Ayer noche me apetecía mucho meterme vía intravenosa una peli de terror de los 80, de esas que ni eran demasiado chusqueras ni demasiado lujosas, y que incluyera en su reparto actoril o técnico un nombre clásico y respetado de la década. Y entonces, vi la luz: "Pacto de sangre". El problema es que, por alguna extraña razón (mi vida está repleta de extrañas razones), el vídeo no me la reproducía correctamente. ¿Qué hacer?, ¡canastos!, para algo tengo dos vídeos más en reserva, tal vez funcione en uno de ellos. Cogí la silla, subí, abrí el armario y rescaté el vídeo negro que reposaba en los estantes. Lo instalé. Probé y funcionó. ¡¡Bieeeen!!, ahora ya puedo ver "Pacto de sangre". Coño, pues ya que puedo verla, la ripeo también y la paso a DVD. Así que agarré el euroconector y enchufé el vídeo al grabador. Le di al play y al rec y, ¡¡ea!!, a disfrutarrrr.
¿Que por qué les cuento todo esto?, pues porque mucho me temo que esa será la parte más interesante y entretenida de esta reseña. Y porque, ¡joder!, mola un huevo ser coleccionista/devoto/enfermo del vídeo, ya sea VHS o Beta, y en ocasiones es más diver el proceso de ver una peli, o el costroso look de esta, que la peli misma (especialmente si hablamos de "Pacto de sangre").
Ayer no fue la primera vez que la consumía, ni mucho menos. En la época de su estreno acudí emocionado al cine que entonces tantas horas de entretenimiento me aportaba, el "Continental". Y digo que fui emocionado porque "Pacto de sangre" se anunciaba como el debut en la dirección de todo un astro de los efectos especiales, el legendario y ya fallecido Stan Winston, papá de "Aliens", "Terminators" y "Parques Jurásicos", entre muchas otras criaturas. Encima, el monstruo de "Pacto de sangre" molaba mil según las fotos que había visto en "Mad Movies" y, bueno, todo se prometía mogollón de geniales.
Y no. La experiencia fue altamente decepcionante. El punto más flojo probablemente sea la historia que nos cuenta, previsible, lineal y aburrida, sobre un padre que pierde a su repelentillo hijo en manos de una panda de irresponsables adolescentes, por lo que invoca al bichejo de marras para que acometa venganza. Luego se arrepentirá de sus actos e intentará detenerle. Este responde al nombre de "Pumpkinhead", "Cabeza de Calabaza", que es como se titula el film en su versión original. Lo gracioso es que, según el doblaje español lo llaman "El Cabezón". Imagínense por un momento que el film hubiera llegado a España con el título traducido literalmente según nuestros expertos... ¿¿acudirían al cine a ver un film de terror no mexicano ni peruano titulado "El Cabezón"??. ¡Hilarante!.
Stan Winston demostró, una vez más, ser un maestro con eso de juntar látex y dar forma a un ser vivo, pero en cuestiones direccioniles y narrativas, el muchacho no andaba nada puesto. "Pacto de sangre" luce muy bien a un nivel, digamos, plástico. Toda la parte de la bruja, su cabaña, el montículo con el cuerpo del monstruo, etc, está muy bien, es muy bonito visualmente y estupendamente diseñado... pero el film carece de garra, de ritmo, de vida... es totalmente plano o, lo que es lo mismo, considerablemente plomizo... especialmente la última media hora, que se hace eterna. Y la sensación final que te deja es raruna, porque tiene todos los ingredientes para ser un film ochentero que funciona y, sin embargo, no lo hace. O no lo hace PA MI, porque "Pacto de sangre" dio el dinero suficiente -supongo que donde más sería en el mercado del vídeo- para parir varias secuelas, todas tardías, todas horripilantes y todas muy olvidables.
El prota no es otro que Lance Henriksen, que cuando no pone cara de palo, sobreactúa absurdamente (pero mola). Le siguen muy de cerca el entrañable George "Buck" Flower y Jeff East (el Superman adolescente del film de Richard Donner). Stan Winston volvería a probarlo como director en la escalofriante "Gnomo Cop" y con dos cortos de peso, el "Ghost" con Michael Jackson y la peli-atracción "Terminator 2 - 3D: Battle Across Time" junto a James Cameron y John Bruno. Luego lo dejó (¡ya tardaba!). Que curiosa trayectoria.
En definitiva, "Pacto de sangre" fue una oportunidad perdida. A pesar de ello, acabó generando incluso merchandising del monstruo, lógico si tenemos en cuenta que, esencialmente, es lo único realmente salvable de todo el pitote.
NOTA: Junto a la caratula original de mi VHS (ya en la sección de ventas), les dejo un simpático cartel que he rescatado de las páginas de "Mad Movies", sección "Próximos rodajes". Imagino que para entonces el film andaba en pre-producción y el look del bicho no estaba definido... pero hubiera molado que fuese como el que sale ahí dibujado, ¿que no?.