
Siempre consideré que la premisa de "Me bebo tu sangre" era fascinante (tanto como su título y cartel). De chaval, en cuanto leí sobre ella, quedé totalmente prendado. Con el tiempo logré agenciarme una copia en VHS y la decepción que me llevé fue elefantiásica. Mi propia idea del film era más sangrienta, divertida y demente que aquella pestilente muestra de cine "exploitation" yanki de los 70.
Sin embargo, hace unos días, tras una charla coleguera en la que salió a relucir, decidí repasarla y ver cómo había afectado el paso del tiempo no a la peli, sino a mi opinión sobre ella. Bien, hoy puedo decir que "Me bebo tu sangre" ya no me parece pestilente. Sí es verdad que su supuesto gore extremo ha sido de largo superado en todos estos años (algo no necesariamente "lógico y normal", el de Herschell Gordon Lewis, por exagerado, sádico y desquiciado, sigue bien patentente incluso hoy día), hay alguna leve idea bien simpática (el hippie empalado por una espada), pero poco. En general la peli no está del todo mal acabada, y los momentos ridículos tampoco abundan (salvo cuando los rabiosos son combatidos con agua), es soportable y razonablemente entretenida... sobre todo si sabes a lo que te enfrentas cuando le des al "Play".
El director y guionista, David Durston, poca cosa más había hecho, y poca cosa más haría después.
No estaría mal ver un remake facturado por Eli Roth... le pega.