Producción Mexicana de 1961, bastante seria en su planteamiento, pero con la que inevitablemente, te tienes que echar unas risotadillas viéndola.
Una película de corte esotérico, muy bien documentada (parece ser), con una atmosfera híper-terrorífica (el blanco y negro ayuda lo suyo) y sin embargo tan blanca, que la puedes poner en un jardín de infancia sin que los críos lloren… hasta que aparezca el primero de los muñecajos…
Una serie de tipos, coleccionistas, pasan una serie de avatares para conseguir una extraña estatuilla, así que piden consejo a una experta en temas esotéricos. Estos le dicen, que tras sustraer la figura, un natural de la isla donde la consiguieron, les lanzó una maldición, por lo que esta les advierte, que si les han maldicho, lo mas probable es que se cumpla…. Y mira tú por donde un bokor de esa extirpe rulando por donde está esta gente, así que por medio del Vudú, acabará con todos ellos. Cada vez que uno muere, su alma pasará al muñeco utilizado para su vudú, por lo que estos muñecos van tomando vida, para matar al siguiente implicado en ese robo esotérico y así sucesivamente.
Pues está graciosa la hijaputa. ¿Se acuerdan en MUÑECO DIABOLICO, que en algunos planos, muy de pasada, se veía que cuando Chucky corría era un niño? Quedaba fatal, ¿Verdad?, pues treinta años antes, a estos Mexicanos ya se les ocurrió que fueran personas las que interpretaran a los muñecos vivos. En este caso, son enanos a los que se les ha colocado una prótesis facial, una careta que da verdadero miedo, pero que a la vez da risa, porque se ve que los actores solo podían ver a través de uno de los agujeros de la nariz de la mascara, ya claro al no tener casi visibilidad, estos se van moviendo despacito, con mucho cuidado para no tropezarse, lo que provoca, no pocos momentos hilarantes en el espectador. Así mismo, estos gustan de asesinar a sus victimas con una especie de aguja muy gorda y muy larga. O algo parecido, pero es demasiado gordo como para ser una aguja, y demasiado fino para ser un cuchillo. Bueno, el caso es que clavan este utensilio, sin energía, casi a cámara lenta… ¡claro! ¡Por lo mismo, porque con esas putas mascaras no ven! Madre mía, que panzada de reír.
Pero si con estos enanos ciegos no teníamos bastante, tenemos por ahí al bokor, que tiene en sus dominios un zombi. Es el zombi más chabacano y a la vez más molón que he visto en mi fucking vida. De hecho, es el que aparece en el cartel abajo en la derecha. El bokor, parece Oscar Jaenada pasado de cocaína y que además le han alisado el pelo. Risas mil.
Y por fin, los diálogos. Esta peli tiene una cualidad que muy pocas películas tienen. Y esa es, el énfasis con el que los actores sueltan los diálogos, que es ridículo, cada cual sobreactúa peor, pero la gracia está en que lo que están diciendo es súper interesante… Toda la escena del principio, en la que la protagonista les explica a los coleccionistas, todo el rollo del vudú, de las maldiciones y de los bokor, mola que te cagas, pero claro como los actores lo sueltan todo de carrerilla y casi sin pestañear, le restamos veracidad a lo que estamos viendo.
De intenciones serias (es una película muy seria) y de resultados que son un despropósito, MUÑECOS INFERNALES, es una de las pelis de muñecos asesinos mas demenciales, y también una de las mejores pelis de zombis haitianos. Ríete tu de YO ANDUVE CON UN ZOMBI.
Y para más exotismo todavía, el director es Benito Alazraki, el mismo del ignoto remake de YO HICE A ROQUE III, que co-escribió con el propio Mariano Ozores.
Que cinematografía mas curiosa la Mexicana.