jueves, 8 de enero de 2009

LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES 2

Pues sí, probablemente no sea el título más conocido y respetado del cult-film "Children shouldn´t play with dead things", pero así es cómo la conocí yo en su momento. Todavía lo recuerdo, mi bajada al sótano de las maravillas del video-club "JP", y cómo en la sección dedicada al alquiler más económico de todos, estaba esa extraña película, ¿"La noche de los muertos vivientes 2"?, con una caratula maravillosa ilustrada por unos zombies saliendo de sus tumbas (la que tienen justo aquí al ladico) y apenas nada más, sólo el nombre de un director que no me sonó nada, Benjamin Clark, poco sabía yo entonces que se trataba de Bob Clark, el señor responsable de los dos primeros "Porky´s" y lo que tenía entre mis zarpas era su tercer largometraje, aunque el primero con el que comenzaría a destacar. La copia de vídeo estaba bien, lo realmente deplorable era el master en celuloide, completamente rayado y repleto de cortes. Que hermoso placer aquel de descubrir extrañas joyas.
Clark contaba que cuando vio "La noche de los muertos vivientes" tuvo muy claro que él era bien capaz de repetir la hazaña. Decía también que en aquellos tiempos (inicios de los 70) los aspirantes a cineasta solo podían disponer de dos caminos para comenzar a hacerse notar, el terror y el porno. El optó por lo primero. Y sí, mucho me temo que al amigo no le molaba mucho el género... de hecho, solo regresó a él en pleno declive de su carrera con el fin de sacar algún beneficio. Se lió con el remake de su estupendísima "Navidades Negras" y, cuando comenzaba a dar forma al idem de la peli que ahora tratamos, murió víctima de un atropello. Una pena. Descansa en paz Benjamin Clark. Hubiese sido curioso ver una puesta al día de "Children shouldn´t play with dead things", ¿no?.
Centrándonos en esta, la verdad es que nunca he comprendido por qué la califican de "comedia de terror". Para mi que es una etiqueta que se inventaron pasados ya muchos años y conscientes de que la peli, aún con sus dosis de humor, realmente hacía reír por su encantadora torpeza (aunque leí por ahí que las interpretaciones se hicieron mal aposta... no se yo que pensar). El prota es Alan Ormsby, todo un personaje en la industria del cine, especialmente conocido por sus labores de guionista (suyo es el de "El beso de la pantera" y "Porky´s 2"... en la que, por cierto, hay un zombie, por si alguien no lo recuerda), eventual director (junto a Jeff Gillen, otro de los actores de "Children...", en "Deranged") y maquillador (suyos son buena parte de los logradísimos maquillajes de los zombies... los mejores de los cuales se reservan para espeluznantes primeros planos). El caso es que Ormsby da vida al irritante jefe de una compañía teatral que, haciendo el jipi y el tonto (o el jipi tonto), revivirán accidentalmente a una horda de cadáveres en un cementerio y se verán obligados a combatirlos.
En realidad la parte interesante de la peli tarda una puñetera hora de metraje en llegar... hasta ese momento todo son largos y recargados diálogos absurdos y repletos de sarcasmo. Ah! y mucha sobreactuación. En el momento en que los muertos vuelven a la vida, las cosas cambian para mejor... o para mucho mejor, ya que la mentada resurrección es lo más destacable del film entero. Rebosante en atmósfera y bonitos movimientos de cámara (se nota que aquel día Clark contaba con una dolly, como mínimo) acaba de funcionar gracias a la banda sonora, rarísima y muy inquietante. De hecho, creo recordar que de chaval hasta me proporcionó unos cuantos escalofríos.
Todo ello desemboca en un desenlace muy efectivo y la broma más obvia de todo el show, cuando los zombies se esconden para engañar a los pocos supervivientes y luego sorprenderlos en plena escapada.
No es una peli redonda, ni mucho menos, pero está repleta de pequeños atributos que la hacen muy especial. No por nada hoy día se ha ganado el estatus de culto que tiene.