Ya muerta la mítica Empire, mutada en la más pequeña FullMoon y con Stuart Gordon colando un pie en el mainstream, Brian Yuzna, que había
dirigido la sobre valorada “Society” y que había supuesto un éxito, decidió
levantar esta segunda parte, buscándose otra productora pequeñita e
independiente a la que sacarle los cuartos, rescatando a la mayor parte del
elenco de “Re- Animator” y convencido de su talento como director, poniendose
tras las cámaras.
Y tras su paso por distintos
festivales especializados, finalmente la película se estrenó
directamente en video clubs. Y hasta muchos años después que más o menos se la
reivindicó, pasó inadvertida para la mayoría del público.
El doctor West y el doctor Cain, se encuentran en Perú dónde
continúan sus experimentos de reanimación de los muertos.
De vuelta al hospital universitario de Miskatonic, donde
inexplicablemente, y tras la masacre de ocho meses atrás en la que estaban
metidos de pleno, siguen ejerciendo la medicina (¡¡¡). El doctor West descubre
que se pueden animar las partes del cuerpo por separado. Como conservan el
corazón de la fallecida novia del doctor Cain, estos deciden crear una mujer
por piezas e inyectarle el suero verde en el corazón para que lo distribuya a
las distintas partes del cuerpo. Con la policía investigando el caso de la
masacre pisandoles los talones, estos experimentos no acaban de salir del todo
bien.
Huelga decir, que busca un homenaje al clásico de la
Universal “La novia de Frankenstein”.
Obviamente, la secuela comparada con la original, es un
pedazo de mierda infecta. Sin embargo, Yuzna no era tan manazas como lo es hoy
en día y si bien no es una secuela digna, al menos es una película entretenida
con momentos muy logrados.
Ahora, que quede clara una cosa: quien diga que en el cine
de género no hay lugar para el sello personal, el sello de autor, que se mire
bien estas películas. Porque el primer “Re-animator”, tiene el sello de Stuart
Gordon bien impregnadito, al igual que “La novia de Re-Animator” tiene el de
Brian Yuzna, vamos, que se nota que una es del uno, y la otra es del otro.
En los aciertos de esta secuela está el hecho de que West
cada dos por tres experimenta uniendo distintas partes del cuerpo para darles
vida (un brazo y una pierna, unos dedos y un ojo, incluso le pone un brazo
humano a un perro), creando una galería de aberrantes monstruitos que tiene
cierta gracia. Por otro lado, tenemos la presencia de doctor Hill, ya saben, la
cabeza del malo de la función de la primera película, que se cose (y reanima)
dos alas de murciélago en a modo de orejas, con lo que tenemos una cabeza
voladora pululando por ahí. Sin embargo, este personaje antagonista,
simplemente hace acto de presencia, su importancia en la película es mínima, prácticamente
desaparece su rol de archienemigo del doctor West, y la verdad, el meterle ahí
y que no la líe parda, es una chapuza de tomo y lomo.
Más cagadas; Ok que el Doctor Hill hable y piense
razonablemente como sucedía en la primera, aunque no se nos explique el por qué,
pero en la primera los reanimados actuaban de forma primitiva y violenta. En
esta secuela ¿Por qué cojones tienen que hablar y demostrar sentimientos? Hay incluso
una secuencia de celos entre el policía reanimado y su mujer reanimada, lo cual
me parece una puta mierda. Y es que si en el primer “Re-animator” los
CUESTINABLES toques de humor, solo los supieron ver cierto sector un poco
mentecato del público, y en todo caso, estos serían mínimos, en esta, ya están
impuestos ahí a sabiendas, lo que sigue siendo una gran putada.
Así pues, como continuación de la de Stuart Gordon, esto es
infame e indigno, sin embargo como película de Brian Yuzna, es una de las
mejores.
Nada malo que decir
sin embargo acerca de los artesanales efectos especiales a cargo de John Carl
Buechler y Screamin Mad george.
Así, que en realidad, no es tan mala como cabe de esperar y
justamente está entretenida.
Lo que vendría después si que es para matarlos a todos, y
esconderle la farlopa a Brian Yuzna.
Como frikada decir, que en nuestro país, en la era dorada
del vide club, se le anticipó una producción italiana dirigida por Luigi
Montefiori (director de “2020, los rangers de Texas”, junto con Aristide Massaccesi),
más conocido como George Estman, que como guardaba cierta similitud en el
argumento con la primera “Re-animator” los sin vergüenzas de los distribuidores
no tuvieron remilgos y la titularon “Re-Animator II”. Así mismo, en los usa,
serían incontables las “fan movies” que se rodaron acerca del tema, pero, con edición
en vhs en Argentina (¿) se editó un “Re-animator 2”, con un argumento un tanto
parecido al de esta “La novia de Re-Animator”.
Adjunto sendos carteles.