Sin embargo, como
cuanto más mayor me hago, más desaparecen mis prejuicios cinematográficos, y
como inevitablemente, la nostalgia se apodera de uno, estoy viviendo, junto con
mi amigo Chema, que más o menos vivió el mismo fanatismo por el actor,
una segunda etapa Jim Belushi. La misión es recuperar en dvd toda su filmografía,
cosa esta, que estoy consiguiendo poco a poco. Chema anda más interesado en sus
películas más clásicas y populares (“El rector”, “Súper Agente K-9”, “Millonario al instante”), y
yo ando más interesado en su etapa más video clubera y oscura, de la que hay
bastantes títulos y de los que, prácticamente, no he visto ni uno. Así
pues, ya saben que irán leyendo sobre Belushi de vez en cuando por aquí.
Lo malo es que no todos sus títulos son lo suficientemente
interesantes como para reseñarlos, este es un completismo un tanto absurdo,
pero los que me llamen la atención, si que irán apareciendo por aquí.
Este “Tipos duros” del año 1999, cuenta la historia de un
antiguo mafioso que en un momento dado, traiciona al capo robándole 12 millones
de dólares y largándose con ellos a un pueblecito de la America profunda. El capo
se entera de que ha sido el, y le manda a dos matones para que se lo carguen.
En plena contienda, entre huidas, tiros y peleas, aparece en
el camino de los mafiosos el Sheriff del condado, que desestabilizará los
planes de todos.
Se trata de un telefilm para la televisión por cable. Pero
no es un telefilm cualquiera, este es de los buenos, producido nada menos que
por Richard Donner y Joel Silver, con lo que no se escatima en medios.
Lo mejor de la película es que es una película de acción
dura y pura, y no da nada más que eso, acción pura y dura, montada toda ella
con una soltura y un ritmo acojonante. El bombardeo de imágenes al que se nos
somete, no da lugar al aburrimiento, y eso que el argumento brilla por su
ausencia. Aquí se trata de pegar tiros y pegar tiros.
Belushi, en su peor momento profesional (recordemos que hace
no mucho lo rescató Roman Polanski dándole un papelito en “El Escritor”, y que
vive una segunda juventud en televisión gracias a series como “El mundo a través
de Jim” y “Los defensores”), y físico, está tan gordo que casi parece Bud
Spencer, y se tiene que dejar perilla para disimular su purulenta papada. Verle
correr en la película, que lo hace y mucho, da bastante pena.
Lo bueno es que James Belushi, hace muchos años que dejó de
ser actor para pasar a ser tan solo James Belushi, con lo que en una película
como esta, en la que el argumento es duro y serio, este no puede parar de
soltar chascarrillos de dudosa gracia a lo James Belushi. Y eso siempre mola.
Al igual que Al Pacino, desde que hizo “Esencia de mujer” parece que está
siempre haciendo de ciego, Belushi desde que hizo “Súper Agente K-9” hace siempre, y sin excepción,
del agente Dooley. Y es porque ya por aquél entonces estaba haciendo de James
Belushi.
Por lo demás, un telefilm de lujo, que para pasar un ratillo
frente al televisor, ya nos vale.
Junto a Belushi, un menos envejecido Timothy Dalton y la
tetuda Vanessa Angel, cuyas operaciones estéticas ya empezaban a deformar el
rostro de una de las más bellas secundarias del Hollywood de tercera.
En la dirección Louis Morneau, director de “Bats”, y
especialista en telefilmes y secuelas video cluberas como “Carretera al
infierno 2”
o “Nunca juegues con extraños 2”.