He decidido unir en una reseña dos películas por tres motivos. Uno, tienen en común cierta tendencia a la perversión de cuentos y leyendas infantiles. Dos, las vi ayer noche back to back. Tres, no me apetece hacer dos reseñas diferentes.
"Little Erin Merryweather" es la más reputada del pack. Hay incluso quien, en su día, la calificó de lo mejor del año en cuanto a horror. ¿Hay pa tanto?... ni pa tanto, ni pa la mitad. El problema de esta peliculilla es que se cree mejor de lo que finalmente es. Digamos que le sobran humos. El director, David Morwick (nada más interesante en su escueta filmografía), está convencido de que tiene entre manos un film de terror que rompe convencionalismos. Y sí, es cierto que en algunos aspectos se sale sutilmente de la norma... las víctimas son hombres y el asesino mujer, los protas, universitarios, no son gilipollas que están a todas horas pensando con la bragueta, hay algunas imágenes preciosistas, pretende que la asesina nos dé lástima y no se ceba para nada en el gore (eso siempre da prestigio y hace que te tomen en serio). Sin embargo, quitando esas minucias, su peli, sobre una tia mal tratada por su padre en la infancia y que va asesinando chicos por el campus disfrazada de caperucita roja, es tan trillada en sus sustos, como pausada en su desarrollo. Vamos, que al final aburre tanto como el más tirado de los slashers, porque al menos estos compensan su mongolez con sangre y tetas, lo que no es el caso de "Little Erin Merryweather".
Por su lado, "The Tooth Fairy", es otra de las producciones (directas a DVD) adscritas al género que más nos gusta impulsadas por Stephen J. Canell, papá de "El Equipo A" y adicto a los rayos uva (en ese pack también debemos incluir "Al acecho", "The Garden" y "Left in Darkness", con la sabrosa Monica Keena de protagonista... ¡yum!). Básicamente es un slasher, en el que cambiamos al típico asesino enmascarado por una bruja obsesionada en recolectar dientes de críos. Da la puta casualidad que la que era su casa se ha convertido ahora en un hostal, y que la familia que lo regenta tiene una (repelente) hija pequeña a la que, ¡hop!, se le cae un diente. Eso despertará a la "Tooth Fairy" que comenzará a cebarse en los residentes y el espectador.
La verdad, si reseño esta aburrida, plana y previsible peli es solo por un motivo: el gore. Sorprende lo mucho que el film se recrea en la truculencia, especialmente en el asesinato de una rubia hacia la mitad, a la que clava en la pared, corta un brazo y saca las tripas. ¡Guau!. Las armas favoritas de la bruja son un hacha y una pistola de clavos. Ah! y también hay tetas. ¿El resto?, a cámara rápida.
Curiosamente, mientras escribía estas reseñas, me he dado "cuen" de que ambas pelis todavía guardan más puntos en común. Que el asesino es hembra (como suele ser en la vida real, básicamente) y que ambas son perfectamente evitables.