Terrible. Terrible, terrible. Terrible, terrible, terrible.
La uno tenía un pase, la dos no estaba mal del todo, pero esto… ¡Pufff!
La urbanización pija que es el punto neurálgico de la saga, prepara las celebraciones de sus 25 años de existencia, pero los Flodder andan por ahí haciendo de las suyas y molestan. El asistente social amigo de la familia, pondrá todo de su parte para que estos no salgan mal parados.
Olvídense de las dos películas anteriores. En 1993, Dick Maas pone toda la carne en el asador con los Flodder, en una serie que duró desde ese año hasta 1998. En dicha serie, a parte de que se suaviza un montón los posibles elementos mas transgresores de la saga, baja considerablemente el nivel de comicidad y el ritmo vertiginoso que venía acompañando a nuestra familia Holandesa favorita, a favor de una velocidad narrativa mas televisiva y unos chistes para toda la familia. La cosa en Holanda, fue un éxito… y para no ser menos, aquí en España, también se estrenó la serie, en horario nocturno.
Esta película, es el resultado del éxito de la serie, y rodado justo a la vez que la temporada del año 95, el resultado es, un capitulo más de ¡¡dos horas y pico de duración!!.
Por supuesto, aquí ya no están ni Huub Stapel, ni la mitad del reparto, han sido sustituidos por los actores televisivos, que tienen mucho menos carisma, y por ende, mucha menos gracia.
En definitiva, un tostón pestilente.
Dick Maas ya nunca -maas- sería lo que fue en los ochenta. De hecho, elementos que en las anteriores entregas resolvía a base de una buena dirección, en esta tercera entrega, en la que además no pasa absolutamente nada, pecan de una torpeza tal que permítanme dudar la mano de Maas en esto. Sería un primo.
Una mierda.