domingo, 17 de junio de 2007

LA MALDICIÓN DE "LA MALDICIÓN 2"

Fue en pleno auge del terror nipón que se estrenó "La Maldición", coronada junto a "The Ring" como una de las mejores representantes de su especie. Fui a verla al cine, esperando cagarme de miedo, y lo único que logré fue aburrirme hasta extremos impensables. La odié, y así se lo hice saber raudo a mis amistades esa misma noche. Naturalmente de "La Maldición 2" no quise saber ni leches.
Un tiempo después, los norteamericanos estrenan un remake, "El Grito", y resulta que no me desagrada, incluso me da algo de acojone. Ello despierta en mi un nuevo interés por la saga. Me zampo "La Maldición 2" que me parece hasta soportable, y alquilo "Ju-On", el telefilm que lo empezó todo y que, desde mi humilde punto de vista, es lo mejor de todo este despipote.
Pasa más tiempo. Le digo a mi pareja que alquilemos "El Grito" y "La Maldición 2", asegurándole que pasará miedo. La yankee aún... pero la japonesa nos resulta insoportablemente plasta, hasta el extremo de tener que quitarla. ¡Que raro!.
Y todavía pasa más tiempo... el suficiente para que se estrene "El Grito 2". Ei, que no cunda el pánico, no puede ser peor que "La Maldición 2"... además, "El Grito 1" estaba muy potable. ¿Lo que?, "El Grito 2" no es peor que "La Maldición 2", pero es igual de plasta, anodina, monótona y lenta... un tostón que ni podemos aguantar hasta el The End. Un buen remake sin duda, incluso conserva intactos los elementos negativos/insufribles de la obra original.
Algo pasa con la segunda entrega de "La Maldición" y su remake yanki... algo que me impide soportarlos... miedo, da mucho miedo.
Lo que está claro es que ha pasado lo que era inevitable: El terror nipón ha tocado fondo, las caras pálidas en la oscuridad, las largas melenas negras y demás aburren y ya no resultan efectivos. Que le den al "off".
Epílogo: Al final logramos reunir el valor suficiente para enfrentarnos a "El Grito 2" y debo decir que por lo menos cuenta con UNA escena potente, que da verdaderos escalofríos. Cierto que, en 90 min, una sola escena no la salva de la quema, pero menos es nada.