
Y vista ahora, y teniendo en cuenta el semi-odio que siento hacia el rock and roll de los años 60, desconozco qué hacía que esta película me encandilara de aquel modo. Quizás ese rollo tan ochentero (y tan de la "Columbia") que se gasta en su estructura. Está medida con metrónomo, como le pasaban a las pelis de esa época, como "Karate Kid" o "Howard", que no te aburren ni a la de tres. Sí, yo creo que por eso me gustaba tanto, aunque me importara (y me importe) tres mierdas quien demonios era Ritchie Valens (o Richi Valenzuela y su guitarra voladora, como se hacía llamar en sus inicios).
Y es que, efectivamente, "La Bamba" está muy entretenida y anoche, se me pasó volando; Ya sabéis, el efímero paso a la fama, truncada por un accidente de avión, que se llevó a la tumba a Valens, Buddy Holly y "The Big Bopper" (además de al piloto, la azafata y demás peña siempre injustamente olvidada).
Pero lo mejor son los recuerdos de la época que me trae esta peli. Ningún chaval (y yo creo que casi nadie) en España sabía quien era Ritchie Valens, hasta que apareció "La Bamba". A partir de ahí, empezaron a salir discos y singles del músico por todos lados. Y cintas de gasolinera también. Una vez más, se reivindicaba a un artista muchos años después de muerto. El grupo de rock mexicano "Los Lobos" se hizo muy popular a raíz de grabar nuevas versiones de las canciones de Valens para la película y la misma "La Bamba" fue puesta en el mapa, para que la bailasen los adolescentes de mediados de los ochenta. Y, al poco, el fenómeno desapareció. Hasta ayer que recuperé la peli y mis memorys.
En "La Bamba" todo es efímero. Incluso el director, Luis Valdez, que antes había hecho una peli en su México natal, no volvió a realizar nada para cine.
Y es que Ritchie Valens era gafe.