Lo mejor de esta película lo tenéis en los primeros tres minutos. De verdad. Luego ya podéis quitarla tranquilamente.
Hace muchos años, antes de que la Troma se pusiera de moda entre retrasados y oportunistas, a mi me dio por investigar en videoclublandia a la búsqueda de sus productos. Entonces era bastante más difícil dar con ellos, nadie la conocía y sus films llegaban aquí importados por oscuras compañías. En aquellos tiempos, tierno jovenzuelo como era, ignoraba por completo que Troma solo tenía dos o tres pelis buenas, o cuanto menos divertidas, y que el resto era una mierda pinchada en un palo. Con semejante desconocimiento por bandera sufrí en mis carnes cosas como "La venganza de Daphne", "Surf Nazis Must Die" y... sí, "Gritos de agonía" ("Girls School Screamers" in the U.S.). Creo recordar que flipé con el arranque, y luego me dormí o directamente la quité.
Pasados todos estos años, y con los principios de Troma total y absolutamente prostituidos (algo que ya ocurrió cuando el "boom", pero nadie quiso darse cuenta), vuelvo a consumir esta caquita, con el "modo paciencia" puesto en "on".
Una colegio de monjas recibe como herencia una casa encantada. Las hermanas van para allá, acompañadas de sus sabrosas estudiantes, con la intención de hacer inventario. Pronto... no, perdón, tarde, demasiado tarde, las muchachas comenzarán a ser asesinadas por un ente misteriosa.
Hasta el puto minuto 50 no hay ni un solo crimen. Y no esperéis gore por doquier, porque no. ¡Ah!, y tampoco tetas. Una peli de terror protagonizada por colegialas ¡¡y sin una sola ubre!!. Mal, Lloyd Kaufman, mal. Pero ya sabemos cómo funcionaba la Troma: pilla una peli indie de tercera división que nadie más ha querido, métele un título llamativo, hazle un poster super-chulo y atractivo que, en realidad, nada tenga que ver con la peli y con su espíritu y, enga, a venderrrrrrr... y a decepcionar al paciente público del horror.
Bien, he soportado entera "Gritos de agonía". Sin avance rápido y sin dormirme. ¿Es buena?, no. ¿Es una mierda?, no exactamente. Es... psss, ¡¡aburrida!!. Mucho. Pero es que cuando me lo propongo, puedo soportar lo que sea (aunque menos que el campañero Víctor). Si ese no es tu caso, evítate el chiste fácil: Los gritos de agonía los darás tu viendo esta cosica.