Y si “Malditos Bastardos” ya me pareció cojonuda, “Django
desencadenado” me parece magistral. Atrás quedaron los tiempos “indies” de
Tarantino. Estando tras sus películas los grandes estudios, Tarantino es mucho mejor.
Y me da la sensación, de que para Tarantino, el ser
Tarantino empieza a ser un lastre, quiero decir, que parece que se ve obligado
a meter con calzador las referencias cinéfilas, pero que ya comienzan a
molestarle. Aquí, obviamente su homenaje
al “Spaguetti Western”, las referencias son muy marcadas, parece querernos
decir “Aquí os las dejo, y dejadme ya en paz”, así, las dislumbramos en los títulos
de crédito, la banda sonora, los zooms y el cameo de Franco Nero, pero están
metidas ahí como para quitárselas de
encima. Luego el resto de la película es el film que Tarantino ha querido
hacer. Por lo tanto, no encontramos primerísimos primeros planos a lo Sergio
Leone, ni la película en general parece un “Spaguetti Western”, parece más bien
un homenaje al western Americano, y los tonos que se usan en la película, más
grisaceos que naranjas, evocan al western contemporáneo, así que, referencias a
parte, “Django Desencadenado” está más cerca de la también magistral “Valor de
ley” de los Cohen que de, por ejemplo, “Por un puñado de dólares” o el “Django”
original de Sergio Corbucci.
También es cierto, que su estructura, sin dejar de ser la típica
de Tarantino, si que adolece un poco de esos eternos diálogos que le han hecho
famoso, en pro de conversaciones con menos texto y planos más visuales, que hay menos acción de
la esperada, así como mucha más violencia y sangre de lo habitual, y también,
humor más chabacano al estilo de la nueva comedia americana (no en vano, JonahHill aparece en una de esas secuencias), pero lo mejor de “Django desencadenado”
es que es la cosa más entretenida del mundo. Tres horas que pasan en un santiamén,
dejando al espectador un agradable sabor de boca.
Muchos personajes aparecen en pantalla, y además del
anteriormente mentado Franco Nero, podemos ver también a Tom Savini, Don
Johnson, y los demás que se me escapan.
En cuanto a los actores, están todos cojonudos, desde Jamie
Foxx hasta Samuel L. Jackson, si bien es cierto que quien se lleva la palma es
Christoph Waltz, verdadero protagonista de la peli, que da gusto verlo.
El argumento es lo de menos. Un dentista caza recompensas
alemán que odia la esclavitud, compra un esclavo para que le ayude a matar a
unos antiguos negreros suyos requeridos por la ley. Tras concederle la
libertad, el dentista, ayudará al esclavo a salvar a su esposa, que sirve en un
campo de algodón de Mississipi.
Por otra parte, decir que a Spike Lee le come la envidia…
Por todos es sabido que arremetió muchas veces contra el cine de Tarantino, acusándole
de racista por la cantidad de veces que se empleaba la palabra “nigga” en sus
películas. “Django desencadenado”, sin embargo, es un alegato antiracista que
coloca a los padres fundadores de América en su lugar, y Spike Lee ha vuelto a
poner el grito en el cielo, volviendo, como no, a acusar a esta película de
racista. Es lo que tiene el ser relegado al video-club.
Así pues, no se me caen los anillos al reconocer que “Django
desencadenado” es la película más divertida, vibrante, interesante y bien hecha
de los últimos años. Tarantino, sigue así campeón, que te vas a convertir en un
clásico.