El mundo del cine underground/ultra-indie/amateur está, a nivel internacional, plagado de pintamonas e incapaces. De gente que o se toma demasiado en serio a si misma o, por el contrario, solo factura patéticas imitaciones del cine de Hollywood. No tengo NADA contra el cine comercial, me encanta, lo adoro... pero cuando me siento a ver una obra underground/ultra-indie/amateur, espero algo distinto. Algo que me sorprenda, que me entretenga, que me haga vibrar e incluso que me indigne. Gente capaz de eso, hay muy muy poca... pero está claro que, en mi agenda, uno de los que sí lo consiguen es Bob Moricz, veterano creador audiovisual del que he visto (y difundido, cuando he podido) algunas obras. No toda la filmo/videografía de Moricz es cojonuda... tiene un poco de todo... pero cuando acierta, lo hace a lo grande. Rara es la película moderna, venga de donde venga, que logra mantenerme una hora seguida con los ojos clavados a la pantalla y la boca medioabierta, Moricz lo ha logrado con alguna que otra, como con "Felony Flats", su más reciente largometraje.
Digamos que la peli sigue los avatares de un excéntrico personaje de ridículo aspecto recién salido del manicomio, cómo interacciona con su entorno y con otros personajes que se encuentra a lo largo de la historia. Moricz tiene dos modos de enfocar las escenas, a base de fascinantes montajes audio-visuales (algo en lo que el cabrón es un jefe) o a base de personajes hablando sin parar y una cámara muy nerviosa que les sigue como puede. Todo ello grabado en vídeo (con una camarita de bolsillo) a lo largo de varios meses, improvisando y dejándose llevar por la espontaneidad y las ideas más descabelladas. Moricz logra que "Felony Flats" se desarrolle de modo imprevisible y sorprendente, por lo que no aburre ni pizca a pesar de no contar con una narrativa propiamente dicha.
Yo la he gozado abiertamente, pero supongo que hay que tener cierta predisposición y afición por un tipo de cine algo distinto, alocado y sin miedo. Merece la pena arriesgarse con "Felony Flats"... y ya de paso, con la obra de Bob Moricz al completo.