Un adolescente, humillado cuando una chica se ríe de su fallida erección, decide noquearla a base de puñetazos, violarla y después matarla. Los siguientes 30 años de vida los pasa tranquilo, sin ansias homicidas, llevando una existencia normal y bien posicionada, hasta que un día es atracado. A partir de ahí, busca adeptos en internet para crear lo que será una especie de “clases de tortura” en las que mostrará en directo a sus seguidores cómo infringir el mayor dolor posible a una víctima, manteniéndola con vida.
Película alemana de un tal Sebastian Radtke, cuya única finalidad es recrearse en una serie de torturas (extraer las uñas con destornillador, cortar los dedos con cincel, pasar una lija eléctrica por el estómago…) y demostrar que, además de rodar muy bien la sangre, el señor director también gasta una percepción artística muy pronunciada, ya que el estilismo de la peli está exageradamente cuidado (grano, desenfoques, planos imposibles…), como para dejar claro que él no pertenece a la jarca del ultra-gore germano (que lo consiga, es otro cantar).
El argumento brilla por su ausencia y es confuso, pero estéticamente "Sadisticum" resulta fascinante. Viene impregnada de tal seriedad, y una banda sonora a base de gemidos humanos tan agobiante, que consigue trasmitir un halo de mal rollo que, al final, te deja un poco kaput. Y como dura cincuenta minutos, se ve "tan tranquilamente".
Aunque, como he comentado ya alguna vez, cuanto más mayor, menos ganas de tengo de ver atrocidades, y más cosas divertidas. Aun así, no está mal la peli.
Película alemana de un tal Sebastian Radtke, cuya única finalidad es recrearse en una serie de torturas (extraer las uñas con destornillador, cortar los dedos con cincel, pasar una lija eléctrica por el estómago…) y demostrar que, además de rodar muy bien la sangre, el señor director también gasta una percepción artística muy pronunciada, ya que el estilismo de la peli está exageradamente cuidado (grano, desenfoques, planos imposibles…), como para dejar claro que él no pertenece a la jarca del ultra-gore germano (que lo consiga, es otro cantar).
El argumento brilla por su ausencia y es confuso, pero estéticamente "Sadisticum" resulta fascinante. Viene impregnada de tal seriedad, y una banda sonora a base de gemidos humanos tan agobiante, que consigue trasmitir un halo de mal rollo que, al final, te deja un poco kaput. Y como dura cincuenta minutos, se ve "tan tranquilamente".
Aunque, como he comentado ya alguna vez, cuanto más mayor, menos ganas de tengo de ver atrocidades, y más cosas divertidas. Aun así, no está mal la peli.