Nilo Inga, director de EL TUNCHE, se vuelve a servir del folclore nacional del Perú, de sus supercherías y tradiciones, para ofrecernos una película de terror. Esta vez, los malos malosos son los “Pistachu” ( Lease “Pistakú”). Estos individuos, en tiempos de guerra, se dedicaban a secuestrar y matar gente, a la que luego le sacarían la grasa para venderla, y con ella se engrasaban las maquinas de guerra.
Mientras un joven tontea con su novia campo a través, baja por la colina uno de estos “Pistachu” y se la lleva, dejándola días después a trozos en una bolsa. El prota, junto con unos jóvenes aguerridos del pueblo de Huachac, deciden ir en busca de los “Pistachu” y darles muerte con palos y piedras.
A diferencia de sus compañeros directores de provincia (Flaviano Quispe Chaina, Edwing J. Vilca Javar, por ejemplo), Nilo Inga, si que tiene una mentalidad cinematográfica mas estándar, e incluso nociones básicas, como ya demostró con EL TUNCHE, porque en cuanto a medios, va tan escaso como sus compañeros. Así que el tema (el de hacer pelis) no se le da mal al colega, y por eso logra que sus productos sean entretenidos, y si me apuras (y si estos Peruanos conocieran el camino a seguir) hasta exportables.
Otra cosa que le diferencia es que tiene una visión mas comercial de su cine, por eso cuenta con la presencia de actores profesionales, y lo mas importante, estos son hasta guapos. Los otros utilizan gentes de los pueblos en los que graban, dándole a sus respectivos asuntos un toque mas sórdido.
Con todo, yo prefiero a los otros que a Nilo Inga, porque esta hace películas entretenidas, mas o menos bien hechas, con su ritmo y sus argumentos… los otros hacen otra cosa.
Aun así, para diálogos soltados con gracia (y el que sepa detectarla), los de los peruanos. Recomiendo su visionado, sea cual sea el motivo por el que veas una película Peruana. Además, esta lo tiene todo, sangre, romance, peleas, analfabetismo, fantasmas, tíos encapuchados, patadas voladoras….
Como curiosidad, comentar que la crítica de sus país la tomó como un homenaje a los aguerridos “La panda de los Auquish” que plantaron cara a los “Pistacho” con dos cojones, y le echan en cara al director el hecho de no saber como llevar a cabo una película tan noble, y que por eso tiene que rellenarla con la estúpida historia de amor que hay de por medio, contaminándola. Dicen que los elementos de género que ha introducido anulan a Nilo Inga como artista… que crítica mas feroz… y a fin de cuentas, para esto ¡JAJAJAJAJA!