viernes, 1 de junio de 2012

AMERICA DE NOCHE PROHIBIDA

Mondo Francés, que como buenos cobardicas, en lugar de tirar tierra sobre su propio tejado, prefiere hacerlo sobre el americano. Se trata de un documental que quiere mostrar, con las consabidas muestras de sensacionalismo barato, las actitudes sexuales de la noche americana (¿Qué pasa? ¿Qué los Franceses no cerdean? ¿No se jactan de ser el pais del amor?).
Los mondos, cuando muestran ejecuciones o violencia, no se cortan un pelo, pero la mojigatería propia del ser humano en general (ahí no voy a señalar ninguna nacionalidad en concreto), convierte estos temas en poco más que programa infantil.
Del mismo estilo de “Estamos hechos así ¡Ayuda!” y centrándose en filias y perversiones, aquí, mas que en ningún otro mondo, se nota el falseo y la manipulación.
La película comienza con entrevistas a jóvenes de 20 años condenados a cárcel por violación, para dar paso a unos créditos en los que una parejita se lo monta, aunque en ningún momento vemos una penetración. Después, se da paso a una sesión de sado maso, en la que nada más empezar, se congela la imagen y un cartel nos advierte que todo lo que vamos a contemplar es real, y filmado en directo. Y lo certifica su director François Richenbach. No pasan ni cinco minutos, cuando a la hora de mostrar genitalidad, algún torpe objeto tapa esa zona…¡Venga coño!.
Por lo demás, entrevistas falseadas, actuaciones de porno en vivo, en las que nunca vemos una penetración – A lo sumo un tío que al que le están sacando por el culo una cadena-,un tipo que se practica autofelaciones, y que dice que no deja que nadie se la chupe porque no saben hacerlo como el (escena francamente delirante y divertida), y sobretodo, cuando el equipo de filmación acude al rodaje de una película porno de John Holmes, donde como es casi como un making of, presenciamos el momento más interesante del film. Previas instrucciones de Richenbach a los del porno, claro, pues cuando son sus cámaras las que filman, bien que se las ingenia John Holmes para cuando se come un coño, taparlo con sus manos para que no veamos nada.
Sinvergonzonería e hipocresía, en un producto mondo, que como todos los mondos, está súper entretenido, y solo por eso, yo ya me doy con un canto en los dientes.