Curiosamente, en “El protector” (que olé la imaginación de los distribuidores por este título. Hay como cuatro pelis más con ese título, y el original “Avenging Angelo” , traducido, es mucho más bonito, “Vengando a Angelo”…), su cartel nos vende una de Stallone a la vieja usanza, con tiros, acción y Stallone como tipo duro. Sin embargo la película nada tiene que ver con todo eso. Se trata de una comedia con toques melodramáticos de esos que a Stallone le gustan tanto para demostrar que es un buen actor. Y pensaría que en el engaño al que es sometido el publico radica el fracaso de esta película, si no fuera por lo rematadamente mala que es…
Un capo mafioso, debido a todos los enemigos que tiene, se ve obligado a entregar a su hija una pareja pobre, para que estos nunca la localicen por lo que al matrimonio nunca le faltará de nada. Tras ser asesinado, este manda a su guardaespaldas (Stallone) a que le haga saber a su hija quien es en realidad su padre, y de paso que cuide de ella, porque sus enemigos intentarán matarla, así pues, el se encargará de ella, y lógicamente, surgirá el amor.
La intención de esta película es resultarle amable al espectador: No lo consigue. La intención de Stallone es demostrar que es un gran actor: No lo es. O al menos, cuando se sale de sus registros más violentos, cuando intenta estar sosegado y contenido, como en este caso, resulta prácticamente estático. Digamos que cuando de verdad tiene que actuar, si le sacas de “Rocky”, Stallone es un puto saco de patatas.
El caso es que la película es laaaaaaarga, durando tan solo noventa minutos. En ella no pasa nada, y encima tenemos que soportar el histrionismo de Madeleine Stowe, que si Stallone está estático, esta parece que se ha pasado con la cocaína y no para quiera. Una interpretación totalmete insoportable.
Intentando ofrecernos una película sosegada, la comedia que encontramos en ella no lo és, y cuando hacen acto de presencia los chistes, que dicho sea de paso se nota mucho que son “Made in Stallone”, la cosa se convierte en un batiburrillo lleno de estupideces con un humor que haría sonrojar de vergüenza ajena a un niño. Sirva como ejemplo: Un mafioso intenta introducirse en la casa de la hija del capo por la ventana. Stallone lo trinca escalando por la pared y pronto lo deja K.O. Este se lo hecha al hombro y camina con el. El mafioso inconsciente comienza a tirarse pedos, que escucha la hija del capo desde el interior de la casa. Stallone se excusa diciendo que son las ardillas, y a continuación, le da puñetazos en el trasero al mafioso que lleva en el hombro mientras le dice: - ¡Cierra el culo!. No se si este gag es brillante o una puta mierda, el caso es que, como fuere, la cosa no funciona.
Total, que hay que hacer esfuerzos para verla entera, y no me extraña que el público le diera la espalda, pero una cosa hay que reconocerle a Stallone. Que nadie le acuse de intentar hacer cosas diferentes en su vejez. Ahora que ¿Por qué otra comedia de mafiosos? ¿Es que no escarmentó con “Oscar ¡quita las manos!”? Porque esta es muy parecida, aunque la camuflen de cinta de acción.
Junto a Stallone y a Madeleine Stowe, tenemos como Capo a Antony Quinn, que moriría poco después de acabar su intervención en la película.
La música, impecable y preciosa, es obra del amigote de Stallone, Bill Conti.
Dirige Martyn Burke, que siendo uno de los guionistas de “Top Secret”, no se entiende como es tan soso dirigiendo. Tampoco hay ni un solo título destacable en su filmografía.
Seguiremos con los fracasos de Stallone en próximas reseñas. Que dios me pille confesado.