Desde luego, y aunque los críticos se rompan las vestiduras, el hecho de hacer una película muda imitando todos los aspectos del cine mudo, puede hacernos gracias, pero no es ni original ni novedoso; el cine amateur rodado en súper 8, tira de este rollo cada dos por tres (de hecho, uno de mis pocos cortos en súper 8 imita el cine mudo) y recordemos que Mel Brooks ya hizo lo mismo, aunque en color en LA ULTIMA LOCURA.
Es más, el hacer en estos tiempos que corren una película muda, es un snobismo de tres pares de cojones, así que en un principio, THE ARTIST, no era santo de mi devoción. Ahora, cuatro factores han sido decisivos a la hora de enfrentarme a ella; el trailer, me dejó boquiabierto. Un trailer tremendamente efectivo; El hecho de que la gente, tras verla, sale de la sala emocionada, e incluso bailando; y por ultimo, la autoría del director Michel Hazanavicius, responsable de dos “Explotations” bastante infectas de las pelis de James Bond facturadas en el nuevo milenio, que pasaron por nuestras salas con más pena que gloria: OSS 117: EL CAIRO, NIDO DE ESPÍAS y OSS 117: PERDIDO EN RIO. Con semejante curriculum, y a pesar de que esta película es carne de “gafapastosos” que no saben del reciente pasado del director, ni seguramente de cine mudo, me decidí a verla. Y efectivamente, es una pasada de peli. Pero ¡ojo!, no es una obra maestra como hay quien afirma en la prensa. Es una película muy bonita, muy entretenida y que destila un amor por el cine (¡¡Americano!! No confundirse…), que es el que ha hecho que me caiga tan simpática.
Favorita para las nominaciones en la carrera de los Oscar, no es ni de lejos un peliculón mítico y memorable, pero visto lo visto es de lo mejor que este año ha ofrecido la cartelera, pero, aunque bonita, no es para tanto. Pero es que la gente no está acostumbrada a ver cine, y cuando sale algo majo, pues ale, a fliparlo en colorines.
Ahora bien, huelga decir que sin ser fan del cine mudo, si que lo soy de Harold Lloyd (como Jackie Chan) y estoy acostumbrado a ver cine mudo, por culpa del de las gafitas y la mano de goma, EL HOMBRE MOSCA, ¡AY QUE ME CAIGO! y otras tantas.
Vamos con la peli.
George Valentin, es una estrella de cine mudo (que curiosamente, es estrella en películas de género), portador de un desmesurado ego y una gran fortuna, que conoce a una chica aspirante a actriz llamada Peppy Miller, a la cual, por simpatía, abre camino en la industria cinematográfica. Con la llegada del cine sonoro, aumenta la popularidad de la chica, mientras que, lógicamente, desciende la de Valentin, con lo que, es despedido del estudio para el que trabaja. Este, en un alarde de megalomanía y sin tomarse demasiado en serio el cine sonoro, gasta toda su fortuna en una súper producción muda, que obviamente, con el sonoro ya impuesto, le deja en la ruina. El resto… sería contar el desenlace.
Aunque procedente de Francia, la película está rodada en inglés (pero no oímos los diálogos ¡Ja!) y cuenta con mogollón de estrellas americanas en su reparto, como puedan ser Penelope Anne Miller, James Cromwell, John Goodman o Malcolm McDowell.
Bien, una historia sencillita, que gracias al buen hacer de Hazanavicius y la honestidad que desprende el film desde un principio (simplemente un homenaje al cine mudo), engancha, cautiva y se deja disfrutar durante todo el metraje. Pero el éxito de la película, no radica en su propuesta, si no en la presencia de Jean Dujardin, al que hemos visto haciendo de LUCKY LUKE y en las dos entregas de OSS117, enorme (por tamaño) actor gabacho que para la ocasión se deja de dar ostias y pegar tiros, y se le caracteriza con un look absolutamente deudor de los galanes del cine mudo, se antoja lo mejor de la película con su desmesurada interpretación. Desde luego, el personaje se presta a la desmesura.
Por lo demás, lo agradable de la película, lo sencillito del argumento y, por raro que parezca teniendo en cuenta el tipo de público para el que es reclamo, su falta de pretensiones, hacen el resto.
Muy maja.