Me gusta la carrera que lleva uno de mis actores favoritos, Ving Rhames. Y es que le ha pasado lo contrario que a otros. Si a John Travolta le redescubrió Tarantino (o eso dicen) y su carrera subió meteóricamente, a Rhames fue descubrirle Tarantino y bajar y bajar, tanto que ya solo hace COJONUDAS pelis que solo salen en dvd o ejerce de secundario en producciones mainstream.
Claro, que pensándolo bien, Tarantino no ha relanzado la carrera de nadie. Si os dais cuenta, se supone que hizo lo mismo con Pam Grier y la verdad, desde entonces esa se ha prodigado poco. Robert Foster, tres cuartas de lo mismo y David Carradine tampoco se ha prodigado mucho desde "Kill Bill".
Pero me estoy yendo por los cerros de Úbeda.
El caso es que el contundente físico de Ving Rhames le viene que ni pintado al personaje de “Clue Ball” Carl en esta estupenda película de videoclub titulada "El arte de la venganza", uno que se sacan de la manga los distribuidores españoles y desvela el final. "Shooting Gallery", el original, es mucho mas acertado y molón, pero también engañoso. Aunque hay tiros, el título es el nombre de un club de billar donde se hacen apuestas.
Un excelente jugador se dedica a hacer pequeños timos desplumando a sus oponentes, fingiendo que es un patata. Una organización capitaneada por “Clue Ball” Carl, mafioso que chupa patas de pollo (literalmente), se fija en este muchacho (Freddy Prinze Jr.) y le ficha para que trabaje para él. De mientras, un poli corrupto, que a la vez es jugador, le chantajea con el fin de que prepare una partida con “Clue Ball”.
La peli, que va a un ritmo endemoniado y video-clipero, está francamente bien y, aunque quizás tiene momentos extremadamente infantiloides, la potencia de algunas de sus imágenes, me ha fascinado. Además, desde "El color del dinero", hacía mucho tiempo que no se rodaba una película sobre billar.
El director es otro de esos tipos especializados en telefilms, Keoni Waxman, que no tiene ningún trabajo por el que destaque especialmente. Pero este lo ha hecho muy bien.
Y Freddy Prize Jr., que se ha puesto bastante gordo, en un papel en el que no deja de poner caritas y gesticular, como diciendo “¡Eh miradme, no solo soy un guaperas, también se actuar!” Que iluso.
En definitiva, una peli muy disfrutable con la que se pasa el rato fenomenalmente, siempre que te hayas desprendido de todos tus prejuicios. Ayuda tener en cuenta su naturaleza de producto destinado al video.club.
Claro, que pensándolo bien, Tarantino no ha relanzado la carrera de nadie. Si os dais cuenta, se supone que hizo lo mismo con Pam Grier y la verdad, desde entonces esa se ha prodigado poco. Robert Foster, tres cuartas de lo mismo y David Carradine tampoco se ha prodigado mucho desde "Kill Bill".
Pero me estoy yendo por los cerros de Úbeda.
El caso es que el contundente físico de Ving Rhames le viene que ni pintado al personaje de “Clue Ball” Carl en esta estupenda película de videoclub titulada "El arte de la venganza", uno que se sacan de la manga los distribuidores españoles y desvela el final. "Shooting Gallery", el original, es mucho mas acertado y molón, pero también engañoso. Aunque hay tiros, el título es el nombre de un club de billar donde se hacen apuestas.
Un excelente jugador se dedica a hacer pequeños timos desplumando a sus oponentes, fingiendo que es un patata. Una organización capitaneada por “Clue Ball” Carl, mafioso que chupa patas de pollo (literalmente), se fija en este muchacho (Freddy Prinze Jr.) y le ficha para que trabaje para él. De mientras, un poli corrupto, que a la vez es jugador, le chantajea con el fin de que prepare una partida con “Clue Ball”.
La peli, que va a un ritmo endemoniado y video-clipero, está francamente bien y, aunque quizás tiene momentos extremadamente infantiloides, la potencia de algunas de sus imágenes, me ha fascinado. Además, desde "El color del dinero", hacía mucho tiempo que no se rodaba una película sobre billar.
El director es otro de esos tipos especializados en telefilms, Keoni Waxman, que no tiene ningún trabajo por el que destaque especialmente. Pero este lo ha hecho muy bien.
Y Freddy Prize Jr., que se ha puesto bastante gordo, en un papel en el que no deja de poner caritas y gesticular, como diciendo “¡Eh miradme, no solo soy un guaperas, también se actuar!” Que iluso.
En definitiva, una peli muy disfrutable con la que se pasa el rato fenomenalmente, siempre que te hayas desprendido de todos tus prejuicios. Ayuda tener en cuenta su naturaleza de producto destinado al video.club.