La primera vez que vi "Existenz" fue en el Fetival de Sitges. Llevaba años siguiendo a su director, David Cronenberg, ya que, a fin de cuentas, era uno de los nombres ilustres del cine de terror moderno -es decir, el que rompió moldes y esquemas en los 70- junto a los Landis, Carpenters y Cravens habituales. También es cierto que era uno de los que menos me gustaba, porque siempre había intentado alejarse del género (cosa que a la larga consiguió), a pesar de que reconocía, y reconozco, que tenía grandes títulos como "La zona muerta", "Videodrome" o el remake de "La mosca".
Cuando terminó el visionado de "Existenz" a todos nos quedó la sensación de que Cronenberg había hecho un mejunje con sus obsesiones habituales, y sus títulos estandarte, pero al que le había dado una pátina de "normalidad"... como si quisiera rodar una versión de "Videodrome" pensada para plateas "standard", público masivo no acostumbrado a sus delirios. Vamos, que la peli me dejó algo frío. Ayer noche volví a verla (en formato VHS). Era la segunda vez que lo hacía desde el primer intento... y mis impresiones no variaron demasiado. Cuando se rodó "Existenz" era 1999, y supongo que para entonces los video-juegos y las consolas comenzaban a pegar fuerte. Era normal, pues, que a Mr.Cronenberg le diera por sermonearnos un poco al respecto. Así, la cosa se sitúa en un futuro cercano pero indeterminado, en el que se han inventado una consolas orgánicas y vivas que te enchufas en la espalda, gracias a un bujero que te han hecho previamente, y puedes ser partícipe de los respectivos juegos de un modo escalofriantemente realista. Sin embargo, y por motivos que no conocemos, alguien intenta atentar contra la diseñadora número uno de dichos juegos, por lo que se ve obligada a escapar en compañía de un novatillo segurata. Juntos huirán sin rumbo y terminarán viciados por el revolucionario juego que ha inventado la chorba, hasta el punto de no saber qué es realidad y qué es ficción... para ellos, y para nosotros.
Aunque la peli se apoya mucho en los diálogos y, en el fondo, no deja de ser bastante sencillita, hay que reconocer que "Existenz" va a piñón desde buen principio, tiene un ritmo notable y no aburre en exceso. La historia se sigue más o menos con interés y a lo largo de la misma nos intentan sorprender con algunas ideas y conceptos más o menos bizarros, muy Cronenberg, como esas consolas vivas hechas de tejido orgánico, el indudable tirón sexual en el modo de conectarlas a tu cuerpo, la pistola hecha de huesos y que dispara dientes... incluso hay un poco de gore, con ese pobre camarero chino que recibe un par de balazos en la cara. Sin embargo, carece del rollo enfermizo y mal sano de las pelis previas del Canadiense. Todo es como muy limpio... incluso la pretendida suciedad es higiénica. En realidad "Existenz" tiene bastantes puntos en común con "Videodrome", pero sin llegarle a la suela de los mocasines.
Visto lo que siguió en la carrera de Cronenberg, es evidente que "Existenz" era algo así como su despedida del género puramente fantástico, porque luego no volvió a tocarlo. Y es evidente también que el muchacho estaba algo cansado de sus delirios carnosos, de ahí la sensación de rutina que destila toda la peli. A pesar de ello, el resultado se deja ver. No te impresionará, no te cambiará, no te ofenderá... pero tampoco te dormirás.
Algo es algo.