viernes, 25 de diciembre de 2009

EL ÚLTIMO KAMIKAZE

Un Naschy de los de la mala época (80 - 90). Pero cuando digo “mala época” quiero decir la más divertida. O al menos la que a mí más me gusta.
Dirigida por el propio Jacinto Molina, "El último Kamikaze" es un claro ejemplo de que "Inquisición" se la debió hacer un primo, o bien Paul Naschy perdió todo el “mojo” según iba rodando. Esta es un despropósito argumental de principio a fin.
Por un lado tenemos a un asesino a sueldo (Naschy) con trastornos de personalidad que emplea el dinero que gana para ofrecerle un futuro confortable a su hija subnormal  (y así la llaman en la película) y, por otro, a su rival, también asesino a sueldo (Manuel Tejada... sí,.el padre de Tito en "Verano Azul") al que quiere borrar de la faz de la tierra porque en un trabajo anterior mató a su mejor amigo y le dejó impedido de una mano.
De eso nos vamos enterando a lo largo de los 90 minutos de metraje. Pero a trompicones. El resto es un ir y venir de personajes matando gente sin saber porqué, errores de "raccord", explosiones chabacanas y escenitas de cama en las que a tío Paul se le va la mirada y la mano.
Pero es que si no fuera una peli tan zarrapastrosa, no valdría nada...
Los diálogos son totalmente "molinianos", y es que cuando este hombre escribía un guión dejaba su impronta a base de largas frases intrascendentes, y de esas "El último Kamikaze" está cuajada.
Hay que decir que se deja entrever que el asesino que interpreta Naschy es algo así como un maestro del disfraz, por eso en algunos de sus actos sale caracterizado. El espectador no le da importancia hasta que aparece con ropas de mujer, una peluca rubia, super pintado y un diminuto sombrerito; bien, pues más que una señora, ¡parece Miliki! Viendo esto, a uno no le queda más remedio que desmayarse de la risa.
En otro momento maravilloso, vemos a un tipo recibiendo un masaje. Cuando se incorpora tiene algo, como un apósito y un esparadrapo en la barriga. “Será que le han operado hace poco”, piensa el espectador, pero pronto descubrimos que eso que tan descaradamente aparece en el encuadre es la bolsita de la sangre que el actor va a reventar, justo en el momento en el que Naschy le clava un cuchillo. Ver para creer.
Ahora, en defensa de las malas pelis de Molina diré que pocos 
en esa época las hicieron tan entretenidas. Pocos (o ninguno) hicieron tanto cine de género (del que sea) y pocos tienen referencias cinéfilas tan reconocibles... ¡"El último Kamikaze" incorpora un guiño a "El Exterminador"!
Sangre y miembros amputados, tampoco faltan.
Me encantan este tipo de pelis.