Disney, que tantos altibajos ha sufrido durante su extensa trayectoria, en los últimos años anda que lo tira, y compra franquicias como “Marvel Comics” o estos entrañables hijos de Jim Henson que son “Los Teleñecos”… si “Los Teleñecos”, porque si yo de toda la vida, y tras un montón de películas conociéndolos como “Los Teleñecos”, no se por qué ahora les voy a llamar “The Muppets”. Y es que la Disney fue tajante al estrenar la última película de “Los Teleñecos”, prohibiendo que en el resto del mundo fuera titulada con otro nombre que el original estadounidense, “The Muppets”, por lo que ahora tenemos a Gustavo, Peggy o Gonzo siendo “Los Muppets” en lugar de “Los Teleñecos”. En fin.
Sin embargo, las películas que protagonizaron los simpáticos personajes, quizás con la excepción de la primera de todas ellas “La película de los Teleñecos”, pecaban de ser muy rancias y aburridas, sosas y caóticas, a pesar de contar siempre con estrellas y directores más o menos afortunados.
Disney se propuso dos cosas: Dar a conocer a “Los Teleñecos” a una nueva generación de niños, y hacer una buena película, entretenida y muy divertida, que los dignifique tras estar estos olvidados desde hace ya un tiempo.
Si “Los Teleñecos” resultarán atractivos para las nuevas generaciones, no se si lo habrán conseguido, aunque los padres llevaran a sus hijos al cine. Pero desde luego si que han logrado la mejor película de los personajes.
Y es que la calidad de la misma radica en el haber contratado a uno de los mejores cómicos de la factoría de Judd Apattow para que produzca ejecutivamente, la escriba, y haga el papel principal por parte de los personajes de carne y hueso; Jason Segel (“Paso de ti”, “Lio embarazoso”), que además es fan a muerte de “Los Teleñecos”. Así, y con dirección de un tal James Bobin que debuta en el cine, consiguen un musical de lo más divertido y ameno con unas canciones que son, en su mayoría, cojonudas, amén de lo bien rodada que está y el respeto que se les muestra a los muñecos.
El protagonismo recae en Walter, un muñeco creado en exclusiva para la película. Un niño que siente devoción por “Los Teleñecos”, y que gracias a su hermano (humano) Jason Segel, se va de vacaciones a Hollywood para conocer los estudios donde “Los Teleñecos” rodaban sus programas. Allí, por error, descubre que un especulador pretende comprar esos estudios porque piensa que hay petróleo en su suelo, y los derribará. Ante tan malvado plan, a Walter no le queda más remedio que avisar a la rana Gustavo, quien monta un show televisivo a ver si con eso sacan los 10.000.000 de dólares que necesitan para poder comprar los estudios… solo que los otros teleñecos andan por ahí haciendo su vida, ignorados por el publico.
Así, la rana se pasa media película intentando reunir a “Los Teleñecos”, en un argumento más o menos similar a “Granujas a todo ritmo”.
Pues lo dicho, que se trata de una película muy digna, que introduce el C.G.I. en momentos puntuales –y necesarios- sin que por ello se prescinda de las marionetas, con números musicales de lo más chulos, y terriblemente divertida.
De hecho, me ha gustado tanto, que iré a comprármela en DVD. Pero es que amigos, yo soy muy fan de “Los Teleñecos”. Aunque sus otras películas no me gustaron nada, que conste.
Contamos, también, con cameos de Jack Black, Whoopy Goldberg, Zach Galifaniakis, Alan Arkin, Selena Gomez…