
De como acabé viendo esta película en vez de meterme en la sala donde proyectaban la última de Miyazaki ("Ponyo en el acantilado") es un historia que no contaré ahora, pero de chapa nostálgica no os libráis. Cuando tenía unos 6 o 7 años, acababan de abrir el primer vídeo club de la ciudad. Ahora, echando la vista atrás, lo recuerdo como las tiendas de alimentación de los chinos, un local con una semi capa de pintura, baldas metálicas, un silla para el dependiente y poco más. Aquel vídeo club funcionaba con el clásico sistema de intercambio, tu entregabas una película original que cambiabas por otra y pagabas una cantidad dependiendo de si fuera o no novedad, y casi todas lo eran. Para tenernos a mi hermana y a mi contentos (callados), todos los viernes mis padres nos llevaban y cogíamos una película Disney, entre ellas, según mi hermana mayor, la original en la que se basa este remake con Dwayne "No me llaméis The Rock" Johnson.
Si ya habéis visto el trailer donde se ve al niño extraterrestre como detiene un coche con su cuerpo, habéis visto el 80% del presupuesto de la película. Con esto no digo que sea una mierda, es un poco pobre, sí, pero está bien, es entretenida para un domingo a la tarde. Dwayne Johnson está gracioso, el chaval es repelente, lo que significa que lo hace muy bien (o que en la realidad también es repelente), la chavalilla no sobresale en nada, igual hasta sobreactúa un pelín, y Carla Gunino sigue siendo una mujer guapísima. Además todo ello dura 90 minutos, lo que siempre es un plus.
La historia va de dos chavales extraterrestres cuyos padres son presos políticos de los militares de su planeta (¿cómo te has quedado?) y para salvarles tienen que recoger unos datos de unas pruebas que hicieron en la tierra. Peeeeeeero, aparte de darse un leñazo de siniestro total al aterrizar, un soldado geneticamenteblablablabla... les persigue y quiere matarles. Por supuesto el servicio secreto de los USA también pretende diseccionar a los ETs. Como su nave se la han llevado los hombres de negro, tienen que coger un taxi. Ahí entra Jack Bruno (Dwayne Johnson) ex-convicto que se ha hecho legal pero cuyo anterior jefe no deja en paz. En su taxi llevará a los dos chavales a las afueras, les persiguen los militares, les persigue un alien malo, se encuentran un perro, corren mil aventuras y al final todo acaba bien. Para que vamos a engañarnos, es una película Disney, ya sabemos que cuando la nave del malo choca contra la cabina de un tren, en menos de un minuto alguien va a decir que el maquinista está a salvo, y así es como ocurre. El resto imaginároslo vosotros.
Si ya habéis visto el trailer donde se ve al niño extraterrestre como detiene un coche con su cuerpo, habéis visto el 80% del presupuesto de la película. Con esto no digo que sea una mierda, es un poco pobre, sí, pero está bien, es entretenida para un domingo a la tarde. Dwayne Johnson está gracioso, el chaval es repelente, lo que significa que lo hace muy bien (o que en la realidad también es repelente), la chavalilla no sobresale en nada, igual hasta sobreactúa un pelín, y Carla Gunino sigue siendo una mujer guapísima. Además todo ello dura 90 minutos, lo que siempre es un plus.
La historia va de dos chavales extraterrestres cuyos padres son presos políticos de los militares de su planeta (¿cómo te has quedado?) y para salvarles tienen que recoger unos datos de unas pruebas que hicieron en la tierra. Peeeeeeero, aparte de darse un leñazo de siniestro total al aterrizar, un soldado geneticamenteblablablabla... les persigue y quiere matarles. Por supuesto el servicio secreto de los USA también pretende diseccionar a los ETs. Como su nave se la han llevado los hombres de negro, tienen que coger un taxi. Ahí entra Jack Bruno (Dwayne Johnson) ex-convicto que se ha hecho legal pero cuyo anterior jefe no deja en paz. En su taxi llevará a los dos chavales a las afueras, les persiguen los militares, les persigue un alien malo, se encuentran un perro, corren mil aventuras y al final todo acaba bien. Para que vamos a engañarnos, es una película Disney, ya sabemos que cuando la nave del malo choca contra la cabina de un tren, en menos de un minuto alguien va a decir que el maquinista está a salvo, y así es como ocurre. El resto imaginároslo vosotros.