Ayer me zampé dos películas y casualmente en ambas aparece la palabra "humano". Ese es el motivo -ya ven con lo poco que uno se conforma- que las haya unido en una misma reseña.
De todo el pack de terror francés que nos ha estado llegando desde el desvirgue con "Alta Tensión", "Humains" es el film que más poca polvareda ha levantado, y probablemente ello se deba a que no estamos ante un producto de horror, más bien es una historia de aventuras con unas escuetas dósis de violencia... como mucho, podríamos encuadrarlo dentro del "survival", pero aún así nos quedaríamos cortos.
Una panda (formada por antropólogos y una familia de turistas) sufren un accidente en pleno monte (por cierto, muy mal facturado, tanto por la calidad de sus efectos infográficos como por la improbabilidad de que, tras esa castaña, sobreviva nadie). Desvalidos y perdidos, serán acosados por un grupo de neandertales que ha sobrevivido hasta nuestros días (algo no tan raro viendo lo que rula por ahí) obsesionado con lo mismo que al 99% del ser humano actual, mojar el churro (aunque en su caso sea con fines reproductivos). "Humains" es excesivamente reposada, carece de elementos propiamente terroríficos o truculentos, los cavernícolas no convencen demasiado y el arrebato final en el que todos se matan y rematan tampoco es para echar cohetes. Un film fallido con dirección de Jacques-Olivier Molon y Pierre-Olivier Thevenin (más habituados a cuestiones maquillantes, puedes ver sus nombres en los créditos de algunas recientes producciones gabachas de corte fantástico) y con Dominique Pinon en un rol destacado.
La que hace dos se titula "The human centipede", es posible que hayas oído hablar de ella, pues por su indiscutible condición de ultra-bizarrada está en boca de todo el fandom. Un científico tarumba genialmente interpretado por Dieter Laser (de verdad que resulta inquietante con esa faz de chalao que gasta) está obsesionado con un sueño, crear un cien pies humano a base de unir ano con boca entre varios "voluntarios". Obviamente, encontrar estos no resulta fácil, así que se ve obligado a secuestrarlos.
Dicho eso, ¿se puede añadir algo más?... el film de Tom Six busca el shock en el espectador, pero lo hace sin estridencias, no hay mucho mucho gore en esta peli, y tampoco nada especialmente gráfico, el director prefiere currarse una atmósfera fría y, sobre todo, altamente incómoda totalmente apoyada en el personaje del científico (volcado en su creación y sin ataques de remordimientos ni nada parecido) y el estéril caserón que habita, en el que realiza sus experimentos. La peli no se limita únicamente a contarnos el proceso de creación del "bicho" (a base de unir dos niñas monas y un japonés!), eso es el primer acto (muy bueno). En el segundo, nos habla un poco de la "relación" entre este y su creador, material que da pie a algunas notables humillaciones, pero que es el más flojito por lo mucho que desciende el ritmo y el interés una vez asumido el efecto sorpresa. La peli se recupera mucho en su tercera parte, con la intervención de un par de policías.
No es redonda, pero por su condición de bizarra, original (al menos en su planteamiento base) e inquietante, bien merece un vistazo.