"Amicus" era algo así como la "hermana pequeña y/o bastarda" de la sobrevalorada "Hammer Films". Sin embargo, curiosamente, a mi me gustan más las pelis "Amicus" que las "Hammer", tal vez porque las primeras destilaban más demencia y más modernidad (siempre estaban ambientadas en épocas presentes), mientras que las de "Hammer" eran más estiradas, elegantes y se desarrollaban en épocas pasadas (cosas estas, para mi, directamente perniciosas). También podría estar motivado porque la especialidad de la "Amicus" eran las pelis de capítulos, largometrajes compuestos de pequeñas historias de terror, y mientras eso es algo que, dicen, no acaba de encontrar su público y rara vez funciona en taquilla, a mi sí me mola. Y mucho. Lo que ocurre es que, son tantas las "Amiculadas" que he visto a lo lago de los años, que tengo un lío de puta madre y no acabo de saber qué historia pertenece a qué título, si a "Dr.Terror", a "Refugio Macabro" o algunas de las dos traslaciones a la pantalla que la compañía hizo de los afamados y respetados comics de la "E.C.".
Sí queridos, antes que "Creepshow" y su tributo, y antes que la serie "Historias de la cripta" al completo, estuvo "Amicus" con "Condenados de ultratumba" (es decir, "Tales from the crypt") y "La bóveda de los horrores" ("Vault of horror"). Hoy hablaré de la primera, la segunda caerá en breve. Por cierto, no confundir "Condenados de ultratumba" con "Cuentos de ultratumba", también de "Amicus" y dentro del mismo formato, pero sin relación con la "E.C. Comics", en realidad se trata de una adaptación de relatos del escritor R. Chetwynd-Hayes, que volvería a relacionarse con la compañía en la entrañable "El club de los monstruos". Aunque esa es otra historia... ¡de terrorrrr!.
Naturalmente el tono "british" de las pelis de "Amicus" dista mucho de lo que luego harían los americanos partiendo del material impreso. Estos prefirieron quedarse con el humor negro, la truculencia y la estética abiertamente comiquera, mientras que los ingleses, con el bueno de Milton Subotsky como cabeza pensante, apostaron por un rollo más serio, gótico y... en fin, más propio de "Amicus". Esta notable diferencia influyó mucho para que, vista de chaval, "Condenados de ultratumba" no me conquistara. Pero ya saben cómo va esto, te haces mayor, refinas un poco tus gustos y cuando repites, ves las cosas de otro color.
Un grupo de individuos quedan atrapados dentro de una cripta junto al vigilante de esta (es decir, el "Crypt Keeper" que en los comics narraba las historias... y hay que ver qué diferente este, interpretado por todo un Sir, Ralph Richardson, ¡del animatronic de la serie de televisión!), quien les contará a cada uno de ellos los horrores que les esperan. Todos muy moralizantes.
La moza del grupo será la protagonista de "And All Through The House", la ya mítica historia del Papa Noel psicópata que Robert Zemeckis llevó a la pequeña pantalla. La diferencia de tono es bastante, pero la ventaja con la versión inglesa es que, al revés de la americana que se veía obligada a estirar la historia (mediante guión de Fred Dekker) para adaptarla a la duración del capítulo, el director de "Condenados...", que no es otro que el entrañable director de fotografía y especialista en terrores muy a su pesar, Freddie Francis, puede contarla utilizando menos metraje y, por ende, acercándose un poco más a las intenciones del tebeo. El resultado está bastante majo, destacando la continua utilización de villancicos como fondo sonoro. Por si a alguien le interesa, la cosa va de una pécora (adecuada Joan Collins) que la noche de Navidad mata a su marido para cobrar el seguro, con la mala pata de que un asesino vestido de Santa Claus recién escapado de un sanatorio ronda la casa. Así pues, la churri no podrá llamar a la poli porque el cadáver de su esposo reposa encima de la alfombra. Y, además, su hija pequeña duerme en el piso de arriba esperando la llegada del de la barba blanca.... el desenlace me lo sabía de memoria, pero sigue siendo eficaz.
La siguiente historia puede que sea la más flojita. Va de un tío que deja a su mujer y sus hijos para escapar con la amante. En la carretera se mete un leñazo, y cuando despierta, todo el mundo que lo ve huye horrorizado. ¿Por qué?. La cosa graciosa y, me supongo, aspecto original de este capítulo es que, en el momento posterior al accidente, toda la acción la vemos a través de los ojos del accidentado... efecto que en el tebeo sería de lo más llamativo y revolucionario, pero que en celuloide se queda un poco en nada. De hecho, el final es bastante previsible y atontao, con el rollo de "era una pesadilla, pero no, pero sí...".
Le sigue otra de las que molan... aunque solo sea porque, en su esencia, es puro puro "E.C. Comics" o, dicho de otro modo, una venganza de ultratumba (como "El día del padre" en "Creepshow", vamos). El grandioso Peter Cushing es un abuelete viudo y la mar de majo que vive en un vecindario de ricachones engreídos. No le pueden echar porque la casa que habita es de su propiedad y no le tragan porque le consideran sucio y raro. Uno de estos decide hacerle "mobbing" para que se las pire... tanto se pasa que, finalmente, el abuelete se suicida. Naturalmente, cuando se cumpla un año de su muerte, volverá de la tumba para vengarse. La historia es más básica y simple que una compresa usada, pero tiene su coña, por lo que decía antes, por ser puro "E.C.", porque sabes que el abuelete se tomará la revancha y lo esperas con ansia, porque todo se desarrolla con bastante celeridad y, sobre todo, por una secuencia de resurrección de lo más "cool" (cementerio repleto de neblina, pura atmósfera macabra) y el brillante maquillaje que luce Cushing, absolutamente deudor de los tebeos y que ha dejado huella, convirtiéndose en una imagen icónica del horror británico de la época. Y no es para menos.
La que hace cuatro compite con la segunda en el puesto de la más floja, pero no gana la batalla gracias a su delirio y dinamismo. Totalmente basada en el famoso cuento "La pata de mono" (que es citada directamente en los diálogos y usada como guía) va de una pareja que le pide tres deseos a una estatua mágica. Se cumplirán, sí, pero por la vía cabrona y, a cada cual, peor. Ya saben, "Quiero dinero", y cobras el seguro por el fallecimiento de tu pareja. Ese rollo. El final está entre lo impactante, lo escalofriante y lo ridículo. A gustos. Eso sí, a lo largo de la historia destaca otra imagen maravillosa e icónica, la de un motorista vestido de negro y de faz cadavérica. Mola mil.
Y la última pues está muy bien parida, la idea chana... pero se me hizo más larga. Tal vez porque ya la había visto, y no resiste bien un segundo intento o, justamente, por durar más que las otras. La cosa va de un hogar para abuelos invidentes y del nuevo director que se instala en el, un ex-militar la mar de estricto y jeta que se queda todo lo bueno y deja que los abuelos sufran. Al final uno de ellos muere, y los demás deciden vengarse con la ayuda del perro del director. Montan una trampa la mar de inverosímil (sobre todo teniendo en cuenta que son cieguitos), pero muy espectacular. El final lo ves venir, pero funciona.
Y fin. El guardián de la cripta les explica a todos el por qué de su presencia y se acaba la peli. Y bueno, lo hace sin cohetes ni gritos de alegría, pero sí con una sensación agradable. "Condenados de ultratumba" es sencillita, simpática, entrañable, bastante entretenida y, nada, que merece verse, ya lo creo.
Sí queridos, antes que "Creepshow" y su tributo, y antes que la serie "Historias de la cripta" al completo, estuvo "Amicus" con "Condenados de ultratumba" (es decir, "Tales from the crypt") y "La bóveda de los horrores" ("Vault of horror"). Hoy hablaré de la primera, la segunda caerá en breve. Por cierto, no confundir "Condenados de ultratumba" con "Cuentos de ultratumba", también de "Amicus" y dentro del mismo formato, pero sin relación con la "E.C. Comics", en realidad se trata de una adaptación de relatos del escritor R. Chetwynd-Hayes, que volvería a relacionarse con la compañía en la entrañable "El club de los monstruos". Aunque esa es otra historia... ¡de terrorrrr!.
Naturalmente el tono "british" de las pelis de "Amicus" dista mucho de lo que luego harían los americanos partiendo del material impreso. Estos prefirieron quedarse con el humor negro, la truculencia y la estética abiertamente comiquera, mientras que los ingleses, con el bueno de Milton Subotsky como cabeza pensante, apostaron por un rollo más serio, gótico y... en fin, más propio de "Amicus". Esta notable diferencia influyó mucho para que, vista de chaval, "Condenados de ultratumba" no me conquistara. Pero ya saben cómo va esto, te haces mayor, refinas un poco tus gustos y cuando repites, ves las cosas de otro color.
Un grupo de individuos quedan atrapados dentro de una cripta junto al vigilante de esta (es decir, el "Crypt Keeper" que en los comics narraba las historias... y hay que ver qué diferente este, interpretado por todo un Sir, Ralph Richardson, ¡del animatronic de la serie de televisión!), quien les contará a cada uno de ellos los horrores que les esperan. Todos muy moralizantes.
La moza del grupo será la protagonista de "And All Through The House", la ya mítica historia del Papa Noel psicópata que Robert Zemeckis llevó a la pequeña pantalla. La diferencia de tono es bastante, pero la ventaja con la versión inglesa es que, al revés de la americana que se veía obligada a estirar la historia (mediante guión de Fred Dekker) para adaptarla a la duración del capítulo, el director de "Condenados...", que no es otro que el entrañable director de fotografía y especialista en terrores muy a su pesar, Freddie Francis, puede contarla utilizando menos metraje y, por ende, acercándose un poco más a las intenciones del tebeo. El resultado está bastante majo, destacando la continua utilización de villancicos como fondo sonoro. Por si a alguien le interesa, la cosa va de una pécora (adecuada Joan Collins) que la noche de Navidad mata a su marido para cobrar el seguro, con la mala pata de que un asesino vestido de Santa Claus recién escapado de un sanatorio ronda la casa. Así pues, la churri no podrá llamar a la poli porque el cadáver de su esposo reposa encima de la alfombra. Y, además, su hija pequeña duerme en el piso de arriba esperando la llegada del de la barba blanca.... el desenlace me lo sabía de memoria, pero sigue siendo eficaz.
La siguiente historia puede que sea la más flojita. Va de un tío que deja a su mujer y sus hijos para escapar con la amante. En la carretera se mete un leñazo, y cuando despierta, todo el mundo que lo ve huye horrorizado. ¿Por qué?. La cosa graciosa y, me supongo, aspecto original de este capítulo es que, en el momento posterior al accidente, toda la acción la vemos a través de los ojos del accidentado... efecto que en el tebeo sería de lo más llamativo y revolucionario, pero que en celuloide se queda un poco en nada. De hecho, el final es bastante previsible y atontao, con el rollo de "era una pesadilla, pero no, pero sí...".
Le sigue otra de las que molan... aunque solo sea porque, en su esencia, es puro puro "E.C. Comics" o, dicho de otro modo, una venganza de ultratumba (como "El día del padre" en "Creepshow", vamos). El grandioso Peter Cushing es un abuelete viudo y la mar de majo que vive en un vecindario de ricachones engreídos. No le pueden echar porque la casa que habita es de su propiedad y no le tragan porque le consideran sucio y raro. Uno de estos decide hacerle "mobbing" para que se las pire... tanto se pasa que, finalmente, el abuelete se suicida. Naturalmente, cuando se cumpla un año de su muerte, volverá de la tumba para vengarse. La historia es más básica y simple que una compresa usada, pero tiene su coña, por lo que decía antes, por ser puro "E.C.", porque sabes que el abuelete se tomará la revancha y lo esperas con ansia, porque todo se desarrolla con bastante celeridad y, sobre todo, por una secuencia de resurrección de lo más "cool" (cementerio repleto de neblina, pura atmósfera macabra) y el brillante maquillaje que luce Cushing, absolutamente deudor de los tebeos y que ha dejado huella, convirtiéndose en una imagen icónica del horror británico de la época. Y no es para menos.
La que hace cuatro compite con la segunda en el puesto de la más floja, pero no gana la batalla gracias a su delirio y dinamismo. Totalmente basada en el famoso cuento "La pata de mono" (que es citada directamente en los diálogos y usada como guía) va de una pareja que le pide tres deseos a una estatua mágica. Se cumplirán, sí, pero por la vía cabrona y, a cada cual, peor. Ya saben, "Quiero dinero", y cobras el seguro por el fallecimiento de tu pareja. Ese rollo. El final está entre lo impactante, lo escalofriante y lo ridículo. A gustos. Eso sí, a lo largo de la historia destaca otra imagen maravillosa e icónica, la de un motorista vestido de negro y de faz cadavérica. Mola mil.
Y la última pues está muy bien parida, la idea chana... pero se me hizo más larga. Tal vez porque ya la había visto, y no resiste bien un segundo intento o, justamente, por durar más que las otras. La cosa va de un hogar para abuelos invidentes y del nuevo director que se instala en el, un ex-militar la mar de estricto y jeta que se queda todo lo bueno y deja que los abuelos sufran. Al final uno de ellos muere, y los demás deciden vengarse con la ayuda del perro del director. Montan una trampa la mar de inverosímil (sobre todo teniendo en cuenta que son cieguitos), pero muy espectacular. El final lo ves venir, pero funciona.
Y fin. El guardián de la cripta les explica a todos el por qué de su presencia y se acaba la peli. Y bueno, lo hace sin cohetes ni gritos de alegría, pero sí con una sensación agradable. "Condenados de ultratumba" es sencillita, simpática, entrañable, bastante entretenida y, nada, que merece verse, ya lo creo.