También conocida como "Hell High" (aunque a mi me mola más el otro título), este pequeño film tuvo la desgracia de fabricarse a finales de los 80, en un momento en el que el cine de terror estaba algo así como en el limbo, y más aquellos productos que, mucho o poco, se aproximaban al slasher, como es el caso... aunque en realidad "Raging Fury" tenga más de película de venganzas que de lo otro.
Una niña es la causante accidental de la muerte de dos jovenes en lo que es una intro bastante potente. 18 años después, se ha convertido en una profesora de biología tímida y apocada, perseguida por el trauma de su infancia y que, a falta de pan, le da al dedo en la soledad de su hogar (gran escena!). Un reducido grupo de estudiantes gamberros la tienen puteada, hasta que llega un día que la tipa se rebota al jefe de la pandilla. Este, ofendido en su orgullo, decide darle una lección. Una broma que irá a peor y desencadenará la locura latente de la seño. Lo siguiente, ya os lo podéis imaginar.
Toda película, por mala que sea, tiene algún atributo positivo... y en el caso de "Raging Fury" no es su historia más o menos atractiva, ni su rollo ochentero (aunque menor, los 90 ya estaban cerca)... sino las "dobles de cuerpo" que salen enseñando las tetazas... por dios, ¡¿de dónde sacan tías tan buenas para únicamente mostrar cacho en costrosas series Z?!.
Por lo demás, un film que se deja ver, pero también se deja olvidar con facilidad. Y de gore, muy poca cosa.