miércoles, 8 de octubre de 2008

LA MALDICIÓN DE LA PANTERA ROSA

De chaval sentía verdadera fascinación con el poster de esta película. La idea de disfrutar de las aventuras de un nuevo detective patoso caracterizado por unas grandes gafas me parecía maravilloso. Fui al cine a verla con mi abuela, creo recordar, y en general me llevé una notable decepción. Pero el paso de los años no acabó de borrar el recuerdo de algunos momentos destacados, y tras mucho perrear, por fin decidí volver a verla.
Siempre he creído que las mejores pelis de la pantera rosa son las que producía Tony Adams. "La pantera rosa ataca de nuevo" es un divertimento sin fin. Lo que no comprendo es por qué a Adams, y al creador de la serie Blake Edwards, les costaba tanto entender que una nueva peli del tema sin Peter Sellers como Clouseau sería, no una mierda, pero desde luego algo bastante mediocre. A pesar de ello insistieron, y no durante pocas ocasiones. Concretamente, "La maldición..." se hizo tres años después del fenecimiento del actor británico, y además, con la errónea idea de colar a un nuevo Clouseau en pantalla, el improbable sargento patoso Clifton Sleigh, interpretado por un más o menos resultón Ted Wass, que figura en los créditos casi al final de todo, a pesar de que es quien más rato aparece en pantalla. El señor Wass estuvo activo como actor -televisivo- hasta mediados de los 90, para pasarse a la dirección -televisiva-, a la que aún hoy sigue dedicándose.
"La maldición de la pantera rosa" nos cuenta cómo el Inspector Clouseau desaparece, y el gobierno decide usar una computadora para elegir al mejor policía del mundo cuya misión será localizarlo. Obviamente esa es una idea que no agrada nada al eterno némesis de Clouseau, el jefe inspector Dreyfus, que decide hacer trampa para que la computadora seleccione al peor candidato, quien resulta ser el mentado Clifton Sleigh.
El tono y look de la peli es idéntico al del resto de la saga. Repiten actores de renombre como David Niven o Capucine. Robert Loggia también se deja ver por ahí. Hay una larga secuencia de artes marciales y Ted Wass se esfuerza en imitar las payasadas de Clouseau, quedándose únicamente en la superficie. Encima, más de la mitad del film se desarrolla en Valencia e Ibiza, nada menos. Uno de los aciertos es contar con Roger Moore en el reparto, en esa época un exitoso nuevo James Bond, y que figura ser el mismo Inspector Clouseau tras someterse a una sesión de cirugía estética. Vamos, que Moore hace de Moore.
En general el humor es muy tontorrón, muy simple, no despierta carcajadas ni mucho menos, aunque sí amables sonrisillas. Empieza peor que acaba, lo que no deja de ser algo positivo.
Un entretenimiento familiar sin mayores complicaciones.