Como nostálgico del horror de los 70 y 80, tengo una opinión positiva respecto a la serie de televisión "Masters of Horror", aunque solo sea por su loable intención de recuperar a viejas glorias de detrás de las cámaras y darles total y absoluta libertad creativa... o eso se dice. De todos los episodios que he visto, algunos me han parecido muy potentes (John Carpenter), otros potables sin más (Don Coscarelli y Dario Argento), los hay bastante mediocres (Stuart Gordon, Joe Dante) y, directamente, insufribles (Mick Garris, creador de la serie nada menos).
En un producto televisivo que, como decía, alardea de no cortarse un pelo en cuestiones de violencia y desmelene, "choca" que el episodio dirigido por el cineasta asiático Takashi Miike fuese vetado por su contenido altamente perturbador. Bueno, "choca" a medias si tenemos en cuenta la mojigatería puntual que gastan los yankees y que allá donde va Miike, el escándalo le persigue.
Que quede bien claro, no soy fan de Takashi Miike... de hecho, me parece un tipo sobrevaloradísimo y rodeado de fans un poco ciegos que, visto la pasión que demuestran por su ídolo, han visto muy poco cine. La mejor peli del autor nipón es, justamente, una de las menos valoradas por sus seguidores, "Audition". El resto... pssss... mucha basura ("Llamada perdida", "D.O.A", "Izo"), mucha decepción ("Ichi, the killer") y alguna cosa curiosa ("Full Metal Yakuza"), pero poco, muy poco, más.
Mi atracción hacia "Huella", el episodio del tipo para "Masters of horror", era puramente morbosa, pero una vez vista puedo decir que me ha sorprendido gratamente.
La historia es la siguiente: Un americano (el recuperado Billy Drago, que en este caso sobreactúa que da gusto), viaja hasta Japón en busca de un antiguo amor al que prometió sacar de la mala vida. Cuando llega a un prostíbulo, conoce a una puta deforme que en su momento trató con la chica en cuestión y guarda algunas desagradables noticias sobre su paradero.
Lo primero que llama la atención de la peli es que se aleja bastante del tono tradicional y "conservador" que suele manejar "Masters of Horror" con respecto al género. De entrada, Miike tiene la sabia idea de reducir los acontecimientos a dos personajes que dialogan en un único escenario y en tiempo real, lo que provoca cierta desazón y angustia en el espectador. Además, se permite aportar bastantes elementos visuales que incomodan e inquietan, como cierta silueta fantasmagórica que surge en un momento en el que no te lo esperas, pero sin pirotecnia que valga, lo que provoca un notable escalofrío. A parte del aspecto atmosférico o sórdido de la historia está, cómo no, la violencia y la crudeza propias de su autor, destacando la inevitable y brutal secuencia de tortura (que guarda puntos en común con la de "Audition") y ciertos abortos nada delicados que tampoco se quedan cortos.
Sin embargo, cuando llevas 45 minutos y crees estar viendo una muestra muy muy digna de cine de terror del bueno, viene el señor Takashi y... ¡la caga!, y de que manera. Tal metida de pata se la debemos a una "sorpresa final" que no desvelaré aquí pero que, afrontémoslo, roza el ridículo y perjudica muchísimo al tono del resto de un film que, de otro modo, hubiera podido estar muy cerca de la "obra maestra".
Sin embargo, y a pesar del desliz, está muy por encima de los logros de "Masters of Horror" (y del cine de terror moderno en general), por lo que bien merece un visionado.
miércoles, 22 de agosto de 2007
martes, 14 de agosto de 2007
HILLSIDE CANNIBALS
En una sociedad tan macro-mediatizada como la nuestra, lograr destacar un poco entre la ingente masa de cabecillas con intenciones es todo un logro, aunque para ello haya que acarrear una poco honrosa etiqueta. Por ejemplo, ahí tenemos a Uwe Boll, que con el cuento de ser considerado uno de los peores directores del cine moderno (cuestión esta muy discutible), cada vez es más y más popular. En el caso que nos ocupa tenemos a The Asylum, productora que se va granjeando un reconocimiento gracias a una particularidad, su especialidad en plagiar descaradamente, y pocos días antes de que se estrenen, supuestos éxitos de taquilla de mayor presupuesto y entidad. El juego de las comparaciones es harto divertido (a "Serpientes en el avión" le precedió "Serpientes en el tren", a "El código DaVinci", "El tesoro DaVinci", a "Transformers", "Transmorphers" y al futuro "I am a legend" de Will Smith, "I am omega" -no olvidemos que la versión anterior de la novela que adapta el film, protagonizada por Charlton Heston, se tituló "Omega Man"-). Resulta casi un juego malicioso esperar a cada gran estreno para ver qué idea chusca se saca de la manga Asylum un par de semanas antes.
Tenía mucha curiosidad de ver qué eran capaces de hacer estos individuos, así que opté por el camino más fácil, agenciarme su versión del remake de "Las colinas tienen ojos", "Hillside Cannibals", supuestamente basada en la historia real (la de Sawney Beane) que inspiró el film de Craven y, de rebote, el de Aja. Si al director francés le hubiera dado por centrarse en la rutina diaria del clan caníbal, en lugar de su lucha con la "familia normal" atrapada en el desierto, el resultado hubiese sido este "Hillside Cannibals". Poco menos de 70 minutos (!) de mamoneos entre los antropófagos, sus peleas por agenciarse comida o demás, y si tenemos en cuenta que no hablan, solo gruñen, dispondremos de un guión escueto y no demasiado difícil de rodar.
La rapidez que los cineastas se dieron en acabar el film con el fin de estrenarlo antes de "Las colinas tienen ojos" salta a la vista... un par de escenarios, pocos personajes, menos diálogos (lo que decía arriba de los gruñidos), escenas sin sentido ni necesidad alargadas al máximo y, muy chocante esto, secuencias que se cortan unos segundos más tarde de lo que deberían (es decir, un personaje se levanta y se va, y la cámara se queda filmando el fondo sin que ocurra nada, lo suficiente para que nos preguntemos "¿Y?"), lo que, a base de sumar y sumar, le añaden algunos minutos a la escasísima hora y quince que dura la peli. Un auténtico caso de saqueo desesperado que deja en pañales la jeta que gastaba el gran Bruno Mattei.
Eso si... ALGO hay que hacer para compensar tanto NADA... ese algo es gore, no excesivo, pero si cuantioso y pretendidamente ofensivo, aunque su cutrismo lo desprende de toda capacidad de molestar. Especial atención merece el jefe del clan caníbal, cuyo careto con pinta de máscara carnavalera resulta que se supone es su rostro real.
Como ejercicio de morbosidad mola... como película, es una basura sin nombre.
Tenía mucha curiosidad de ver qué eran capaces de hacer estos individuos, así que opté por el camino más fácil, agenciarme su versión del remake de "Las colinas tienen ojos", "Hillside Cannibals", supuestamente basada en la historia real (la de Sawney Beane) que inspiró el film de Craven y, de rebote, el de Aja. Si al director francés le hubiera dado por centrarse en la rutina diaria del clan caníbal, en lugar de su lucha con la "familia normal" atrapada en el desierto, el resultado hubiese sido este "Hillside Cannibals". Poco menos de 70 minutos (!) de mamoneos entre los antropófagos, sus peleas por agenciarse comida o demás, y si tenemos en cuenta que no hablan, solo gruñen, dispondremos de un guión escueto y no demasiado difícil de rodar.
La rapidez que los cineastas se dieron en acabar el film con el fin de estrenarlo antes de "Las colinas tienen ojos" salta a la vista... un par de escenarios, pocos personajes, menos diálogos (lo que decía arriba de los gruñidos), escenas sin sentido ni necesidad alargadas al máximo y, muy chocante esto, secuencias que se cortan unos segundos más tarde de lo que deberían (es decir, un personaje se levanta y se va, y la cámara se queda filmando el fondo sin que ocurra nada, lo suficiente para que nos preguntemos "¿Y?"), lo que, a base de sumar y sumar, le añaden algunos minutos a la escasísima hora y quince que dura la peli. Un auténtico caso de saqueo desesperado que deja en pañales la jeta que gastaba el gran Bruno Mattei.
Eso si... ALGO hay que hacer para compensar tanto NADA... ese algo es gore, no excesivo, pero si cuantioso y pretendidamente ofensivo, aunque su cutrismo lo desprende de toda capacidad de molestar. Especial atención merece el jefe del clan caníbal, cuyo careto con pinta de máscara carnavalera resulta que se supone es su rostro real.
Como ejercicio de morbosidad mola... como película, es una basura sin nombre.
Naxo Fiol
BASEKETBALL
Unir los talentos de David Zucker (originario del tandem Zucker / Abrahams / Zucker que nos regaló comedias tan míticas como "Made in USA", "Aterriza como puedas", "Top Secret!" o "Agárralo como puedas") y de Trey Parker y Matt Stone, los dementes que parieron la afamada serie "South Park", era una idea a la que ningún productor podía resistirse. El resultado a tal unión fue "Baseketball", comedia digamos deportiva que se adelantó unos años a cosas como "Juego de pelotas" o "Patinazo a la Gloria", ambas con mejor suerte en taquilla.
Desconozco por qué motivo "Baseketball" fue un fracaso, pues al menos, a mi, me ha parecido divertidísima. La historia que cuenta es la siguiente: Un par de perdedores dedican su excesivo tiempo libre a un juego de barrio que ellos mismos han creado, donde se mezclan las normas del baseball y el basket. Pronto el juego se hace tan popular que pasa al campo profesional, y de ahí, a todos los problemas propios de un deporte que mueve grandes cantidades de dinero: publicidad, fichajes, etc, etc... todo ello dará como resultado que los dos protas de la historia (Parker y Stone) pongan en jaque sus principios y su amistad.
Está claro que la razón de que "Baseketball" exista se la debemos muy mucho a "Orgazmo", la divertida segunda peli de Trey Parker como director (y protagonista, después de la fallida "Cannibal, the musical") que guarda muchas similitudes en el tono con esta "Baseketball"... el tono y el reparto, donde repiten algunos actores (en especial ese simpatiquísimo Dian Bachar, alias "Choda Boy"). Seguramente, inspirado por las aventuras del primer superhéroe porno, Zucker fichó a los chavales con la intención de trasladar su particular humor a la platea más mainstream pero, como digo, no coló (raro si tenemos en cuenta el fulgurante éxito de "South Park"). La peli fue hundida por los críticos (que la calificaron de infantil e inmadura... ¡joder, de eso se trata!), nominada a un par de premios Razzie y no logró conectar con el gran público... pero si con una escueta audiencia que le rinde culto, incluso tiene su propio rincón en myspace donde sus fans van a adorarla.
"Baseketball" es una película completamente estúpida, idiota, irriante, ridícula y absurda... pero en realidad no pretende más que eso y ahí radica su grandeza. Parece que te estén diciendo: "Deja el cerebro en la puerta y ven a pasarlo en grande con nosotros", y eso hice yo, muy gustosamente. La peli arranca casi como una comedia standard, del tipo "American Pie", pero a medida que avanza el humor se vuelve más y más burro, hasta el punto casi de un surrealismo muy Zuckeriano.
La guasa en general es más bien inofensiva, tiene sus puntos de mala leche (la descojonante escena del hospital con el niño enfermo) y sus momentos chabacanos (la hilarante secuencia del vestuario) pero en general, como comentaba antes, tira más de un tono irreal y muy muy tonto.
No es para el paladar de todo el mundo, pero aquellos que hayan gozado con cosas como "Hot Shots", la misma "Orgazmo" o cualquiera de las "spoof movies" del clan Zucker, pasarán un buen, buenísimo, rato.
Desconozco por qué motivo "Baseketball" fue un fracaso, pues al menos, a mi, me ha parecido divertidísima. La historia que cuenta es la siguiente: Un par de perdedores dedican su excesivo tiempo libre a un juego de barrio que ellos mismos han creado, donde se mezclan las normas del baseball y el basket. Pronto el juego se hace tan popular que pasa al campo profesional, y de ahí, a todos los problemas propios de un deporte que mueve grandes cantidades de dinero: publicidad, fichajes, etc, etc... todo ello dará como resultado que los dos protas de la historia (Parker y Stone) pongan en jaque sus principios y su amistad.
Está claro que la razón de que "Baseketball" exista se la debemos muy mucho a "Orgazmo", la divertida segunda peli de Trey Parker como director (y protagonista, después de la fallida "Cannibal, the musical") que guarda muchas similitudes en el tono con esta "Baseketball"... el tono y el reparto, donde repiten algunos actores (en especial ese simpatiquísimo Dian Bachar, alias "Choda Boy"). Seguramente, inspirado por las aventuras del primer superhéroe porno, Zucker fichó a los chavales con la intención de trasladar su particular humor a la platea más mainstream pero, como digo, no coló (raro si tenemos en cuenta el fulgurante éxito de "South Park"). La peli fue hundida por los críticos (que la calificaron de infantil e inmadura... ¡joder, de eso se trata!), nominada a un par de premios Razzie y no logró conectar con el gran público... pero si con una escueta audiencia que le rinde culto, incluso tiene su propio rincón en myspace donde sus fans van a adorarla.
"Baseketball" es una película completamente estúpida, idiota, irriante, ridícula y absurda... pero en realidad no pretende más que eso y ahí radica su grandeza. Parece que te estén diciendo: "Deja el cerebro en la puerta y ven a pasarlo en grande con nosotros", y eso hice yo, muy gustosamente. La peli arranca casi como una comedia standard, del tipo "American Pie", pero a medida que avanza el humor se vuelve más y más burro, hasta el punto casi de un surrealismo muy Zuckeriano.
La guasa en general es más bien inofensiva, tiene sus puntos de mala leche (la descojonante escena del hospital con el niño enfermo) y sus momentos chabacanos (la hilarante secuencia del vestuario) pero en general, como comentaba antes, tira más de un tono irreal y muy muy tonto.
No es para el paladar de todo el mundo, pero aquellos que hayan gozado con cosas como "Hot Shots", la misma "Orgazmo" o cualquiera de las "spoof movies" del clan Zucker, pasarán un buen, buenísimo, rato.
Naxo Fiol
sábado, 11 de agosto de 2007
PLANE DEAD
A poco de anunciarse, "Plane Dead" pasó a ser bautizada de modo coloquial como "Zombies en el avión", y es que su parecido argumental con la reciente producción en la que ahora mismo estáis pensando es obvia: A causa de un accidente, digamos, científico, los pasajeros de un vuelo comercial se van volviendo muertos vivientes. Los pocos supervivientes tendrán que ingeniárselas para sobrevivir a una noche infernal (y tormentosa, of course).
Evidentemente que es lo de siempre... cambia el avión por un supermercado, una base militar o una cabaña, y obtendrás lo que obtendrás, pero a pesar de ello, la peli sabe desarrollarse con ritmo y sin aburrir en exceso. Además, el origen de la plaga zombie es, dentro de lo que cabe, bastante original, no la contaré aquí pero digamos que tiene que ver con la criogenización. Los personajes son, hasta cierto punto, arquetípicos (en especial el poli esposado al delincuente simpático) y el film se permite un par o tres de momentos visualmente potentes, como cuando los zombies se abren paso por el suelo del compartimiento de los pasajeros (tal y como si surgieran de debajo de la tierra) o cierto ahorcamiento imprevisto. Estos son, cómo no, muertos revividos de la nueva era... es decir, corren como locos, chillan y hasta parecen pensar, al menos del mismo modo que lo haría un animal.
Lo que más sorprende de "Plane Dead" es que, uno, los no-muertos tardan en salir y, dos, la seriedad con la que la película va desarrollándose. Obviamente era todo una falsa alarma. Por lo visto los cineastas esperaban al último rollo para soltarse el pelo, recurriendo más que nunca al gore (hasta ese momento habíamos visto mucho líquido rojo pero pocas mutilaciones) y, por desgracia, al humor. Y es aquí donde uno se da cuenta de que, hasta cierto punto, Peter Jackson hizo bastante daño al subgenero zombie con su "Braindead", pues todavía hoy hay quien se empeña en emularle, homenajearle e incluso robarle gags, caso de este "Plane Dead" que se olvida de la seriedad y el respeto del que hasta el minuto 60 había hecho gala y comienza a descerebrarse con chistes graciosillos y gags visuales a costa de los cadáveres andantes (quienes sufren el 99% de las mutilaciones más gráficas de la peli... es curioso como ha cambiado el cine de muertos vivientes. Reventarle la cabeza a algo ya muerto que revive no es inmoral, pero sacarle las tripas a un ser vivo es impensable).
Toda esta parte final (y unos efectos visuales que de resultones pasan a mediocres cuando intentan currarse un desenlace espectacular) acaban por hundir lo que podría haber sido una muy potable peli de zombies. Ahora, sencillamente, se deja ver y poco más.
PD: Como véis, el cartel promocional y ciertas escenas relativas a cierta puertezuela en el suelo del avión, son un claro, clarísimo, homenaje a esa joya inmortal e imprescindible: "Evil Dead".
Evidentemente que es lo de siempre... cambia el avión por un supermercado, una base militar o una cabaña, y obtendrás lo que obtendrás, pero a pesar de ello, la peli sabe desarrollarse con ritmo y sin aburrir en exceso. Además, el origen de la plaga zombie es, dentro de lo que cabe, bastante original, no la contaré aquí pero digamos que tiene que ver con la criogenización. Los personajes son, hasta cierto punto, arquetípicos (en especial el poli esposado al delincuente simpático) y el film se permite un par o tres de momentos visualmente potentes, como cuando los zombies se abren paso por el suelo del compartimiento de los pasajeros (tal y como si surgieran de debajo de la tierra) o cierto ahorcamiento imprevisto. Estos son, cómo no, muertos revividos de la nueva era... es decir, corren como locos, chillan y hasta parecen pensar, al menos del mismo modo que lo haría un animal.
Lo que más sorprende de "Plane Dead" es que, uno, los no-muertos tardan en salir y, dos, la seriedad con la que la película va desarrollándose. Obviamente era todo una falsa alarma. Por lo visto los cineastas esperaban al último rollo para soltarse el pelo, recurriendo más que nunca al gore (hasta ese momento habíamos visto mucho líquido rojo pero pocas mutilaciones) y, por desgracia, al humor. Y es aquí donde uno se da cuenta de que, hasta cierto punto, Peter Jackson hizo bastante daño al subgenero zombie con su "Braindead", pues todavía hoy hay quien se empeña en emularle, homenajearle e incluso robarle gags, caso de este "Plane Dead" que se olvida de la seriedad y el respeto del que hasta el minuto 60 había hecho gala y comienza a descerebrarse con chistes graciosillos y gags visuales a costa de los cadáveres andantes (quienes sufren el 99% de las mutilaciones más gráficas de la peli... es curioso como ha cambiado el cine de muertos vivientes. Reventarle la cabeza a algo ya muerto que revive no es inmoral, pero sacarle las tripas a un ser vivo es impensable).
Toda esta parte final (y unos efectos visuales que de resultones pasan a mediocres cuando intentan currarse un desenlace espectacular) acaban por hundir lo que podría haber sido una muy potable peli de zombies. Ahora, sencillamente, se deja ver y poco más.
PD: Como véis, el cartel promocional y ciertas escenas relativas a cierta puertezuela en el suelo del avión, son un claro, clarísimo, homenaje a esa joya inmortal e imprescindible: "Evil Dead".
Naxo Fiol
jueves, 9 de agosto de 2007
DISASTER!
Comparar "Disaster!" con "Team America" es un recurso fácil y obvio, pero no por ello menos cierto. Ambas parodian en esencia el cine de Michael Bay, ambas recurren a un humor de línea gruesa, ambas están hechas con marionetas y ambas terminan por saturar y, hasta cierto punto, aburrir... aunque el caso de "Disaster!" es peor.
Dirigida por Roy T. Wood (habitual de MTV), "Disaster!" es un remake de "Armageddon", a pesar de que tenga citas directas a otros films de temática catastrofista ("Dante´s Peak", "La tormenta perfecta", "Deep Impact"...). La historia es exactamente la misma con, casi, los mismos personajes y situaciones, solo que, como decía, hechos con marionetas... no sujetadas por hilos, sino animadas mediante la siempre fascinante técnica de stop-motion, aspecto este en el que "Disaster!" se luce.
Donde la cosa ya brilla menos es en el tipo de humor que gasta. A mi no me disgusta para nada el humor negro, escatológico y ultra-políticamente incorrecto, mas bien todo lo contrario, pero soy de la opinión que es un recurso que puede llegar a aburrir solemnemente si es sobre explotado... y en "Disaster!", lo es. Por eso mismo, los primeros 30 minutos son una partida de caja, chistes de pedos, de cacas, de sexo a tutiplen, cachondeo a costa de niños enfermos y tullidos, gore a punta pala... incluso se permiten algún que otro gag más que inspirado (hace especial gracia el personaje del científico oriental), pero la lástima es que de ahí no pasan. En adelante lo único que te encontrarás serán más coñas de pedos, cacas y sexo guarro (disminuyendo el gore, por desgracia).
Da la sensación de que pronto, muy pronto, se les agotan las ideas y uno comienza a agobiarse mucho, muchísimo, hasta el extremo de olvidarse de reír. Hubiese sido un corto, o un mediometraje, muy potente... pero como largo, falla.
Dirigida por Roy T. Wood (habitual de MTV), "Disaster!" es un remake de "Armageddon", a pesar de que tenga citas directas a otros films de temática catastrofista ("Dante´s Peak", "La tormenta perfecta", "Deep Impact"...). La historia es exactamente la misma con, casi, los mismos personajes y situaciones, solo que, como decía, hechos con marionetas... no sujetadas por hilos, sino animadas mediante la siempre fascinante técnica de stop-motion, aspecto este en el que "Disaster!" se luce.
Donde la cosa ya brilla menos es en el tipo de humor que gasta. A mi no me disgusta para nada el humor negro, escatológico y ultra-políticamente incorrecto, mas bien todo lo contrario, pero soy de la opinión que es un recurso que puede llegar a aburrir solemnemente si es sobre explotado... y en "Disaster!", lo es. Por eso mismo, los primeros 30 minutos son una partida de caja, chistes de pedos, de cacas, de sexo a tutiplen, cachondeo a costa de niños enfermos y tullidos, gore a punta pala... incluso se permiten algún que otro gag más que inspirado (hace especial gracia el personaje del científico oriental), pero la lástima es que de ahí no pasan. En adelante lo único que te encontrarás serán más coñas de pedos, cacas y sexo guarro (disminuyendo el gore, por desgracia).
Da la sensación de que pronto, muy pronto, se les agotan las ideas y uno comienza a agobiarse mucho, muchísimo, hasta el extremo de olvidarse de reír. Hubiese sido un corto, o un mediometraje, muy potente... pero como largo, falla.
Naxo Fiol
12 DIAS DE TERROR
Las expectativas eran más bien bajas: Producción televisiva sobre tiburones asesinos dirigida por Jack Sholder, caballero que vivió su mejor época por ahí los 80 (con "Hidden" y "Pesadilla en Elm Street 2" porque "Solos en la oscuridad" es un rollazo) y luego comenzó a desinflarse peligrosamente, dirigiendo cosas tan aberrantes (aunque divertidas) como el "Arachnid" de la Fantastic Factory.
Sin embargo, sorprende ver que el film lleva el sello del "Discovery Channel", que está basado en el hecho real que inspiró la novela de "Tiburón" (y la consiguiente peli de Spielberg, claro) y que, para variar, se desarrolla en 1916, con una ambientación muy potable.... y nada modesta a nivel presupuestario.
A esa sorpresa se une la de que "12 Días de Terror" termina resultando una película bien narrada, bien acabada, con sus momentos de suspense, no demasiado larga y considerablemente entretenida. Bueno, quizás después de todo al señor Sholder aún le quede algún as en la manga. ¡Me alegro, hombre!.
Sin embargo, sorprende ver que el film lleva el sello del "Discovery Channel", que está basado en el hecho real que inspiró la novela de "Tiburón" (y la consiguiente peli de Spielberg, claro) y que, para variar, se desarrolla en 1916, con una ambientación muy potable.... y nada modesta a nivel presupuestario.
A esa sorpresa se une la de que "12 Días de Terror" termina resultando una película bien narrada, bien acabada, con sus momentos de suspense, no demasiado larga y considerablemente entretenida. Bueno, quizás después de todo al señor Sholder aún le quede algún as en la manga. ¡Me alegro, hombre!.
Naxo Fiol
lunes, 6 de agosto de 2007
EL MARINE
De entrada, la cosa promete. Nos situamos en la guerra de Iraq. Los integrantes de un comando de Al Qaeda están a punto de degollar a un grupo de marines americanos frente a una video-cámara. De pronto, aparece en escena el prota de la función, un tiparraco hiper-musculado y con cara de pedrusco que, ataviado con sus ropas de batalla, hace papilla a los malos y salva a los buenos. ¡Dios!, esto es puro cine "de machos musculosos" ochentero!!, el protagonista berreando mientras suelta una ráfaga de balas, el "mensaje político" tan obvio... hummm, creo que vamos a pasarlo muy bien viendo esta película.
El muchacho se llama John Cena, no es exactamente un actor, más bien su fama se la debe a la lucha libre, ya que es una de las estrellas de este "deporte" tan popular y con tanto tirón en los USA. Tanto, que incluso existe una productora, WWE Films, especializada en fabricar pelis para lucimiento de los astros de la lona y el puñetazo. Tenemos a The Rock en el flojito remake "Pisando Fuerte", a Glen Jacobs en el potable slasher "See no evil" y ahora es el turno de Cena, y el director, un tal John Bonito... pero ¿a quién le importa?.
Seguimos viendo la película. El prota tiene un nombre chanante, John Triton... como John Rambo o John Matrix... este último el responsable de masacrar a medio reparto de extras en la fabulosa "Commando" (donde hay un carismático villano llamado Benett, igual que en el film reseñado. ¿Casualidad o cita intencionada?). Y es que, esencialmente, "The Marine" cuenta lo mismo que ese sub-clásico ochentero, el rescate por parte del héroe de un ser querido, en este caso su mujer que, por avatares del destino, cae en las zarpas de un grupo de ladrones de joyas.
Sin embargo, todo lo que prometía el arranque del film, se va transformando en decepción a medida que el metraje avanza. Las señas de identidad propias del cine musculoso de los ochenta van desapareciendo, y se convierten en un lenguaje más propio de estos tiempos tan políticamente correctos, a saber: Poquísima sangre, nula mala leche, número de fenecidos no demasiado generoso, desarrollo monótono, héroe poco... heroico y, el más grande de los defectos, unos malos con excesivo carisma, no demasiado despiadados y hasta que caen "bien". Todas esas cosas que un crítico consideraría "mejoras" en relación a los guiones de "Rambo", "Desaparecido en combate" o "Justicia de Acero" pero que, para mi, y para ti, vienen a ser todo lo contrario.
Al final, ni las cuatro escenas de acción y/o muerte potentes, ni las continuas citas a otras pelis ("El precio del poder", "Viernes 13", "Deliverance"...) y ni el siempre simpático Robert Patrick como malo de la función arreglan el desaguisado. Que sí, que la peli tiene un par de fantasmadas de esas que algunos tontos toman por defectos, cuando para mi son LA GRACIA de esta clase de productos... pero podría haber dado mucho, muchísimo más de si. Lástima.
Para pasar el rato, y poquísimo más.
El muchacho se llama John Cena, no es exactamente un actor, más bien su fama se la debe a la lucha libre, ya que es una de las estrellas de este "deporte" tan popular y con tanto tirón en los USA. Tanto, que incluso existe una productora, WWE Films, especializada en fabricar pelis para lucimiento de los astros de la lona y el puñetazo. Tenemos a The Rock en el flojito remake "Pisando Fuerte", a Glen Jacobs en el potable slasher "See no evil" y ahora es el turno de Cena, y el director, un tal John Bonito... pero ¿a quién le importa?.
Seguimos viendo la película. El prota tiene un nombre chanante, John Triton... como John Rambo o John Matrix... este último el responsable de masacrar a medio reparto de extras en la fabulosa "Commando" (donde hay un carismático villano llamado Benett, igual que en el film reseñado. ¿Casualidad o cita intencionada?). Y es que, esencialmente, "The Marine" cuenta lo mismo que ese sub-clásico ochentero, el rescate por parte del héroe de un ser querido, en este caso su mujer que, por avatares del destino, cae en las zarpas de un grupo de ladrones de joyas.
Sin embargo, todo lo que prometía el arranque del film, se va transformando en decepción a medida que el metraje avanza. Las señas de identidad propias del cine musculoso de los ochenta van desapareciendo, y se convierten en un lenguaje más propio de estos tiempos tan políticamente correctos, a saber: Poquísima sangre, nula mala leche, número de fenecidos no demasiado generoso, desarrollo monótono, héroe poco... heroico y, el más grande de los defectos, unos malos con excesivo carisma, no demasiado despiadados y hasta que caen "bien". Todas esas cosas que un crítico consideraría "mejoras" en relación a los guiones de "Rambo", "Desaparecido en combate" o "Justicia de Acero" pero que, para mi, y para ti, vienen a ser todo lo contrario.
Al final, ni las cuatro escenas de acción y/o muerte potentes, ni las continuas citas a otras pelis ("El precio del poder", "Viernes 13", "Deliverance"...) y ni el siempre simpático Robert Patrick como malo de la función arreglan el desaguisado. Que sí, que la peli tiene un par de fantasmadas de esas que algunos tontos toman por defectos, cuando para mi son LA GRACIA de esta clase de productos... pero podría haber dado mucho, muchísimo más de si. Lástima.
Para pasar el rato, y poquísimo más.
Naxo Fiol