego van a ser dobladas, bastaba con que recitaran números al azar. Al fin y al cabo su calidad como actrices daba lo mismo porque de lo que se trataba era de mostrar carne.
En los papeles principales tenemos a Candela Peña, Goya Toledo y la modelo Mar Flores, que tras ser presentada para el cine por Juan Antonio Bardem en su última y horrorosa película “Resultado final”, tuvo una pequeña carrera como actriz que no debió convencer a nadie, sin embargo, yo creo que aquí, y teniendo en cuenta el tipo de papel que interpreta, está bastante bien. Curiosamente, después de esta, el único crédito que posee la modelo como intérprete es al lado de Casper Van Dien en “Sharktopus vs Whalewolf”, cosa que manda cojones.
“Clasificada S: Los años desnudos” supuso un fracaso de taquilla que no trascendió ni lo más mínimo, siendo hoy en día una película bastante olvidada, sin embargo, con todo, a mí me resulta simpática. Y es que las secuencias en las que se recrean rodajes de productos “S”, aun sin enterarse de la misa la mitad los directores, son altamente divertidas, a pesar de que la intención principal de la película sea hacernos tomar conciencia y deprimirnos.

sábado, 13 de mayo de 2023

THE HACKERS

En plena era dorada del SOV horrorífico, y tras varios intentos fracasados de parir largometrajes en vídeo de naturaleza infantiloide (siendo el más "popular" aquel titulado "Black River Monster", 1986) Dave y John Duncan -escudados tras el peculiar nombre de su productora, "Camelot Studios"- se atreven en 1987 con una de terror, concretamente un slasher, buscando así cierta garantía de éxito.
"The Hackers" nos habla de una familia de psicópatas que van por carretera, montados en una camioneta, matando gente por diversión. Un día aterrizan en casa de una moza a la que acosarán y perseguirán hasta que esta les devuelva la pelota y se los cargue a todos.
Bien, en muchos sentidos estamos ante otro ejemplo clásico e imbatible de las anti-virtudes del cine de terror ochentero grabado en formato magnetoscópico, donde abundan el aburrimiento y una dolorosa falta de imaginación. Sin embargo, puedo reconocerle ciertos méritos puntuales. Por ejemplo, el arranque. Un tipo anda haciendo autoestop. La camioneta de los villanos cruza por su lado y, zas!, con un cuchillo le cortan el dedo gordo de la mano. Muy ingenioso. Los psycho-killers recuerdan, inevitablemente, a la familia de "La matanza de Texas", sí, pero igual un pelín más a los dos tarados de "El día de la madre". Para empezar, uno de ellos es así como gigantón, mudo, barbudo, con unos horribles dientes falsos y una aún menos convincente media-máscara de ¿acero? cubriéndole el rostro. Su padre nos explica que fue por culpa de un accidente con una sierra mecánica... ¡chas-pun! ¿lo pillan? El segundo hermano mola bastante más, en parte porque para interpretarlo ficharon a un tipo con una leve deformidad totalmente real que, además, lo hace bastante bien. En un momento dado, ambos pasan un rato de lo más divertido jugando en un parque infantil ante los atónitos ojos del resto de críos. Cuando van de pesca, el hermano mudo intenta comerse los gusanos, llevándose una bronca por parte del otro. Justamente, la muerte de este al final de la peli, en un clímax de diez minutos que parece durar dos horas, sería la última idea potable que aporta la vídeo-epopeya (bueno, si no contamos las dos resultonas canciones que suenan en la banda sonora). Evitaré entrar en detalles, pero digamos que incorpora un gancho clavado en la cabeza y un poste junto a la carretera, con resultados bastante sangrientos. A ver, no es que a la peli le sobre truculencia, para nada. Pero algo hay. Lo que sí no localizarán por ninguna parte son tetas o desnudos.
Aunque cueste creerlo, según declaraciones de Dave Duncan, la mismísima "New Line" (la de 1988, obvio) contactó con ellos, interesados en adquirir los derechos de "The Hackers", pero cuando se enteraron que estaba grabada en vídeo, retiraron la oferta. Lástima. Lo cierto es que, de haberse parido en 35 mm, o incluso 16 mm, probablemente la película de John Duncan hoy día tendría un culto mucho mayor, y se la consideraría unos mínimos. Quiero decir que, en términos generales, no es peor que un buen puñado de los slashers más zopencos facturados en aquellos tiempos. "Camelot Studios" contaba con profesionales que sabían mover la cámara, montar e iluminar y, salvo por la lógica carencia de medios, "The Hackers" aún mantiene cierta dignidad en ese sentido.
Tras semejante "exitazo", los Duncan al completo decidieron no intentarlo más en el campo del largometraje de ficción, ciñéndose a sus trabajos publicitarios. Pasados un porrón de años, Dave se enteró del leve culto en torno a sus dos películas más famosas (la reseñada y la del monstruo), que iban buscadísimas y se pagaban cantidades astronómicas en ambientes coleccionistas. Así las cosas, decidió parir ediciones limitadas en dvd-r de cada una y venderlas a través de su página web. Durante aquel breve subidón, se planteó un remake de "The Hackers" tirando de lustrosos medios digitales pero, visto lo visto, nunca ocurrió. Casi que mejor.

viernes, 12 de mayo de 2023

LOS FOTOCROMOS (Y FOTOS PROMOCIONALES) DE "MORDIENDO LA VIDA"

De vez en cuando, en nuestros archivos aparecen fotocromos que aún no habíamos publicado por aquí, como es el caso de los que nos ocupan, los de la muy ignota —y ahora de culto porque en ella aparece Paul Naschy— "Mordiendo la vida" de Martín Garrido Ramis, una epopeya criminal en el lumpen mallorquín de los años 80.
Además, contamos con unas cuantas fotos promocionales y un boceto del póster, no sin antes recordarles que todavía quedan copias del DVD de la película a la venta en Vial of Delicatessens, y que si quieren agenciarse una, solo tienen que pinchar aquí .
Sin más, les dejo con tan suculento material.









miércoles, 10 de mayo de 2023

TROMA EN "ARKANSAS"

"Arkansas" es un thriller, un neo-noir que lo llaman, encabezonado en replicar las maneras de Quentin Tarantonto, mezcladas un poco con las de los hermanos Coen cuando les da por parir tramas policíacas, repletas de asesinatos y personajes entrañablemente inmundos. Aunque el resultado sirve para rellenar una tarde tonta, desde luego no invita a la reseña... salvo por un detalle muy curioso.
En un momento dado, algunos de sus personajes deciden ponerse a ver películas. Y la elegida no es otra que "El vengador Tóxico", de la que se muestran breves extractos en un televisor. La excentricidad terminaría aquí si no fuese porque se insiste en ello, tanto como para que lleguemos a ver un puñado de cintas de vídeo apelotonadas junto a un reproductor (la escena está ambientada en 1985, si no me falla la memoria) y sean todo productos Troma. Ahí va una captura demostrativa...


Si damos un rápido vistazo, estos son los títulos que reconocemos: La misma "El vengador tóxico", "Chillers" -calzando una sospechosa funda mayor que su caratula-, "Zombie Island Massacre", "I married a vampire", "Stuff Stephanie in the Incinerator" y, al fondo de todo, "Class of Nuke´Em High" (gracias don Israel Mula por el dato).
En cualquier caso, llama la atención que se incluyan cuatro películas POSTERIORES al supuesto año en el que se desarrolla la acción ("Class of..." es del 86, "I married a vampire" y "Chillers" son del 87 y "Stuff Stephanie in the Incinerator" del 89). El que tuvo la ocurrencia no hizo bien los deberes. Un caso aplicable a la siguiente escena de consumo de basura magnetoscópica, donde aparcan Troma y tiran por otra clase de roña, subproductos ochenteros de acción macarra, con altas dosis de hostias karatekas, decantándose aquí por "Kick Fighter" del 89, lucimiento para la infra-estrella Richard Norton, acompañado por otro que tal bailaba, Benny Urquidez. Una co-producción entre USA y Filipinas dirigida por Anthony Maharaj, asistente eventual de Cirio H. Santiago y producida por otro astro del cine "trash" como David Heavener. Distribuye el sello "Action International Pictures" del que eran propietarios dos monstruos del subproducto de acción: David Winters y David A. Prior. Mítico. Ahí va captura...

Resulta harto regocijante ver que, por enésima vez, Hollywood retrata al consumidor medio de esta clase de cine de baja estofa como auténtica escoria, seres escasos de luces, vulgares, inadaptados, asociales y, por supuesto, criminales. Encantador, ¿verdad?. Que echen mano de todo ese material podría ser cosa, simplemente, del imperante posmodernismo. Algo parecido a la aparición de "Nightbeast" en la apestosa "Mandy".
Todo apunta a que el culpable es el co-protagonista, co-guionista y director de "Arkansas", Clark Duke, un nombre habitual en comedias de todo porte. Que se decantara por esta clase de purria audiovisual sigue siendo, a día de hoy, un misterio.

lunes, 8 de mayo de 2023

LOS TACHUELAS

Parece ser que Penelope Spheeris se convirtió en los 80 en la abanderada del cine punk, gracias a la repercusión obtenida con los documentales sobre el tema “The Decline of Western Civilization” o la película “Suburbia” (Naxo: mejor digamos el cine sobre punks, que es otra cosa) Pronto pasaría factura a otra suerte de géneros musicales como el rap y, sobre todo, el heavy metal para en 1992 convertirse en una reputada directora de comedia con “Wayne’s World: ¡Qué desparrame!” a mayor gloria del comediante Mike Myers.
Por eso no es de extrañar que cuando el productor Miguel Tejada-Flores (asimismo, guionista de “La revancha de los novatos” o “Beyond Re-Animator”) tuvo entre manos un guion sobre dos punk rockers que hacen un viaje en coche desde Nueva York a California y que previamente Ridley Scott había rechazado, pensara en la directora que, además, tenía buenos contactos dentro del mundo de la música. Spheeris además aseguraba poder rodar el film con un presupuesto más que ajustado.
Así, con un elenco encabezado por Jon Cryer, por aquél entonces estrella adolescente emergente, Daniel Roebuck y Flea de "Red Hot Chilli Pepers", y con pequeños papeles para destacados músicos y artistas del punk y rock de la época como puedan ser John Desmore de "The Doors", Lee Ving de "Fear", el ilustrador de portadas de discos Mad Marc Rude o  la banda "The Vandals", la Spheeris (en esos años asistida por Modi, entonces futura e interesante cortometrajista) se rueda esta “Los Tachuelas”, que por sus características se convertiría a posteriori en un título de culto en la era del VHS dentro de la comunidad punk, pero que en realidad es tan rematadamente mala que no consiguió distribución teatral más allá de un par de festivales. A día de hoy que la película cuenta con su edición en Blu Ray de lujo y el beneplácito de los fans, sus artífices especulan con cual pudiera ser el motivo del fracaso en su momento. Es sencillo, fracasó por aburrida y deslavazada.
La cosa va de tres punk rockers de la escena neoyorquina que, hastiados por la ciudad en la que se encuentran deciden irse en coche hasta California. Por el camino se toparán con una banda de rednecks que asesinará a uno de los punks. Los dos que quedan vivos se pasarán el resto de la película buscando a los asesinos de su amigo, pasando una cosa muy curiosa; el argumento y la película van mutando hasta que en su recta final se convierte en un western con Jon Cryer vestido de cowboy y Daniel Roebuck de indio dando sentido a la enorme, ridícula y poco creíble cresta que luce desde el principio.
A la Spheeris se le llenaba la boca diciendo que “Los Tachuelas”, “Dudes” en su versión original, es un “western punk”, vamos, que se saca una etiqueta de la manga y achaca el fracaso de la película a lo extraño de la propuesta y al hecho de que decidió combinar en la banda sonora temas de punk rock con otros de heavy metal y que, quizás eso, fue lo que desorientó a las audiencias.
“Los Tachuelas” es probablemente una de las comedias más aburridas que existen, está tan mal rodada que muchas veces el espectador se desorienta, el humor no funciona a ningún nivel y, efectivamente, es tan rara que uno finalmente acaba saturado y opta por quitar la película antes de que acabe. Un autentico despropósito.
Lo que no comprendo es cómo en Estados Unidos —o mejor dicho, los tres o cuatro gatos que rinden pleitesía a esta mierda— se le tiene en estima y está considerada una muestra de cine punk, cuando el look de los protagonistas quizás no ande muy mal traído en el caso de Jon Cryer y Flea, pero Daniel Roebuck y su cresta enorme, gigantesca, raya el estereotipo. En cuanto a estética, casi parece que se esté haciendo la enésima parodia del punk en lugar de introducir a tres punks como protagonistas en una trama de ficción. Y viniendo todo esto de una -supuesta- entendida en el tema como es la Spheeris, llama más todavía la atención.
“Los Tachuelas” llegó a nuestro país en formato vídeo de alquiler distribuida por Virgin Vídeo. Y a día de hoy, no existen más ediciones de la película.

sábado, 6 de mayo de 2023

FEMALE WEREWOLF

Pensándolo fríamente, la última etapa creativa de Jess Franco, repleta de costrosas pelis caseras grabadas en vídeo, ha hecho mucho "daño". Hay quien, tras ver "Paula Paula", "La cripta de las condenadas" o incluso "Al Pereira versus the Alligator Ladies", pensará: "Coño, si este cineasta mundialmente "admirado" hace esta mierda y la llama/n película, yo también puedo". Entonces cogerá la cámara de vídeo, pagará cuatro céntimos a un par de orondas paletas con sueños de grandeza dispuestas al despelote y, ¡hala!, ¡¡hagamos séptimo arte a base de largos e interminables planos de lesbianismo aceitoso!! Y no hablo únicamente de pazguatos anónimos, lo hago también de individuos con cierto nombre y reputación como Chris Alexander.
Músico, crítico y redactor, cabeza pensante tras la desaparecida web "Shock till you drop", la estupenda revista de "Full Moon" "Delirium" y, sí, editor durante unos años de la legendaria "Fangoria", Alexander es súper-fan de Jess Franco. Más de una vez le ha dedicado generosos espacios en las publicaciones mentadas. Incluso en una interviu le hizo preguntas la mar de profundas e intelectualoides en torno a ¡¡"Paula Paula"!!. Sí amigos, Chris se la tomaba en serio (en otra ocasión, para la crítica de una película de terror más bien común y corriente, escribió "No es lo suficientemente sofisticada en su subtexto freudiano como para afectarme psicológicamente"... no coments) Y, peor aún, se toma demasiado en serio sus propias obras, todas ellas con unas señas de identidad muy características: Están grabadas en vídeo estándar
, cuentan con repartos esencialmente femeninos, lucen estética de vídeo arte, algo de erotismo lésbico y, especialmente, hacen gala de ritmos absolutamente exasperantes en su lentitud, recreándose en mucho "nada". Y todas, como decía, muy influenciadas por el lado más barriobajeramente arty de don Jesús (me niego a llamarle tío Jess... lo detesto).
Aún así, la curiosidad me mataba y ansiaba ver alguna de ellas. Anduve tiempo buscándolas en balde (porque no pensaba pagar por ninguna) hasta que un día, el desaparecido Romerito me sorprendió mandándome "Female Werewolf".
La trama es la siguiente: Una mujer se pirra por los huesos de otras féminas, especialmente cierta compañera de curro. Cuando se pone cachonda, en su delirio cree transformarse en una bestia salvaje. O eso dice "la secretaria". Fin. No hay más. Y es que la historia es lo de menos, lo primordial aquí es el tema visual. Planos largos e inmóviles, muchos silencios (el diálogo es mínimo), repetición, sexo timorato (escotes, pero ninguna teta), efectos de vídeo de esos que vuelven loco, cámaras lentas, música "atmosférica".... en fin. Alguien dijo una vez que eran "vídeos amateurs experimentales" y la verdad es que la etiqueta le va a la zaga, porque por mucho que lo intente su director, todo termina haciendo gala de un notable tufo casero. Uno que molaría si no fuese por la autosuficiencia y arrogancia que desprende. Pomposo y pretencioso es quedarse corto. Las imágenes que luce "Female Werewolf" no son tan maravillosas como Chris Alexander nos quiere hacer creer. O cree él.
Está claro que sus películas gozan de cierta "exposición" porque es quien es, y tiene los contactos que tiene. Así de simple. Si estas movidas las hiciese cualquier otro mindundi, no le harían ni puto caso. Pero Alexander, gracias a su periplo como máximo responsable de "Fangoria" durante un tiempo, ha recolectado a un gran número de personas "importantes" en el ambiente cinematográfico horrorífico, como el productor de la reseñada, Derek Curl, en cuyo curriculum encontramos cine legítimo del calibre de "La casa del diablo", "Hatchet 2", "Los huéspedes" o "Stake Land".
A ver, que está muy bien que Chris Alexander construya toda una obra sobre unos cimientos estéticos y narrativos tan peculiares. Mola tener un estilo. Pero, en fin, lo visto me ha parecido la mar de tonto. De vacuo. Le quitas 30 minutos a "Female Werewolf" y mejoraría mucho. Puedes contar lo mismo y lograr algo más ameno.
Y claro, luego pasa lo que pasa, con esos carteles tan espectaculares la peña espera la mojama y, cuando procede, se siente engañada y corre a rajar de la peli en su blog (a menos que tengas contactos con o intereses de cara a su realizador, en ese caso te curras un youtubismo lameculero) La mujer lobo del título está lejos de resultar tan espectacular. La mayoría del tiempo es la actriz con colmillos. Solo al final, y disimulado a base de filtros rojos, vemos cómo, a lo "En compañía de lobos", le sale un perro de la boca.... pero poco más.
"Female Werewolf" es previsible en su espíritu supuestamente rompedor (incluido aquí el intenso soporrrrrr), no aporta sangre y, lo que es peor, no sirve ni para darnos un desahogo manual. Dicho de otro modo, no la recomendaría salvo que sean ustedes unos curiosos sadomasoquistas como yo.

viernes, 5 de mayo de 2023

ACAPULCO UNCENSORED

Puro material Something Weird Video, que, como documento antropológico, es una maravilla. Pero como film  para ocupar una hora y diez de tiempo libre, resulta un aburrimiento de tres pares de cojones.
Como fuere, se trata de una muestra seminal de lo que en poco tiempo se popularizaría como “mondo”, esta vez en su vertiente sexual, que a finales de los años 60, cuando se rodó esta producción, todavía no tenía una estructura lógica que nos hiciera identificar esta película como tal —mondo, pero en realidad concebida como sexploit—.
Así pues, aquí tenemos un falso documental, torpe y tedioso, pero que cumple con creces su principal finalidad de mostrarnos todo el folleteo posible, predominando un soft muy light e ingenuo—tengan en cuenta que son los 60— que peca de aburrido y reiterativo.
El capitán de una barquita (el actor Victor Izay) que lleva pasajeros de un punto a otro de Acapulco, durante esas travesías se dirige a cámara y le cuenta al espectador lo buena ciudad que es Acapulco para la jodienda, dando paso a eternos numeritos sexuales escenificados, otros rodados desde una cámara oculta más preparada que un opositor a correos y, en definitiva, mostrándonos guarrindongas escenas de sexo no explícito. Así, el capitán aprovecha para presentarnos a las prostitutas de los muelles, sexo entre gentes finas, entre lesbianas, en piscinas o sucias habitaciones de hotel durante la hora y poco que dura la película. Una secuencia detrás de otra, y todas y cada una de ellas presentadas por Izay. Sin más. Ni argumento ni leches, solo: “Vean, vean cómo se folla aquí en Acapulco”.
Obviamente se trata de material barato con el que rellenar las sesiones golfas de los cines más gamberros de la época y sin mas valor que la osadía y atrevimiento de mostrar escenas con personas en actitudes concupiscentes. Quizás por eso la película prescinde de nombres en sus créditos, aun teniendo actores y actrices medianos que posteriormente saldrían en algunos títulos de mayor o menor renombre, o un director que orquestó todo esto y que incluso tendría una discreta carrera posterior.
Hablando del Rey de Roma, el sujeto se llama Don Davis, quien durante unos años se dedicó a filmar títulos de esta calaña, siendo “Swamp Girl” de 1971 su película más popular. En 1972 se retira de la dirección cinematográfica, y no regresa hasta que en 2013 Frank Henenlotter le pide que le eche una mano con su documental sobre las películas de explotación sexual “That’s Sexploitation!” co-dirigiendo todo el desaguisado, y es que, a pesar de su corta y poco interesante filmografía, Davis tiene tres o cuatro cosas que decir a cerca de las películas de tetas y culos de los años 60, aunque sea porque estuvo inmerso en esa corriente durante un periodo de tiempo.
Por otro lado, en su momento, las gentes de Something Weird Video, que ya le daban duro a la arqueología, siempre se hicieron eco de cuan oscura y difícil de localizar fue esta “Acapulco Uncensored”… total para esto. Nada hubiera sucedido si se hubiera quedado almacenada en el sucio almacén en el que fue redescubierta. Como sea, siempre es interesante echarle un vistazo a todo este material, aunque sea para verificar su existencia y saciar la inquietud al respecto.

lunes, 1 de mayo de 2023

FRAMED

“Framed”, del cortometrajista barcelonés Marc Martinez Jordán que debuta en el largo, pese a su póster a base de neón rosa que apesta a postmodernismo, que solo verlo hace que alguien tan rancio como yo odie la película sin tan siquiera haberla consumido —porque la intuye—, en realidad se prodiga como una pequeña sorpresa resultona. Una hora y cuarto de metraje llena de casquería, humor involuntario (cómo no) y actores desconocidos que ofrecen desaforadas interpretaciones, dando como resultado, finalmente, una cosa ciertamente entretenida. Porque es que, aún con la ausencia de medios, la iluminación a veces hiper-recargada y ciertos males comunes propios del cine de terror semi-profesional, lo cierto es que “Framed” es una buena idea (deudora de “Saw”) bien dirigida y con buenos efectos especiales artesanales. No es una mierda insoportable como suele ocurrir con la mayoría de películas “independientes” de terror españolas de los últimos años y, eso, a estas alturas, ya es mucho. Quizás por eso ha pasado con buena fortuna por diversos festivales de cine fantástico a lo largo y ancho del globo, así como ha podido ser exportada a varios países del mundo. Eso sí, al ser una cosa pequeña, su distribución se reduce a un rincón del ciberespacio en los huecos perdidos de las plataformas de streaming donde está alojada.
Nos cuenta la historia de Framed, una nueva aplicación que te permite emitir en streaming en directo y que ofrece grandes recompensas a los usuarios que consigan más visitas. De este modo vemos una fauna que usa la aplicación para hacer barbaridades que van desde retrasmitir como un individuo se come su propia mierda hasta terroristas que usan la aplicación para emitir sus atentados. En esta tesitura, tres jóvenes completamente enajenados se colarán en una casa donde torturarán y vejarán a sus habitantes con el fin de emitirlo en directo a través de Framed.
Sin más. “Framed” es una película simpática y que se deja ver, más allá de esa presentación y esas tipografías totalmente luminosas, posmodernas e irritantes puestas ahí para saciar los gustos del público actual (o bien los del propio director que, igual, también flipa con los neones y los colorinches). La película, sin ser una maravilla —como hay quien dice por ahí— está bastante por encima del resto de producciones de este tipo y al final es un pequeño festival de sangre y chicha, cuyo máximo valor es que, en resumidas cuentas, resulta una curiosidad como otra cualquiera.
Tras “Framed” Martínez Jordán ha rodado unos cuantos cortos en la misma línea. No deja de ser un cine de nicho y dudo bastante que lleguemos a ver algún día una película suya en plan mainstream, pero, dirige bastante bien, así que igual en algún momento nos sorprende de verdad…