Sigue manejando presupuestos irrisorios, y sigue
construyendo tramas de enredo, rodando casi en exclusiva en interiores.
La película nos cuenta la historia de una pareja que, por un
problema de compatibilidad, no pueden concebir un hijo. Lo desean tanto, que
deciden buscar una madre de alquiler para hacer una inseminación. El varón se
une a su ayudante en la búsqueda de esta madre, hasta que deciden que la novia
de este es la mejor candidata. Mas adelante, se irá enmarañando la trama.
En un principio, esta película fue concebida con el título
de “Madre de alquiler”, de hecho, en la canción principal de la banda sonora,
compuesta a muy mala gana por Nacho Cano, en la letra se hace referencia a esa
frase, “Madre de alquiler”.
Lo que pasa en que a primeros de los noventa ya se imponía
en España un estilo de comedia que poco o nada tenía que ver con el de Mariano
Ozores, y puesto que la película de Almodóvar “Mujeres al borde de un ataque de
nervios”, había sido un éxito un año y poco antes, la productora decidió
cambiar el título por uno con tirón más comercial, actual y
largo, “Pareja enloquecida busca madre de
alquiler”, y desde luego, atinaron, es un título de lo más dinámico y
comercial. No así la película, que como todo lo demás que Ozores estrenó en los
noventa, con la excepción de “Disparate Nacional”, resultó ser un fracaso de
taquilla.
Como todas las de Don Mariano, esta se deja ver, pero su
humor en los noventa ya era demasiado trasnochado y vodevilesco para los gustos
del publico de aquella época. Incluso, si muchas de sus películas de los
setenta y ochenta vistas hoy aún permanecen frescas, es curioso como esta, mas
reciente, resulta hoy del todo desfasada. Estamos quizás ante el film menos eficaz y
más aburrido de Mariano Ozores.
En el reparto José Luis López Vázquez, Willy Montesinos,
Lola Forner, la muy de moda en la época Virginia Mataix, Hega Line, Manuel
Alexandre y María Isbert.
Muy, muy flojita. Y es un lástima.