Extraña película nipona del 82, de aquellas tan populares en la época en las que se hacía un montaje con extractos de diferentes capítulos de cualquier infecta serie de televisión, y se sacaban de la manga un largometraje: En esta ocasión, lo que nos llegó a España, fue el montaje de esta serie alterado y con diálogos inventados por parte de los Americanos.
En ella, unos dinosaurios sumamente inteligentes, bajan a la tierra con el afán de destruirla. La gracia está en que los dinosaurios son tíos disfrazados a lo Kaiju Eija, y los humanos son dibujos animados.
La película es tremendamente aburrida, y para los tiempos que corren, se queda absolutamente desfasada.
Las maquetas son chabacanas, chabacanas y las animaciones, de lo peorcito. Pero los monstruos, son muy graciosos, porque hablan. Pero no crean que se sueltan parrafadas existencialistas, ni mucho menos. Por la boca del T-rex, solo salen perlas del tipo “¡¡Hay que destruir a los humanos!!”, “¡destruidlos, destruidlos!”, “Pronto dominaremos la tierra, ¡¡¡Aniquilación!!!”, y cosas por el estilo, eso si, a grito pelado. Tios disfrazados de dinosaurio en plan parlanchín. Ya os digo, muy gracioso. Lo mejor de la película.
Luego, me ha llamado la atención, que el grupo al que envían los gobiernos Japoneses para encargarse de destruir a los Súper Monstruos, se llaman Comando Géminis, y que mira tú por donde, tienen un extraño parecido con otros héroes de la animación Japonesa como eran COMANDO G; son pero clavados, clavados; el guapete, el gordo… una copia.
Por lo demás, esta peli es un coñazo, eso sí, entrañable, muy de cine de barrio de los 80.
Al menos, en el mítico cine Benares de Alcorcón, al que yo acudía los Domingos como si fuera misa, si que era muy de proyectar estos largometrajes extraídos de las series. Si esta no llegó a proyectarse, fue de casualidad.