
Ya mayor, trata de llevar una vida correcta, rechazando los posibles polvos que le salen para no serle infiel a su mujer, hasta que descubre a una jovencita llamada Ariel a la que se folla a base de bien, pero resulta ser el incubo…o no. Total, que el resto de la película se las pasa asesinándola de diferentes maneras, ya que cada vez que la mata, el tipo despierta de lo que se supone un sueño.
Con un punto de partida a priori interesante, esta mezcla de "Atrapado en el tiempo", terror sobrenatural y slasher, acaba crispando los nervios del espectador de manera soberana. Terminas de verla porque quieres saber que pasa al final, pero es una hora y veinte dura de verdad. Rara de pelotas.
El prota se folla a la piva, que luego resulta ser un sueño, para pasar a follarse a otra piva y despertar de nuevo en los brazos de la tal Ariel, a la que mata por accidente para volver a ser un sueño y matarla otra vez porque cree que es el demonio... y resulta ser de nuevo un sueño. Un lío de tres pares de pelotas. Ver lo mismo una y otra vez la verdad es que se vuelve muy incomodo. A eso añádanle mucho dialogo intrascendente, tufo telefilmico y un ritmo harto tedioso.
Ahora bien, hay cosas que se pueden reseñar favorablemente: El nivel de sangre, hachas, sierras mecánicas, cuchillos y decapitaciones es notable (¡salpicones de marisco guapos!). Es inquietante, tiene momentos de pelos de punta, sobretodo con las apariciones del incubo, que aunque, son contadas, lo cierto es que el físico y andares lentos del actor que le otorga vida, Joseph Gatt -una especie de Michael Berryman en plan guaperas-, me acojonaron en un par de ocasiones. Y, sobretodo, agradezco el descubrimiento del protagonista, Michael Brainard, proveniente de la serie "Santa Barbara" y que, siendo una mezcla de John Cleese y Bruce Campbell, es lo que más vale de la película. En mi opinión hace una interpretación de Oscar; serio y comedido cuando la situación lo requiere. Enloquecido y con cara de "cartoon" cuando le toca empuñar la sierra mecánica. Genial.
Así que situamos este producto en un lugar intermedio, porque es aburrida y confusa a más no poder, pero lo inquietante de algunos momentos y lo elegante y acertado del cast, la salvan de la quema más brutal y violenta.
Detrás de estos, unos tales Fred Calvert y David J. Negron Jr, con filmografías para nada destacables.