Lo que aquí tenemos es una auténtica "peli de indios y vaqueros" con un añadido, "indios y vaqueros y monstruos". Ya se suele decir que cuando el western se alía con el fantástico puro el resultado nunca está a la altura. Bien, este film podría representar la excepción que confirma la regla... y si no, por los pelos.
Una familia es atacada y -en parte- secuestrada de noche en su rancho. El prometido de la hija decide ir en su búsqueda, con la ayuda de un grupo de hombres. Todas las sospechas apuntan a los indios, pero ¿y esas extrañas heridas en los cuellos?, ¿y esos cuerpos paralizados enterrados en el desierto?. Al final del camino se encuentra la terrorífica respuesta al enigma.
La primera mitad de esta peli está muy bien, realmente te atrapa y te mantiene en vilo. Sin embargo, desafortunadamente, de la mitad al final pierde algo de fuerza. No es que de pronto se mute a peli mala, tampoco es eso, pero comienza a resultar reiterativa y el descubrimiento del misterio -que ya nos imaginamos- se alarga en exceso. Pero, como digo, eso no la priva de ser un film la mar de correcto, muy bien acabado y con unos efectivos diseños de criaturas (supongo que en algún momento son CGI, pero no canta demasiado... también hay lugar para el látex, y se agradece). Tenemos poco pero suficiente gore y unos cuantos tópicos destruídos, cosa esta que siempre es motivo de alegría. Los buenos no lo son tantísimo, ni tan efectivos en su cometido, y a los malos nadie les garantiza que vayan a pagar por sus fechorías. Tras toda la ficción, hay una notoria denuncia contra el racismo, especialmente las matanzas de indios perpetradas por americanos en aquellos tiempos. De hecho, el inesperado desenlace va muy acorde a ello, y resulta tan impactante como efectivo.
El reparto está plagado de rostros segundones pero familiares, como los de Clancy Brown ("Los inmortales", "Cadena Perpetua", "Starship Troopers"), William Mapother ("Misión Imposible 2", "El Grito"), Jocelin Donahue ("The house of the devil") y Doug Hutchison, que como hiciera en "La milla verde" o "Punisher: War Zone", da rienda suelta a su especialidad: tios repulsivamente malvados.
Por lo visto, la peli es la versión cine de una mini-serie previa parida por el mismo equipo y el spin-off de un corto del mismo director ("Blood Red Earth") J.T.Petty, también responsable de la tercera entrega de "Mimic" y que originalmente destacó por un primer film de terror, raro, inquietante y efectivo (y sin a penas diálogos) que tiene estatus de culto, "Soft for Digging".
Lo dicho, "The Burrowers" resulta efectiva, sin ser redonda.