Me dio anoche por ver esta película, simplemente porque estuve pensando en “Crónicas Marcianas”, el “Late show” de telecinco conducido por Javier Sardá, y me di cuenta de que gracias a ese programa se hicieron unas cuantas películas patrocinadas y apoyadas por el mismo donde sus colaboradores, o sencillamente, los freaks que servían de mofa en el mismo, se estrenaban como directores o guionistas e incluso, solo por pertenecer a dicho programa, llegaban casi todos a estrenar en salas. Luego este es un tipo de películas que por peculiares, dementes, curiosas y por ser realizadas por gente ajena al cine, se merecen, al menos, mi atención.
La más exitosa y honesta, fue “F.B.I: Frikis buscan incordiar” del periodista Javier Cárdenas. Era lo que era una suceción de skechts en el que contemplábamos bromas pesadas a gran parte de los colaboradores más patéticos de programa. Es lo que es, un programa televisivo estrenado en cines. La más demencial sería “Hot Milk” de Ricardito Bofill, que usaba el programa como plataforma de promoción. Una absoluta locura, en la que el interés radica en lo que puede hacer un niño rico pasado de escama, si le das los mandos de una producción. Incluso gente con ligero retraso mental como Leonardo Dantés se animó a hacer cine, creando una obra maestra del cine casero con “L.A.R.R”, que el pobre, por mucho que lo anunciara en el programa de Sardá, no tuvo la suerte de estrenar. Su película era un video casero extendido. Sin embargo a mí me parece la mejor de todas. Y por fin tenemos este “Plauto”, el delirio del narcotraficante con ínfulas de escritor Coto Matamoros, que no hacía más que hablar de su película en el programa, llegando incluso a decir cuando se estrenó, que a aquél que no le gustase le devolvería el dinero de la entrada. Incluso devolvió el dinero de unas cuantas, por supuesto.
Pero en contra de lo que muchos creen, el proyecto es suyo, pero no lo dirige el. Matamoros, no tenía ni puta idea de dirigir, así que se encargó de escribir el guión y para dirigirla contó con los servicios de David Gordon, director que obtuvo cierta relevancia en festivales y demás a raíz de una trilogía de cortos tontísimos con títulos como “Kikos”, “Pipas” o “Chicles”. Luego rodó esto, y nunca más se volvió a saber de el.
Sin duda, de los atentados fílmicos que salieron de la factoría “Crónicas Marcianas”, este es el peor de todos. Si tengo que definirlo con una sola palabra, esta sería “Repugnante”.
Cuenta la historia de un circo que está en las últimas, y para salir adelante, a tres de los artistas se les ocurre utilizar el recinto para mover cantidades ingentes de droga. Se meterán en una espiral de violencia en una pseudo “road movie”, que bebe mucho de aquella gran mierda de Juanma Bajo-Ulloa que era “Airbag”. Los tres artistas de circo, acaban asesinando, esnifando y extorsionando. En consecuencia, tanto la gente que les proporcionó la droga, como la gente que les prestó el dinero para comprarla, acaban yendo al circo para acabar con todos ellos en una masacre a ritmo de metralleta. Ahí es donde entra en juego Plauto, el payaso, del que no puedo decir nada más porque acabaría destripando la película… no vaya a ser que a alguien le interese.
Mala hasta decir basta. Mal rodada, montada con el culo, ridícula, de vergüenza ajena, lo peor sin duda es el guión del propio Matamoros, que construye diálogos larguísimos y llenos de tacos y de alusiones sexuales cerdísimas, que en boca de los malísimos actores resultan de lo más patético. Además, hay que prestar gran atención para comprender una trama, que seguro que Matamoros se creía que era acojonante, cuando en realidad es una mierda.
El reclamo para vender la película, a parte de la autoría del proyecto por parte de Matamoros, era el reparto repleto de freaks mediáticos de los que estaban de moda entonces, así tenemos en el papel principal a El Dioni, que está ahí, supongo que porque es un pelín mejor actor que el resto de desgraciados. Le acompañan en cameos o papeles cortos Loli Álvarez, Leonardo Dantés, Arlekin, Nuria Bermúdez, María Bolkan, Tony Genil, Dinio, el Conde Lequio… y seguro que me dejo alguno. También tenemos actores de verdad como José Carabias como el payaso Plauto, que está como siempre: Bien, o a Javier Cifrián.
También tenemos un cameo del escritor José Manuel Serrano Cueto.
En definitiva, un producto curioso por todo esto que cuento, pero también una cosa muy mala y muy antipática e incluso desagradable, para la que hacen falta dos cojones muy gordos para ponerse a verla.
Lógicamente, en taquilla, el desastre fue mayúsculo.